CARTA ABIERTA A LOS RESPONSABLES DE FALSIFICAR UNA CARTA.

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 Escribe ARIEL VALDIVIEZO.

 

 

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, 28 de Marzo de 2018

CARTA ABIERTA A LOS RESPONSABLES DE FALSIFICAR UNA CARTA.

 

ESTOY PODRIDO DE VER COMO EN ESTE PAIS MIENTEN TODOS, LOS POLITICOS, EL PAPA, LOS MILITARES, LA JUSTICIA etc.

Mientras ocurre esto, que cada uno miente de acuerda su conveniencia, nunca este país podrá cerrar la heridas las que cada vez se profundizan, todos se inclinan por su conveniencias y no por lo correcto y este escrito es una muestra más de todo los que he publicado.

El día 24 de Marzo de 2018, en las primeras horas de la mañana, leía una publicación de www.dev3.greymatter.one titulada CARTA DE UN GENERAL PRESO A LA SOCIEDAD ARGENTINA en la que aparecía una imagen totalmente en negro de un militar saludando  al pie de la misma, figuraba como colaboración del General DAVID COMINI.

A partir de aquí voy a dividir este escrito en dos partes, la primera el relato de los hechos y luego haré mi propio análisis y conclusiones de los mismos..

RELATO DE LOS HECHOS.

  1. Luego de leerla intento compartirla, no podía hacerlo ya que era imposible entrar a esa página de prisioneros en argentina, llamo inmediatamente al señor KUSMMAN, contándole de lo que pasaba, quien me informa que le habían confirmado, de fuentes muy fidedignas, que dicha carta era falsa, y que el General SANTIAGO O. RIVERO nunca la había firmado

  2. Que al recibir ese informe procede a retirarla de inmediato de la publicación,

  3. Llamo al General SANTIAGO RIVERO, preguntándole si había firmado una carta pidiendo disculpas al pueblo argentino por su actuación en la lucha contra la subversión, y me aclara categóricamente que nunca hubiese firmado semejante mentira.

  4. De las averiguaciones efectuadas, me entero que dicha carta fue llevada al Hospital Militar Central por el Teniente Coronel FERREYRA, quién fue acompañado por personal del Servicio Penitenciario para que la firme el General RIVERO, quien se niega categóricamente hacerlo.

  5. Este FERREYA le menciona que la carta había sido confeccionada por él y el General ALFONSO, ambos Presos Políticos.

  6. Luego aparece publicada en www.priesioneroenargentina.com y presentada para su publicación por el General DAVID COMINI.

  7. La misma carta el 26 de Marzo de 2018, habría sido publicada ahora por un tal ALFREDO NOBRE LAITE y difundida por PABLO ACUÑA al que le envié en siguiente mail:

 He tratado de colocar un comentario y  cuando lo intento me lleva a la página de Facebook  titulado YO APOYO A MACRI lo cual ya me hace dudar de todo lo que dice sobre MACRI  ¿QUE ESTÁ ESPERANDO EL PRESIDENTE MACRI?

Al respecto le  Informo  que la nota que titula CARTA DEL GENERAL (R) SANTIAGO OMAR RIVEROS A LA SOCIEDAD ARGENTINA, es apócrifa, es decir que es falsa y Ud. está cometiendo un delito que está penado por ley, no conozco la fuente que se la hizo llegar, pero para divulgar algo así al menos debería haber verificado si la misma era del señor GENERAL RIVERO, ya que la misma ni siquiera está firmada, le aclaro que el General RIVERO, nunca se va a disculpar por haber salvado a la Patria. Le solicito que tenga a bien, de la misma manera que publicó tremenda falsedad, tanga de decencia de hacer el correspondiente desmentido a la sociedad, a la cual Ud. informó falsamente.

Quien le pasara la misma,  según aparece en su mail es de un tal Alfredo Nobre Leite, tenga la bondad de también informarle lo mismo.

Sin otro particular saludo a Ud muy atte.”

 

 

ANALISIS PERSONALES DE ESTOS HECHOS.

 

Voy a referirme en este análisis solo a la publicación efectuada en Prisionero en Argentina. Al respecto son muchos los análisis que se pueden extraer de este aberrante, vergonzoso, sucio y traicionero acto, el que es deleznable si se  lo hacen a cualquier persona y  en cualquier circunstancia, pero es muchísimo más grave cuando es producido por viejos militares, que se llenaron la boca con palabras como, valor, lealtad, honor, espíritu de cuerpo, camaradería y mucha cosas más, valores que, si alguna vez los han tenido, que al día de hoy, indudablemente los han tirado en las cloacas.

Esta presentación en prisionero en argentina, fue efectuada indudablemente de muy mala fe, por varias razones que son indiscutidas, mediante la falsedad de esa carta se busca envenenar el propio pensamiento del señor General RIVERO, ya que su pensamiento es todo lo contrario,  a lo que en ella se menciona, es subestimar la capacidad intelectual de este viejo soldado, y es pretender que actué de la misma forma como el traidor de BALSA, de que haga mea culpa reconociendo como delitos los hechos de guerra en que el Estado le ordenó participar.

Respecto al párrafo anterior, quiero transcribir, para que a nadie le quede duda,  lo que el señor General RIVERO me mencionara en esa oportunidad. “VALDIVIEZO, COMO VOY A PEDIR PERDÓN POR SALVAR A LA PATRIA, MÁS BIEN YO EXIJO QUE EL PUEBLO ME PIDA PERDÓN POR TODO LO QUE ME HIZO”, con lo que estoy totalmente de acuerdo, ya que esto también lo mencioné en mis juicios y cuando estuve detenido en el Hospital de Ezeiza, algunos proponían esta aberración de pedir perdón, al cual me opuse, y dicho comunicado no se efectuó.

  1. Si hubiera terminado el hecho en el Hospital Militar Central, cuando FERREYRA trato de que el señor General RIVERO firmara esa carta, no existiría este hecho y habría terminado ahí, nunca la habríamos conocido y hubiera sido lo correcto.

  1. Si hubiera sido presentada de buena fe y luego de la negativa a ser firmada, un militar con el mínimo honor y honesto en su proceder, la hubiese destruido, pero ocurrió todo lo contrario, lo que demuestra lo bajo y ruin de ese proceder, de una calaña, que viniendo de un oficial del ejército, es deplorable, que no tiene la más mínima vergüenza, porque alguien que así procede es como dice el MARTIN FIERRO, “si se pierde la vergüenza jamás se vuelve a encontrar”.

  1. Me pregunto ¿Cómo esa carta, que a partir que se niega a firmarla el señor General RIVEROS llega a manos de COMINI?, ¿Se la pasó nuevamente a su coautor ALFONSO o ya en el mismo Hospital se la pasó a otro de los que participaban en esta felonía?, ¿Cómo es que salió a la luz y llegara a varios medios de comunicación? ¿Tuvieron otros cómplices dentro y fuera del penal?, indudablemente que hubo otros cómplices, que se plegaron a esta felonía, que por supuesto no darán la cara.

  1. La prueba de que mucha gente sabía, que andaba dando vueltas esta carta apócrifa está, en que al ser publicada, en seguida le avisaron al señor KUSSMAN, que la misma era falsa y seguramente le preguntaron cómo publicaba una carta así.

Esta pregunta se la hice personalmente al señor CLAUDIO KUSSMAN, ya que sé, que no publica nada de nada, si no viene firmada, con número de documento y siempre pide una foto del que escribe el artículo, para que sea todo transparente.

Me contesto con palabras muy criollas, me dijo que la había publicado por bol….., que siempre pide todas las identificaciones necesarios para hacerlo, pero que esta vez como se lo presentaba el General COMINI, quien le confirmo que el escrito era del señor General RIVERO  y como había cruzado varios mail con esta persona, confió en su palabra y terminó publicándola.

.

  1. La presentación efectuada por el General COMINI, es realmente una canallada, en primer lugar, la presenta como verdadera al señor CLAUDIO KUSSMAN, sabiendo que el supuesto autor se había negado a firmarla. Entiendo que esta actitud tan baja y denigrante se consagra aun, en el supuesto caso de que no conociera que era falsa, ¿Cómo es que presenta algo sin firma en nombre de otra persona? Y esto no tiene justificativo de ninguna especie, ¿No se le ocurrió preguntar a quién se la entregó? ¿Tampoco se le ocurrió llamar al señor General RIVERO para preguntarle lo que yo le preguntara? ¿Quién se la entregó? ¿Porque alguien se la hizo llegar? ¿Qué fines políticos o personales tenían?

Ud. es un general de la Nación, no es ignorante de procederes y conductas, al menos es lo que se supone, si no lo hizo pueden ser por dos causas, en primer lugar por ser parte de esta canallada y en segundo lugar porque no se enteró, de que la misma era apócrifa, de ninguna de las dos maneras puede justificar su proceder al traicionar el General RIVERO,  y si de una forma u otra traiciona maliciosamente a un superior suyo, ¿, Que puedo esperar de Ud. para los que fueron sus subordinados?, ¡NADA! ¡ABSOLUTAMENTE NADA!

  1. En cuanto a este tema, supongo que estos oficiales que participaron en tal bajeza, FERREYRA, ALFONSO, COMINE y no sé cuántas personas más están involucradas, aunque puedo suponer algunos pero la suposición es solo eso una suposición

Se que el pedido que voy hacer, va a caer en el vacío, me gustaría pedir que blanqueen esta situación, que pongan la cara y le pidan perdón, todos y cada uno de los participantes al General RIVERO y al  pueblo de la Nación Argentina, por escribir y publicar cosas falsas,

En cuanto al General COMINI, que ponga la cara en todo sentido, que explique todas las preguntas que me hago,  en este escrito y todo lo que se le ocurra para aclarar lo que es, al menos para mí inexplicable, ya que un hombre de bien no obra de esta manera,  y me dirijo a Ud. porque es la segunda vez que siento que me agrede gratuitamente,  la primera cuando le contestara al Foro de Generales porque me sentí traicionado con el escrito que titularon “CAMINO POSIBLE SOBE LA PASIFICACIÓN NACIONAL”  al que entre otras les conteste lo siguiente : “Por todo lo mencionado no entiendo que el Foro de Generales esté actuando en favor de dos verdaderos traidores (N: el Papa y Macri), manifestando deseos, no realidades, ilusionando a los detenidos para luego continuar abandonándolos, he visto morir gente deprimida por lo que Uds. están haciendo, crear falsas ilusiones, por eso les repito ¡SOMOS NOSOTROS LOS PRESOS POLITICOS NO USTEDES!, NO JUEGUEN CON NUESTRAS VIDAS.” (Tal contestación se publicó como “DURA CARTA ABIERTA DEL TENIENTE CORONEL ARIEL VALDIVIEZO AL FORO DE GENERALES”

Que muestre su cara con una foto en prisionero en argentino, que estoy seguro que el señor CLAUDIO KUSSMAN se la ha solicitado, como lo hizo conmigo y con todos los que en  prisionero en argentina publican sus ideas, cuando envié el mail al Foro de Generales, en su dirección me aparece la figura de un muchacho que indudablemente no es Ud. ¿A que le teme?

Sabe señor me da vergüenza ajena, ver a un General en una silueta negra en los escritos del Foro o en este caso, presentando una carta falsa, ¿Tiene miedo ser reconocido que perteneció al Ejército Argentino? ¿Le da vergüenza su condición de militar?  No me hago mas preguntas porque más vergüenza me da cuando recuerdo que como instructor en el Colegio Militar de la Nación era uno, de los que hablaba del honor, la lealtad y la camaradería. ¿Lo que escuchaba en esos años no solo lo recuerdo sino que también al menos hasta ahora la practico?

También Ud. traiciono posiblemente la confianza del señor General RIVEROS, pero es ese caso, en última instancia, sería un problema del señor General, lo que por si es bastante grave, pero particularmente por su actitud y la de todos los que participaron en esta falta de moral y de ética también me pregunto ¿Qué pretendieron hacer con www.dev3.greymatter.one? ¿Quisieron desacreditarla para que nadie crea en ella?

Puesto que también  y cobardemente traicionaron la confianza del señor CLAUDIO KUSSMAN y de otros editores,  les hago esta pregunta porque saben perfectamente que es prácticamente el único medio, e incluso a nivel internacional, que tenemos los PRESOS POLITICOS para salir de anonimato y empezar a ser visibles ante este pueblo indiferente engañado con una memoria mentirosa.

QUE ESTO VALGA PARA TODOS LOS QUE PARTICIPARON EN ESTA DELEZNABLE FELONÍA, DE LA CUALES SON TODOS RESPONSABLES, PERO ME DIRIJO AL SEÑOR COMINI POR SER EL MÁS ANTIGUO Y EL QUE PRESENTARA LA FALSA CARTA.

Para terminar deseó efectuar siguiente reflexión ¿Qué les pasa a los militares que se jugaron la vida tantas veces y ahora se esconden como iguana en su cueva? Abandonaron a sus camaradas y a sus compañeros en las cárceles, por supuesto hay honrosas excepciones que no lo hicieron, entregaron a sus subalternos siendo ellos responsables de lo que ordenaban, se negaron a declarar aun sabiendo que su declaración significaba la libertad de su subordinado, traicionaron como BALSA a todo el ejército argentino. Y no conforme con eso ahora se dedican a defender a nuestros enemigos traicionándonos, caso Foro de Generales, en la publicación mencionada precedentemente, caso Teniente Coronel NANI, defendiendo a la culpable de que seamos actualmente Presos Políticos, a la diputada CARRIO, cuando este coya le hiciera una carta por su manifiesta hipocresía antes de las últimos elecciones, la que fue titulada como “DURISIMA Y REVELADORA CARTA A LA DIPUTADA CARRIO” y ahora como si fuese poco se dedican a falsificar cartas.

DIOS NOS GUARDE DE SEMEJANTES GUARDIANES.

 


 

LA CARTA FALSA

CARTA DEL GENERAL (R) SANTIAGO OMAR RIVEROS

A LA SOCIEDAD ARGENTINA

Buenos Aires, marzo de 2018.

Soy General y, con 94 años, uno de los más antiguos Oficiales Superiores del Ejército Argentino con responsabilidad de mando en la guerra contra las organizaciones armadas de los años ’70. Soy además el preso más viejo de la Argentina. No es el propósito de esta carta quejarme del trato que recibo. Quiero a través de ella, asumir responsabilidades y pedir perdón a todos a quienes cause un daño injusto, en ejercicio de mi comando.

Lo hago en nombre propio, como uno de quienes tuvimos responsabilidad en la adopción de la metodología empleada en aquel enfrentamiento.

Actué siempre en el convencimiento de haber estado cumpliendo con mi deber como soldado, defendiendo a la Nación contra una agresión interna conducida desde el exterior. Por aquellos años, la denominada “guerra fría”, caracterizada por el armamentismo nuclear como medio de disuasión, llevó a que las dos potencias beligerantes decidieran trasladar el combate hacia zonas desnuclearizadas. América Latina, el África Septentrional y el Sudeste Asiático fueron el campo elegido.

Estábamos advertidos de esta ofensiva. Pero no preparados para mensurar sus consecuencias: las heridas que quedarían en nuestra sociedad y en nosotros mismos luego de librar una lucha que, deben saberlo, era tan necesaria como inevitable.

Lo era para quienes se entrenaron en el exterior para formar parte de organizaciones armadas, con el designio de cambiar el estado de las cosas para siempre. Matando a quien fuera necesario para lograr sus fines, y también con la convicción de jugarse la propia vida en ello. Los más preparados sostenían el ideario marxista de la Unión Soviética y Cuba, y a ellos se sumaron muchos que, desde otras vertientes, se levantaron en armas en nombre de una desigualdad social que, tristemente, era mucho menor entonces que ahora.

El conflicto se instaló en nuestro país ya en 1959, pero fue reconocido como una ofensiva militar fomentada desde el exterior recién en 1974, cuando las autoridades constitucionales, urgidas por la gravedad de la escalada, requirieron soluciones inmediatas, ordenando la movilización de las FFAA y el inmediato “aniquilamiento del accionar subversivo”.

Inmersos en el caos y el desorden, y tras el fracaso judicial y operacional de las gestiones anteriores, las Fuerzas Armadas cometimos el error de la toma del poder político.

La clandestinidad, característica del combate planteado por los agresores, exigió una respuesta. Esa metodología nos dejó heridas que tardarán en cicatrizar. Este es un intento personal para empezar a hacerlo.

Son heridas abiertas en nuestra memoria, por los camaradas y policías muertos secuestrados y asesinados. Por quienes quedaron mutilados. Por los civiles secuestrados y muertos. Y son heridas abiertas en los adversarios, que vieron morir a sus compañeros y en los familiares que no pudieron darle sepultura.

Una metodología que cumplió los fines de la guerra: ganarla en el menor tiempo posible evitando la mayor cantidad de bajas. Pero que supuso el dolor perenne de miles de familias argentinas, lo que lamento profundamente.

No puedo hacerlo por haber combatido al adversario hasta la muerte, porque ese era mi deber.

No lo podría hacer,porque yo mismo envié todos los días a la muerte a mis subordinados mientras duró ese enfrentamiento.

Lamento no haber hecho todo lo posible para darles, en los casos en los cuales pude hacerlo, la correspondiente sepultura.

Me equivoqué en ello. Pero así como nos equivocamos gravemente en un enfrentamiento entre compatriotas, les digo que hoy se cae en otro error tremendo con lo que le están haciendo a sus Fuerzas Armadas y muy especialmente a los policías, agentes de seguridad, suboficiales, a los entonces jóvenes oficiales y ahora también civiles, con quienes vengo compartiendo cárcel desde hace años.

La guerra no es un fenómeno jurídico, ni siquiera militar, es un hecho socio-político. Pretender que sean los Jueces quienes se ocupen de ella es sacarse de encima la responsabilidad. Porque donde se determina el objetivo de la guerra y su apertura, su alcance o su finalización, es en el plano Político. Los militares sólo actúan en el combate, que es el síntoma, la cara visible del verdadero conflicto, que es siempre político.

Por eso la Constitución le otorga al Legislativo y al Ejecutivo la potestad para declarar las guerras y les reserva sólo a ellos -responsables de consolidar la paz interior- las medidas pacificadoras, irrevisables por el Judicial, salvo corrupción.

Graves consecuencias tuvieron nuestros actos y muy graves consecuencias tendrá para la vida de la Nación lo que está pasando ahora. El Poder Judicial, cuarenta años después de los hechos, cae en tremendas inequidades cuando intenta juzgar fenómenos en los que intervinieron decenas de miles de personas. Y máxime cuando deja entrar las ideologías y cede ante la presión de partidarios de los agresores de ayer, o de los intereses económicos o políticos de hoy. Esto es lo que ha llevado a que se los juzgue aplicándoles un derecho diferente al del resto de la ciudadanía, se los prive de garantías elementales y se les coloquen las más altas penas sin importar su jerarquía al momento de ocurridos los hechos. Ya son, a enero de este año 430 nuestros muertos en prisión -que son también de ustedes porque son argentinos- sin condena desde que se reiniciaron estos juicios, abiertos sólo contra ellos.

Yo no advertí a tiempo las tremendas diferencias que existen cuando el enemigo al que se combate es un extranjero o un compatriota. No pueden caer ustedes en el mismo error. No los tratan como soldados de nuestra Nación, sino como enemigos, mientras castigan a las FFAA privándolas de un presupuesto digno.

Deben ustedes pensar que cuatro presidentes democráticos y cuatro de facto los enviaron a combatir en los montes tucumanos; los emplearon contra la guerrilla urbana; los enviaron a Malvinas, mientras que otros tres, Alfonsín, Menem y Duhalde los convocaron para La Tablada, las sublevaciones armadas internas que sufrieron y los enviaron a la guerra del Golfo. Son los mismos a los cuales amnistió el ex Presidente Bignone; a los cuales se les anuló ese beneficio pero fueron amnistiados por las leyes democráticas llamadas de Punto Final y Obediencia Debida votadas por el Congreso. Los mismos a los cuales se les volvieron a anular esos beneficios para detenerlos y juzgarlos ahora, cuarenta años después de los hechos. ¿Cómo es que hemos sometido a nuestros militares, policías y gendarmes a semejantes vaivenes?

No pueden gozar ustedes ahora de los beneficios obtenidos por el fin de todas aquellas guerras y enfrentamientos, y simultáneamente desentenderse de los errores que cometimos quienes los comandamos.

Ahora además detienen a los civiles que actuaron en la administración del gobierno, o a dueños de medios de prensa o jueces o sacerdotes que no simpatizan con los agresores de ayer y de hoy. Los juicios se extendieron a los hechos ocurridos antes del golpe del 76. ¿No ven acaso que los únicos juzgados por estos hechos son quienes combatieron o no estaban de acuerdo con las organizaciones guerrilleras antes y después del golpe militar?

No puede direccionarse de esta forma el criterio judicial y legislativo de una Nación, ni permitirse que en ella existan semejantes discriminaciones. Y les digo, tienen cientos de oficiales y suboficiales presos que ni siquiera fueron empleados en el combate. Lo están simplemente porque en sus legajos figuraban en tal o cual destino.

Los Generales nos conducimos en medio de la anarquía, las pasiones, la disolución y la guerra, con el objeto de ponerles fin a todos esos males. Me pregunto: ¿cuál es el fin que se persigue con estos juicios, además de los millonarios gastos e indemnizaciones (muchas pagadas a quienes nunca fueron víctimas de nuestro accionar) y costas que abonarán generaciones de argentinos con sus impuestos? Todo ello ocupando la agenda de los tribunales federales –encargados de investigar la corrupción y el tráfico de drogas- durante todos estos años y los que vendrán.

No es esta una queja propia. Déjenme morir prisionero a mí solo. Yo fui quien dio las órdenes para librar el combate, tal como lo declaró la sentencia de la causa 13/84.

No pretende esta carta agotar el tema. Faltan muchas cosas. Es un intento de empezar a derribar la muralla de odio, de desconocimiento, de miedos y de incomprensión que nos separan. No valen las disculpas de quien se excluye de los errores. Yo los cometí y me hago responsable de ellos.

Pido, cuando se acerca el final de mis días, que no reiteren nuestros errores. Que nos reconozcamos como hermanos. Que vuelvan a confiar en las FFAA como garantes de la paz y la libertad. Se lo merecen por su gloriosa historia y por los hombres y mujeres que las componen. El país las necesita para existir y para progresar.

También pido que cese esta discriminatoria persecución a mis subordinados, y a cualquier otro, con una excepción, la mía, que, Dios sabe, jamás merecí mejor suerte que la que sufrió el último de los hombres a los que tuve el orgullo de comandar, para bien o para mal, en nombre y en defensa de nuestra querida Patria.

 

Envío y colaboración: Gral. David Comini

 


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Marzo 28, 2018


 

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