Los innombrables dirigentes del peronismo, la izquierda endógena, militantes kirchneristas, los titulares de las dos CTA, Hugo Yasky y Pablo Michelli; el secretario general del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano; y representantes de Multisectorial 21F y las 62 Organizaciones Peronistas organizaron una manifestación de protesta contra la suba de tarifas de los servicios públicos -gas y luz, en especial-, que no pueden ignorar que estuvieron congeladas y pesificadas desde enero de 2002 en los distritos de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, por cuestiones electorales del kirchnerismo, que las distribuidoras de los servicios se fundieron y el Estado tuvo que subsidiarlas para que pagaran los salarios, y ni hablar del mantenimiento de las redes eléctricas, como sucede con Edesur, que sigue cortando el fluido eléctrico durante días; no así en el interior del país, donde siempre se pagaron en base al costo de los combustibles. En el fondo lo que procuran es unir el peronismo desbandado con vistas a las elecciones presidenciales de octubre próximo, ya que carecen de candidato, y ni hablar de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner que estará muy ocupada en Comodoro Py en los tres o cuatro juicios orales, sentada en le banquillo de reo, para responder sobre el origen de la fortuna de la familia Kirchner, de supuestos bienes mal habidos, de manera que en lugar de hacer campaña electoral tendrá que responder a sus jueces sobre las sedicentes maniobras dolosas y corruptas, que son de público conocimiento, de modo que no es necesario entrar en mayores detalles, recordando el “gloriagate“, es decir las distribuciones de bolsos con millones de dólares y euros (pesos no, que eran despreciados por Néstor Kirchner), a la residencia de la ex mandataria de Uruguay y Junín, y a la provincia de Santa Cruz.
Lo que no puede ignorarse es que el costo de los servicios hay que pagarlos y por ello, el actual Gobierno está atravesando dificultades económicas y tener en un año electoral que actualizar el costo de los servicios, pues como antes era regalado se gastaba sin preocuparse de cómo se pagaría, y que ello se terminó, pues el kirchnerismo llevó el gasto público del 25% al 50% del Producto (PBI) de unos U$s 500 mil millones, con los recurrentes déficits fiscales que se financiaba con impresión espuria provocando inflación -el país estuvo en estanflación durante cinco años, recesión más alta inflación superior al 30%-, amén de la presión fiscal superior al 35%, que es confiscatoria según la Corte Suprema, que ahoga a las empresas y licua salarios y jubilaciones; que pagamos entre todos, que el actual Gobierno reemplazó con endeudamiento externo, pero ello también tiene su límite; en virtud de la crisis cambiaria, desatada por el diputado Sergio Massa, que tuvo la brillante idea el gravar con un impuesto del 5% sobre la renta de las Lebac (invento del kirchnerismo) a los tenedores foráneos, a partir del 1º de mayo, que por el cambio de regla de juego, vendieron las Letras del Banco Central en abril, pasando al dólar y provocando la estampida cambiaria, con los resultados conocidos, siendo lamentable que Cambiemos haya caído en la trampa preparadas por el veleta y oportunista Massa.
No está demás sostener que se sale de las dificultades económicas presentes con el trabajo de todos, y un plan de mediano y largo plazo de reformas del Estado, Tributaria y de leyes laborales, que brilla por su ausencia; y que por lo tanto las tarifas de los servicios públicos hay que pagarlas, de acuerdo con su costo real, como sucede en todas las provincias del interior de nuestro país; así que no vengan los peronistas con su supuesta protesta de la suba de las tarifas, que no hay derecho a que se sigan pagando con los impuestos de la población en general, de todo el país.
Los innombrables dirigentes del peronismo, la izquierda endógena, militantes kirchneristas, los titulares de las dos CTA, Hugo Yasky y Pablo Michelli; el secretario general del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano; y representantes de Multisectorial 21F y las 62 Organizaciones Peronistas organizaron una manifestación de protesta contra la suba de tarifas de los servicios públicos -gas y luz, en especial-, que no pueden ignorar que estuvieron congeladas y pesificadas desde enero de 2002 en los distritos de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, por cuestiones electorales del kirchnerismo, que las distribuidoras de los servicios se fundieron y el Estado tuvo que subsidiarlas para que pagaran los salarios, y ni hablar del mantenimiento de las redes eléctricas, como sucede con Edesur, que sigue cortando el fluido eléctrico durante días; no así en el interior del país, donde siempre se pagaron en base al costo de los combustibles. En el fondo lo que procuran es unir el peronismo desbandado con vistas a las elecciones presidenciales de octubre próximo, ya que carecen de candidato, y ni hablar de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner que estará muy ocupada en Comodoro Py en los tres o cuatro juicios orales, sentada en le banquillo de reo, para responder sobre el origen de la fortuna de la familia Kirchner, de supuestos bienes mal habidos, de manera que en lugar de hacer campaña electoral tendrá que responder a sus jueces sobre las sedicentes maniobras dolosas y corruptas, que son de público conocimiento, de modo que no es necesario entrar en mayores detalles, recordando el “gloriagate“, es decir las distribuciones de bolsos con millones de dólares y euros (pesos no, que eran despreciados por Néstor Kirchner), a la residencia de la ex mandataria de Uruguay y Junín, y a la provincia de Santa Cruz.
Lo que no puede ignorarse es que el costo de los servicios hay que pagarlos y por ello, el actual Gobierno está atravesando dificultades económicas y tener en un año electoral que actualizar el costo de los servicios, pues como antes era regalado se gastaba sin preocuparse de cómo se pagaría, y que ello se terminó, pues el kirchnerismo llevó el gasto público del 25% al 50% del Producto (PBI) de unos U$s 500 mil millones, con los recurrentes déficits fiscales que se financiaba con impresión espuria provocando inflación -el país estuvo en estanflación durante cinco años, recesión más alta inflación superior al 30%-, amén de la presión fiscal superior al 35%, que es confiscatoria según la Corte Suprema, que ahoga a las empresas y licua salarios y jubilaciones; que pagamos entre todos, que el actual Gobierno reemplazó con endeudamiento externo, pero ello también tiene su límite; en virtud de la crisis cambiaria, desatada por el diputado Sergio Massa, que tuvo la brillante idea el gravar con un impuesto del 5% sobre la renta de las Lebac (invento del kirchnerismo) a los tenedores foráneos, a partir del 1º de mayo, que por el cambio de regla de juego, vendieron las Letras del Banco Central en abril, pasando al dólar y provocando la estampida cambiaria, con los resultados conocidos, siendo lamentable que Cambiemos haya caído en la trampa preparadas por el veleta y oportunista Massa.
No está demás sostener que se sale de las dificultades económicas presentes con el trabajo de todos, y un plan de mediano y largo plazo de reformas del Estado, Tributaria y de leyes laborales, que brilla por su ausencia; y que por lo tanto las tarifas de los servicios públicos hay que pagarlas, de acuerdo con su costo real, como sucede en todas las provincias del interior de nuestro país; así que no vengan los peronistas con su supuesta protesta de la suba de las tarifas, que no hay derecho a que se sigan pagando con los impuestos de la población en general, de todo el país.
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