La hipócrita Declaración de los organismos de derechos humanos argentinos contra el intento de golpe en Venezuela https://www.pagina12.com.ar/190898-la-democracia-de-america-ahora-se-juega-en-venezuela,recuerdan las declaraciones panfletarias de la guerra fría: “Las agrupaciones consideraron que el pueblo y el gobierno venezolano está siendo “atacados por el intento de un golpe de Estado armado por la CIA y los países cipayos y conservadores de la región, encabezados por (los presidentes Jair) Bolsonaro y (Mauricio) Macri”.
La declaración fue realizada por la Liga Argentina por los derechos humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y Familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas. También por la Comisión por la Memoria y la Justicia Zona Norte, Familiares y Compañeros de los Doce de la Santa Cruz, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina y el Movimiento Ecuménico por los derechos humanos.
Las mal llamadas organizaciones de derechos humanos que reivindican la lucha armada de los 70 en Argentina y América Latina, argumentando que “La Democracia de América ahora se juega en Venezuela”, más se interesan por impedir que los países, organizaciones y ciudadanos del mundo quieren ayudar a salir Venezuela del estado dictatorial, y no se inquietan por las graves violaciones a los derechos humanos de los cuales son víctimas hoy día los ciudadanos venezolanos. Critican lo superficial y no protegen lo esencial.
“Reclamamos el mantenimiento del orden constitucional, el diálogo y la paz en Venezuela y toda América Latina. Abrazamos la resistencia del pueblo chavista” declaran los firmantes.
¿Existe hoy el orden constitucional en Venezuela? Cuando más de 50 países y organizaciones internacionales reconocen a Juan Guaidó Márquez como presidente por ínterin, que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ejerce en el exilio, la Asamblea Nacional y las representaciones diplomáticas en el exterior dividas, confusas, con consejeros extranjeros en las instituciones del Estado…¿La Venezuela de Maduro es un sistema democrático donde se respetan las libertades y garantías fundamentales de todos los ciudadanos?
¿El dialogo y paz de quién, con quien y cómo? El gobierno del Sr Maduro no busca ese camino porque impone la violencia en todo el país, legitima los grupos paraestatales que actúan contra los opositores a su régimen. Rechaza todos los esfuerzos y mecanismos de resoluciones de conflictos que fracasaron por sus demandas irracionales. El exilio forzado de venezolanos, el desplazamiento de la populación, las cárceles llenas de opositores políticos (civiles, militares), son el resultado de la ausencia de diálogos de paz.
Y al mismo tiempo abrazan la resistencia del pueblo chavista. Es decir, son solidarios con la violación de los derechos humanos que Maduro utiliza contra su pueblo, con sus fuerzas armadas, los colectivos chavistas, milicias y grupos paramilitares, la inteligencia bolivariana, los sicarios al servicio del Estado, sin olvidar que brinda protección y facilita el territorio nacional a las organizaciones terroristas Eln, sectores disidentes de Farc, grupos narcotraficantes… ¿contra quién lucha esa resistencia sino es contra el pueblo que quiere cambiar de sistema?
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Esa declaración es en realidad un apoyo al mantenimiento de la dictadura de Maduro para continuar a utilizar la violencia extrema contra su pueblo y toda oposición ciudadana. Se busca distraer los objetivos con un discurso de otros tiempos de aquellos que realmente están en juego: el sistema democrático, los derechos humanos de los hombres y mujeres venezolanas, el futuro de Venezuela y la seguridad regional. Con el argumento de defender la democracia, promueven la lucha armada. No se hace referencia al apoyo o presencia de Rusia, Irán, China, México, Bolivia, Cuba, Nicaragua.
Las agrupaciones de derechos humanos argentinos, no se interesan a la masiva y acelerada pobreza de los venezolanos, a una inflación incontrolada, la corrupción, el narcotráfico, la violencia criminal y estatal generalizada, la inestabilidad política, el aislamiento y las sanciones políticas internacionales, el desplazamiento y la emigración masiva. Ausencia de medicamentos, sistema de salud, electricidad, cierre de empresas, industrias, desempleo…
Recordando que la comunidad internacional puede intervenir si un gobierno no garantiza ni protege los derechos fundamentales de sus ciudadanos, y abandona sus obligaciones positivas. El Estado no puede argumentar una intervención o injerencia en los asuntos internos o recurrir al artículo 2, inciso 7 de la Carta de la ONU, por las exigencias del artículo 56 de la Carta que fueron legalizadas por la Corte Internacional de Justicia al reconocer a la AG de la ONU su competencia en virtud del artículo 55 de la Carta (CIJ: Bulgaria, Hungría, Rumania, interpretación de Tratados de Paz, aviso consultativo: http://www.icj-cij.org/docket/files/8/1862.pdf), o se decide intervenir por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, como también por el derecho de injerencia (injerencia humanitaria), hacer respetar los principios de la responsabilidad de proteger, un requerimiento del CS de la ONU para la intervención de la CPI…En el caso de la OEA, la carta democrática y la Resolución 1080/91 deben contribuir en esa dirección. En ningún momento de violarían los derechos soberanos del Estado.
El vocabulario y los argumentos utilizados por los firmantes son de los años de la descolonización, de los países no alineados, o comienzos de los 70, no hay una innovación semántica, ni creatividad discursiva que puedan dar crédito a esas reivindicaciones que solo se pueden hacer públicas por la libertad de expresión de las que ellos quieren prohibir. Paris, 02 mayo 2019, CasppaFrance.
La hipócrita Declaración de los organismos de derechos humanos argentinos contra el intento de golpe en Venezuela https://www.pagina12.com.ar/190898-la-democracia-de-america-ahora-se-juega-en-venezuela,recuerdan las declaraciones panfletarias de la guerra fría: “Las agrupaciones consideraron que el pueblo y el gobierno venezolano está siendo “atacados por el intento de un golpe de Estado armado por la CIA y los países cipayos y conservadores de la región, encabezados por (los presidentes Jair) Bolsonaro y (Mauricio) Macri”.
La declaración fue realizada por la Liga Argentina por los derechos humanos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y Familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas. También por la Comisión por la Memoria y la Justicia Zona Norte, Familiares y Compañeros de los Doce de la Santa Cruz, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina y el Movimiento Ecuménico por los derechos humanos.
Las mal llamadas organizaciones de derechos humanos que reivindican la lucha armada de los 70 en Argentina y América Latina, argumentando que “La Democracia de América ahora se juega en Venezuela”, más se interesan por impedir que los países, organizaciones y ciudadanos del mundo quieren ayudar a salir Venezuela del estado dictatorial, y no se inquietan por las graves violaciones a los derechos humanos de los cuales son víctimas hoy día los ciudadanos venezolanos. Critican lo superficial y no protegen lo esencial.
“Reclamamos el mantenimiento del orden constitucional, el diálogo y la paz en Venezuela y toda América Latina. Abrazamos la resistencia del pueblo chavista” declaran los firmantes.
¿Existe hoy el orden constitucional en Venezuela? Cuando más de 50 países y organizaciones internacionales reconocen a Juan Guaidó Márquez como presidente por ínterin, que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ejerce en el exilio, la Asamblea Nacional y las representaciones diplomáticas en el exterior dividas, confusas, con consejeros extranjeros en las instituciones del Estado…¿La Venezuela de Maduro es un sistema democrático donde se respetan las libertades y garantías fundamentales de todos los ciudadanos?
¿El dialogo y paz de quién, con quien y cómo? El gobierno del Sr Maduro no busca ese camino porque impone la violencia en todo el país, legitima los grupos paraestatales que actúan contra los opositores a su régimen. Rechaza todos los esfuerzos y mecanismos de resoluciones de conflictos que fracasaron por sus demandas irracionales. El exilio forzado de venezolanos, el desplazamiento de la populación, las cárceles llenas de opositores políticos (civiles, militares), son el resultado de la ausencia de diálogos de paz.
Y al mismo tiempo abrazan la resistencia del pueblo chavista. Es decir, son solidarios con la violación de los derechos humanos que Maduro utiliza contra su pueblo, con sus fuerzas armadas, los colectivos chavistas, milicias y grupos paramilitares, la inteligencia bolivariana, los sicarios al servicio del Estado, sin olvidar que brinda protección y facilita el territorio nacional a las organizaciones terroristas Eln, sectores disidentes de Farc, grupos narcotraficantes… ¿contra quién lucha esa resistencia sino es contra el pueblo que quiere cambiar de sistema?
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Esa declaración es en realidad un apoyo al mantenimiento de la dictadura de Maduro para continuar a utilizar la violencia extrema contra su pueblo y toda oposición ciudadana. Se busca distraer los objetivos con un discurso de otros tiempos de aquellos que realmente están en juego: el sistema democrático, los derechos humanos de los hombres y mujeres venezolanas, el futuro de Venezuela y la seguridad regional. Con el argumento de defender la democracia, promueven la lucha armada. No se hace referencia al apoyo o presencia de Rusia, Irán, China, México, Bolivia, Cuba, Nicaragua.
Las agrupaciones de derechos humanos argentinos, no se interesan a la masiva y acelerada pobreza de los venezolanos, a una inflación incontrolada, la corrupción, el narcotráfico, la violencia criminal y estatal generalizada, la inestabilidad política, el aislamiento y las sanciones políticas internacionales, el desplazamiento y la emigración masiva. Ausencia de medicamentos, sistema de salud, electricidad, cierre de empresas, industrias, desempleo…
Recordando que la comunidad internacional puede intervenir si un gobierno no garantiza ni protege los derechos fundamentales de sus ciudadanos, y abandona sus obligaciones positivas. El Estado no puede argumentar una intervención o injerencia en los asuntos internos o recurrir al artículo 2, inciso 7 de la Carta de la ONU, por las exigencias del artículo 56 de la Carta que fueron legalizadas por la Corte Internacional de Justicia al reconocer a la AG de la ONU su competencia en virtud del artículo 55 de la Carta (CIJ: Bulgaria, Hungría, Rumania, interpretación de Tratados de Paz, aviso consultativo: http://www.icj-cij.org/docket/files/8/1862.pdf), o se decide intervenir por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, como también por el derecho de injerencia (injerencia humanitaria), hacer respetar los principios de la responsabilidad de proteger, un requerimiento del CS de la ONU para la intervención de la CPI…En el caso de la OEA, la carta democrática y la Resolución 1080/91 deben contribuir en esa dirección. En ningún momento de violarían los derechos soberanos del Estado.
El vocabulario y los argumentos utilizados por los firmantes son de los años de la descolonización, de los países no alineados, o comienzos de los 70, no hay una innovación semántica, ni creatividad discursiva que puedan dar crédito a esas reivindicaciones que solo se pueden hacer públicas por la libertad de expresión de las que ellos quieren prohibir. Paris, 02 mayo 2019, CasppaFrance.
www.CASSPAFRANCE.com
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 2, 2019
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