Por Michael R. Pompeo, Secretario de Estado de los Estados Unidos de América
En reconocimiento al Día Internacional de la Democracia el 15 de septiembre, reafirmamos el derecho de todo ciudadano a participar en los procesos de autogobierno democrático. Las democracias son responsables ante sus ciudadanos. Respetan el Estado de derecho, protegen vidas y bienes, y respetan las libertades, la dignidad y la igualdad de todas las personas.
La democracia sigue siendo la aspiración de personas de todo el mundo porque todos anhelamos ser libres. Desde que somos niños, afirmamos instintivamente nuestra capacidad de autogobierno, de tomar decisiones que moldean nuestra vida. Como ciudadanos, entendemos que debemos tener la libertad de involucrar a otros en debates sobre la sabiduría de las decisiones de los líderes a quienes confiamos el poder de proteger nuestras vidas, nuestra propiedad y nuestras libertades. Y, como seres humanos, sabemos que no podemos hacerlo solos. Las democracias son comunidades inclusivas de individuos que son libres de trabajar juntos para lograr las metas que han elegido libremente, y prosperan porque la libertad libera el talento y la creatividad de todos.
Hoy, el mundo se tambalea por una de las mayores crisis de salud pública de los tiempos modernos. Las democracias, los gobiernos autoritarios y las dictaduras se ven igualmente desafiados por la pandemia del coronavirus, pero solo las democracias tienen la libertad de debatir abiertamente cómo responder. Mientras tanto, los autoritarios de todo tipo se mantienen fieles a la forma. Su primera prioridad no es la salud pública, sino la protección de su propio poder. Se niegan a responder preguntas difíciles. Siembran desinformación, toman como chivo expiatorio a los grupos vulnerables, amplían la vigilancia masiva y suspenden el estado de derecho. La gente sufre cuando sus líderes solo rinden cuentas ante sí mismos o ante las partes que controlan.
Las democracias, por el contrario, prosperan en tiempos de adversidad. Gracias a la libertad de expresión y la igualdad de todas las personas ante la ley, los ciudadanos de sociedades democráticas pueden afrontar juntos los problemas de salud pública. Los individuos de las naciones democráticas exigen acceso a la información para poder protegerse a sí mismos y a los demás. Y las sociedades que adoptan la igualdad ante la ley viven esa creencia dando pasos activos para promover la participación y protección plenas de todas las personas.
La gobernabilidad democrática está lejos de ser perfecta, pero ciertamente supera a las alternativas. Las sociedades democráticas respetan los derechos humanos y son más pacíficas, prósperas y seguras. Apoyamos a las personas en todas partes que buscan vivir con libertad, seguridad y dignidad bajo gobiernos democráticos.
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En reconocimiento al Día Internacional de la Democracia el 15 de septiembre, reafirmamos el derecho de todo ciudadano a participar en los procesos de autogobierno democrático. Las democracias son responsables ante sus ciudadanos. Respetan el Estado de derecho, protegen vidas y bienes, y respetan las libertades, la dignidad y la igualdad de todas las personas.
La democracia sigue siendo la aspiración de personas de todo el mundo porque todos anhelamos ser libres. Desde que somos niños, afirmamos instintivamente nuestra capacidad de autogobierno, de tomar decisiones que moldean nuestra vida. Como ciudadanos, entendemos que debemos tener la libertad de involucrar a otros en debates sobre la sabiduría de las decisiones de los líderes a quienes confiamos el poder de proteger nuestras vidas, nuestra propiedad y nuestras libertades. Y, como seres humanos, sabemos que no podemos hacerlo solos. Las democracias son comunidades inclusivas de individuos que son libres de trabajar juntos para lograr las metas que han elegido libremente, y prosperan porque la libertad libera el talento y la creatividad de todos.
Hoy, el mundo se tambalea por una de las mayores crisis de salud pública de los tiempos modernos. Las democracias, los gobiernos autoritarios y las dictaduras se ven igualmente desafiados por la pandemia del coronavirus, pero solo las democracias tienen la libertad de debatir abiertamente cómo responder. Mientras tanto, los autoritarios de todo tipo se mantienen fieles a la forma. Su primera prioridad no es la salud pública, sino la protección de su propio poder. Se niegan a responder preguntas difíciles. Siembran desinformación, toman como chivo expiatorio a los grupos vulnerables, amplían la vigilancia masiva y suspenden el estado de derecho. La gente sufre cuando sus líderes solo rinden cuentas ante sí mismos o ante las partes que controlan.
Las democracias, por el contrario, prosperan en tiempos de adversidad. Gracias a la libertad de expresión y la igualdad de todas las personas ante la ley, los ciudadanos de sociedades democráticas pueden afrontar juntos los problemas de salud pública. Los individuos de las naciones democráticas exigen acceso a la información para poder protegerse a sí mismos y a los demás. Y las sociedades que adoptan la igualdad ante la ley viven esa creencia dando pasos activos para promover la participación y protección plenas de todas las personas.
La gobernabilidad democrática está lejos de ser perfecta, pero ciertamente supera a las alternativas. Las sociedades democráticas respetan los derechos humanos y son más pacíficas, prósperas y seguras. Apoyamos a las personas en todas partes que buscan vivir con libertad, seguridad y dignidad bajo gobiernos democráticos.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 15, 2020