Mientras el país se debate al borde de un caos económico y social, provocado por los partidos políticos de todos los colores y unos luchan para no irse y otros para volver, en ambos casos a cualquier precio, bajemos a nuestro pequeño mundo paralelo de adultos mayores en prisión, que a muy pocos interesa. En él se destaca el valiente abogado GONZALO MIÑO, quien, en uno de los párrafos de su excelente escrito del día de ayer, refiriéndose a los condenados de Santa Fe, expresó: “Pero, tristemente no hubo camaradas, compañeros, retirados o autoridades de las fuerzas de seguridad o militares que los acompañaran, salvo algunas honrosas excepciones que se debe destacar y que concurrieron a título personal”. Comprendo su tristeza, porque si se quiere, esta es la parte más penosa de estar en prisión, a como dé lugar, imputado por los mal llamados delitos de lesa humanidad. EL MIEDO, LA DESERCIÓN Y EL SÁLVESE QUIEN PUEDA DE LOS UNIFORMADOS, es lo que se impone. Por eso y por lo vivido junto con mi familia, en estos cinco años que llevo preso yo no espero ni quiero NADA DE NADIE.
Paralelamente la vileza de la “política de estado” y unos mediocres burócratas judiciales, puso en evidencia el valor inconmensurable de un pequeño puñado de mujeres y hombres. Muchos de ellos sin familiares presos, que desde el mismo momento en que se impuso la iniquidad, dando la cara lucharon y luchan por una justicia de verdad y en consecuencia, lo hacen por nosotros. Hay excepciones entre los uniformados y unos pocos no callan, otros se expresan en círculos de amigos a través de las redes o cadenas de mails, sin querer trascender. No mencionaré a los que están en actividad ya que para ellos no existimos. Lo que de verdad abunda, es el retirado que mira para otro lado, nunca hacia el mundo paralelo en el que estamos muriendo encerrados. Si ese mismo hombre llega a ser imputado y detenido, entonces comienza a quejarse, en voz baja, de los “camaradas” que no hacen nada por él, olvidando que su actitud y desinterés hasta ese momento fue exactamente igual. De allí en más, pasa a ser un manso y silencioso preso y si transcurridos unos años recibe la prisión domiciliaria o es absuelto, directamente se transforma en un desaparecido. Ver todo este comportamiento al mismo tiempo que se entonan las estrofas del Himno Nacional, jurando con gloria morir y se resaltan comportamientos heroicos de un pasado ya lejano, me desconcierta aún más y me obliga a pensar que LOS HÉROES NO EXISTEN. De existir lo tendríamos que haber hecho notar día a día todos estos años ya que el heroísmo estaría repitiendo una y mil veces ¡PRESENTE!
Las medallas ganadas ayer no sirven son un recuerdo, solo valen las que se puedan merecer hoy o mañana. Estos tiempos a lo sumo, nos encuentran escribiendo a pesar de que no somos escritores y menos si en mayoría se hace en forma anónima a través de las redes. Al no ponernos de pie diciendo ¡BASTA! vamos languideciendo hasta que lastimosamente y de a uno, sin pena ni gloria nos sorprende la muerte.
[ezcol_1half]
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Agosto 30, 2019
[/ezcol_1half]
[ezcol_1half_end]
“Los héroes no son siempre los que ganan.
A veces, son los que pierden. Pero siguen
luchando, y siguen aguantando. No se
rinden. Eso es lo que los convierte
en héroes.”
Cassandra Clare (1973-…)
[/ezcol_1half_end]
ADVERTENCIA: Nuestros archivos están fuera de Argentina.
¡O JUREMOS CON GLORIA MORIR!
Mientras el país se debate al borde de un caos económico y social, provocado por los partidos políticos de todos los colores y unos luchan para no irse y otros para volver, en ambos casos a cualquier precio, bajemos a nuestro pequeño mundo paralelo de adultos mayores en prisión, que a muy pocos interesa. En él se destaca el valiente abogado GONZALO MIÑO, quien, en uno de los párrafos de su excelente escrito del día de ayer, refiriéndose a los condenados de Santa Fe, expresó: “Pero, tristemente no hubo camaradas, compañeros, retirados o autoridades de las fuerzas de seguridad o militares que los acompañaran, salvo algunas honrosas excepciones que se debe destacar y que concurrieron a título personal”. Comprendo su tristeza, porque si se quiere, esta es la parte más penosa de estar en prisión, a como dé lugar, imputado por los mal llamados delitos de lesa humanidad. EL MIEDO, LA DESERCIÓN Y EL SÁLVESE QUIEN PUEDA DE LOS UNIFORMADOS, es lo que se impone. Por eso y por lo vivido junto con mi familia, en estos cinco años que llevo preso yo no espero ni quiero NADA DE NADIE.
Paralelamente la vileza de la “política de estado” y unos mediocres burócratas judiciales, puso en evidencia el valor inconmensurable de un pequeño puñado de mujeres y hombres. Muchos de ellos sin familiares presos, que desde el mismo momento en que se impuso la iniquidad, dando la cara lucharon y luchan por una justicia de verdad y en consecuencia, lo hacen por nosotros. Hay excepciones entre los uniformados y unos pocos no callan, otros se expresan en círculos de amigos a través de las redes o cadenas de mails, sin querer trascender. No mencionaré a los que están en actividad ya que para ellos no existimos. Lo que de verdad abunda, es el retirado que mira para otro lado, nunca hacia el mundo paralelo en el que estamos muriendo encerrados. Si ese mismo hombre llega a ser imputado y detenido, entonces comienza a quejarse, en voz baja, de los “camaradas” que no hacen nada por él, olvidando que su actitud y desinterés hasta ese momento fue exactamente igual. De allí en más, pasa a ser un manso y silencioso preso y si transcurridos unos años recibe la prisión domiciliaria o es absuelto, directamente se transforma en un desaparecido. Ver todo este comportamiento al mismo tiempo que se entonan las estrofas del Himno Nacional, jurando con gloria morir y se resaltan comportamientos heroicos de un pasado ya lejano, me desconcierta aún más y me obliga a pensar que LOS HÉROES NO EXISTEN. De existir lo tendríamos que haber hecho notar día a día todos estos años ya que el heroísmo estaría repitiendo una y mil veces ¡PRESENTE!
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Las medallas ganadas ayer no sirven son un recuerdo, solo valen las que se puedan merecer hoy o mañana. Estos tiempos a lo sumo, nos encuentran escribiendo a pesar de que no somos escritores y menos si en mayoría se hace en forma anónima a través de las redes. Al no ponernos de pie diciendo ¡BASTA! vamos languideciendo hasta que lastimosamente y de a uno, sin pena ni gloria nos sorprende la muerte.
[ezcol_1half]Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Agosto 30, 2019
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]A veces, son los que pierden. Pero siguen
luchando, y siguen aguantando. No se
rinden. Eso es lo que los convierte
en héroes.”
Cassandra Clare (1973-…)
ADVERTENCIA: Nuestros archivos están fuera de Argentina.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 30, 2019
Related Posts
En memoria del Dr. Marcelo Ganuza… un ser excepcional
♦ Por Claudio Kussman. En estos últimos 12 [...]
LESA HUMANIDAD – FERNANDEZ AVELLO LA “QUERELLANTA” DE MILEI (Con video de 17 minutos)
◘ Por Claudio Kussman. En el marco del [...]
EL “YO ACUSO” DE LA MEGA CAUSA ZONA 5
○ Por Claudio Kussman. Luego de 2 años [...]