Decenas de miles de personas han recibido este lunes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Ahmedabad (Estado de Gujarat, noroeste), el feudo del primer ministro indio, Narendra Modi, donde dio comienzo a su viaje oficial al país asiático. En su primera visita a la India como presidente estadounidense, Trump tiene previsto firmar acuerdos militares con Modi, aliado estratégico de su Administración. La delegación estadounidense también busca limar asperezas con Nueva Delhi, con quien mantiene una disputa arancelaria cuando la guerra comercial con China ofrece una oportunidad de negocio entre las dos democracias más grandes del mundo.
Como anunció Modi para regocijo de su homólogo estadounidense, más de 110.000 personas aplaudieron a Trump desde las gradas del estadio de críquet de Motera, el más grande del mundo, aún en construcción pero engalanado para el evento, en una jornada empañada por las protestas en la capital india, donde las fuerzas de seguridad han cargado este lunes contra los manifestantes que protestan por la ley de ciudadanía que excluye a musulmanes migrantes de poder solicitar asilo en India. Al menos un policía ha resultado muerto en los enfrentamientos, mientras las autoridades locales decretaban el cierre de todas las escuelas este martes en el distrito noreste de Delhi.
Trump, que recordó durante su intervención al padre de la independencia india, Mahatma Gandhi, también enumeró los éxitos del Gobierno de Modi durante su discurso. Sin embargo, fue su referencia a la lucha antiterrorista en la frontera con Pakistán, vecino y enemigo irreconciliable de la India, la que más vítores se llevó. “Mi Gobierno trabaja con Pakistán para acabar con los grupos terroristas y para reducir las tensiones entre todas las naciones del sur de Asia”, dijo Trump.
Aliado tradicional de Pakistán, EE UU ha acercado no obstante posiciones con la India a medida que esta se distanciaba de Rusia, coincidiendo con su apertura económica en las dos últimas décadas. Muestra de ello es la visita a la India, la cuarta de un mandatario de la Casa Blanca en dos décadas, prueba de la creciente alianza estratégica en el corredor indo-pacífico. Esta renovada relación se materializará con un acuerdo de compra de material militar estadounidense por valor de 2.600 millones de dólares, que Modi y Trump firmarán este martes.
Pero el viaje de 36 horas de la delegación norteamericana no cierra la disputa económica entre las dos potencias. En junio de 2019, Estados Unidos retiró al país asiático del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) y le impuso tasas arancelarias para exportaciones valoradas en unos 5.600 millones de dólares. Desde entonces, Washington reclama más entrada al mercado lácteo y de la avicultura en India, así como menos control sobre aparatos médicos. La India reclama más acceso de sus productos farmacéuticos y agrícolas a EEUU, su segundo mayor socio comercial tras China.
El comercio bilateral de bienes y servicios de ambos alcanzó el récord de 142.600 millones de dólares en 2018. Tras meses de negociaciones, fuentes estadounidenses indican que las propuestas tarifarias para impulsar el programa Make in India —lanzado por Modi en 2014 para potenciar el sector manufacturero del país asiático— han dificultado el acuerdo, que tendrá que esperar a las presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
La “dureza negociadora de Modi”, como la ha descrito Trump, no impide la buena relación entre ambos, subrayada este lunes en el discurso del presidente norteamericano. Por su parte, Modi ha hecho un despliegue nunca visto para una visita de solo tres horas a Ahmedabad, invirtiendo 12 millones de dólares en el embellecimiento de sus calles, incluida la construcción de un muro para ocultar una de las barriadas de chabolas cercanas al aeropuerto. El estadounidense tiene más seguidores en la India que en ningún otro país y, como magnate, su mayor gama de negocios fuera de EE UU.
Al grito de “Namasté Trump” (Bienvenido, Trump), Modi ha conseguido que el discurso del presidente estadounidense obvie los abusos de derechos humanos en Cachemira, región en disputa entre la India y Pakistán y cuya parte india está bajo control de Nueva Delhi desde agosto, una vez revocado el estatuto de autonomía de que gozaba, así como el precario estado de la libertad religiosa en India. Los dos temas, que figuran en la agenda de la delegación estadounidense, serán no obstante tratados durante el encuentro privado que los dos líderes mantendrán este martes en Nueva Delhi. Tras esta reunión, Trump regresará a EEUU poniendo fin al que probablemente sea uno de sus últimos viajes oficiales al extranjero antes de las presidenciales de noviembre.
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Decenas de miles de personas han recibido este lunes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Ahmedabad (Estado de Gujarat, noroeste), el feudo del primer ministro indio, Narendra Modi, donde dio comienzo a su viaje oficial al país asiático. En su primera visita a la India como presidente estadounidense, Trump tiene previsto firmar acuerdos militares con Modi, aliado estratégico de su Administración. La delegación estadounidense también busca limar asperezas con Nueva Delhi, con quien mantiene una disputa arancelaria cuando la guerra comercial con China ofrece una oportunidad de negocio entre las dos democracias más grandes del mundo.
Como anunció Modi para regocijo de su homólogo estadounidense, más de 110.000 personas aplaudieron a Trump desde las gradas del estadio de críquet de Motera, el más grande del mundo, aún en construcción pero engalanado para el evento, en una jornada empañada por las protestas en la capital india, donde las fuerzas de seguridad han cargado este lunes contra los manifestantes que protestan por la ley de ciudadanía que excluye a musulmanes migrantes de poder solicitar asilo en India. Al menos un policía ha resultado muerto en los enfrentamientos, mientras las autoridades locales decretaban el cierre de todas las escuelas este martes en el distrito noreste de Delhi.
Trump, que recordó durante su intervención al padre de la independencia india, Mahatma Gandhi, también enumeró los éxitos del Gobierno de Modi durante su discurso. Sin embargo, fue su referencia a la lucha antiterrorista en la frontera con Pakistán, vecino y enemigo irreconciliable de la India, la que más vítores se llevó. “Mi Gobierno trabaja con Pakistán para acabar con los grupos terroristas y para reducir las tensiones entre todas las naciones del sur de Asia”, dijo Trump.
Aliado tradicional de Pakistán, EE UU ha acercado no obstante posiciones con la India a medida que esta se distanciaba de Rusia, coincidiendo con su apertura económica en las dos últimas décadas. Muestra de ello es la visita a la India, la cuarta de un mandatario de la Casa Blanca en dos décadas, prueba de la creciente alianza estratégica en el corredor indo-pacífico. Esta renovada relación se materializará con un acuerdo de compra de material militar estadounidense por valor de 2.600 millones de dólares, que Modi y Trump firmarán este martes.
Pero el viaje de 36 horas de la delegación norteamericana no cierra la disputa económica entre las dos potencias. En junio de 2019, Estados Unidos retiró al país asiático del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) y le impuso tasas arancelarias para exportaciones valoradas en unos 5.600 millones de dólares. Desde entonces, Washington reclama más entrada al mercado lácteo y de la avicultura en India, así como menos control sobre aparatos médicos. La India reclama más acceso de sus productos farmacéuticos y agrícolas a EEUU, su segundo mayor socio comercial tras China.
El comercio bilateral de bienes y servicios de ambos alcanzó el récord de 142.600 millones de dólares en 2018. Tras meses de negociaciones, fuentes estadounidenses indican que las propuestas tarifarias para impulsar el programa Make in India —lanzado por Modi en 2014 para potenciar el sector manufacturero del país asiático— han dificultado el acuerdo, que tendrá que esperar a las presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
La “dureza negociadora de Modi”, como la ha descrito Trump, no impide la buena relación entre ambos, subrayada este lunes en el discurso del presidente norteamericano. Por su parte, Modi ha hecho un despliegue nunca visto para una visita de solo tres horas a Ahmedabad, invirtiendo 12 millones de dólares en el embellecimiento de sus calles, incluida la construcción de un muro para ocultar una de las barriadas de chabolas cercanas al aeropuerto. El estadounidense tiene más seguidores en la India que en ningún otro país y, como magnate, su mayor gama de negocios fuera de EE UU.
Al grito de “Namasté Trump” (Bienvenido, Trump), Modi ha conseguido que el discurso del presidente estadounidense obvie los abusos de derechos humanos en Cachemira, región en disputa entre la India y Pakistán y cuya parte india está bajo control de Nueva Delhi desde agosto, una vez revocado el estatuto de autonomía de que gozaba, así como el precario estado de la libertad religiosa en India. Los dos temas, que figuran en la agenda de la delegación estadounidense, serán no obstante tratados durante el encuentro privado que los dos líderes mantendrán este martes en Nueva Delhi. Tras esta reunión, Trump regresará a EEUU poniendo fin al que probablemente sea uno de sus últimos viajes oficiales al extranjero antes de las presidenciales de noviembre.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 25, 2020