Gustavo De Marchi reclama a la Justicia “el mismo trato” que los presos comunes. Es uno de los casi cien ex represores que esta en esa situación. El Papa les mandó un Rosario.
Uno de los casi 100 militares con prisión preventiva pero sin condena firme por delitos de lesa humanidad comenzó una huelga de hambre en reclamo de “igualdad” frente a excarcelaciones con detención domiciliaria como la que benefició al ex ministro de Planificación Julio de Vido. Se trata del ex teniente primero Gustavo Ramón De Marchi.
El Papa Francisco les envió el sábado rosarios a más de 50 militares detenidos por delitos de lesa humanidad. El obispo castrense, Santiago Olivera, difundió el envío. Él le presentó a Francisco en el Vaticano las siguientes cifras: hasta octubre pasado fueron condenados 983 militares por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, 847 están aún procesados y 553 murieron en prisión. Hay 93 que llevan más de una década con prisión preventiva sin que se hayan alzado voces del garantismo en son de queja.
El Papa le envió más de 50 rosarios a militares detenidos por delitos de lesa humanidad
“No pido ni prisión domiciliaria, ni salidas transitorias, ni la excarcelación. Solo reclamo igualdad ante la ley, que los militares presos tengamos los mismos derechos y el mismo trato que los presos comunes”, explicó desde su celda del Hospital Penitenciario Federal de Ezeiza De Marchi de 71 años al diario La Nación. El militar tiene problemas graves de salud, y hace 27 días comenzó una huelga de hambre, que tiene decidido prolongar “hasta sus últimas consecuencias”, según informó el matutino
Como protesta, el militar interrumpió la ingesta de los 17 medicamentos que tenía prescriptos. “Sufrió un ACV, tiene diabetes, perdió la visión de un ojo y está alojado en una dependencia penal que tiene un equipamiento limitado para atender casos médicos complejos. Por la huelga de hambre, perdió más de 15 kilos. Se niega a que le extraigan sangre y solo accedió a tomar líquidos, especialmente mate, para evitar trastornos renales que le produzcan dificultades para orinar”, informó La Nación.
“Llevo diez años y cuatro meses preso, según el cómputo legal, y no tengo sentencia firme“, explicó De Marchi, que recibió dos condenas del Tribunal Oral Federal de San Juan por delitos de lesa humanidad: una en 2014, a 25 años de prisión, y otra perpetua, en octubre de 2018. “Yo no designé abogado, me representa un defensor oficial que me puso el Estado y él mismo reconoció que todo este proceso es un circo”, informó el militar.
Recientemente, el ex ministro de Planificación Julio De Vido -condenado por la Tragedia de Once- y procesado en otras tres causas fue beneficiado por el arresto domicilio, en medio de una ola de excarcelaciones de ex funcionarios K, tras el cambio de Gobierno.
La Unión de Promociones, una entidad civil que trabaja por los uniformados de todas las fuerzas armadas y de seguridad, informó que de los 544 oficiales, suboficiales y civiles que murieron prisión -“en cautiverio”, como definen- solo 71 tuvieron condena firme.
El promedio de edad de los uniformados de todas las fuerzas presos supera los 76 años y la media de las prisiones preventivas es de siete años, aunque hay que casos que llegan a 16, por medidas alentadas por el kirchnerismo.
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Gustavo De Marchi reclama a la Justicia “el mismo trato” que los presos comunes. Es uno de los casi cien ex represores que esta en esa situación. El Papa les mandó un Rosario.
Colaboración: DRA ANDREA PALOMAS ALARCÓN
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 18, 2020