Cacería de Luz Mala para principiantes

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Por Namssuk Naibaf

He sabido de grandes epopeyas y tal vez ahora que estoy a punto de exhalar mi último respiro sea el momento de dar a conocer alguna, dejar mi legado. Par ello, debo comentar acerca de las peripecias de mi profesión y el equipo de colaboradores, a quienes tanto les debo.

Recuerdo las largas horas de espera en el medio del lago aguardando a Nessie para atraparlo solo con una red. Nahuelito se cavó su propia fosa cuando lo arrinconamos contra los arrayanes arponeándolo cruelmente. El Yeti -por escapar de prisa- tropezando con sus generosas patas y rodando cuesta abajo hasta caer solo en la jaula. El Conde, ese distinguido sanguinario, cayó en la vieja trampa del ajo vegano. Ciruelas fermentadas lograron el truco para que el Chupacabras se durmiera, para así ponerle grilletes.

Pero para la Luz Mala… ¡Ah, la Luz Mala! Allí si tuvimos que ser pacientes y construir un meticuloso plan. No confundir la Luz Mala con La Llorona y la Viuda Alegre. Esto es importante, es decir, destruir mitos urbanos. Es primordial obtener conocimiento sobre si la Luz Mala es terrestre o flotante. Y, al fin, y lo más importante: Saber si emite sonidos. ¿Por qué esta investigación previa? No lo sé con certeza, pero así mi mentor me lo enseñó. El secreto es el buen whiskey y tomarlo justo antes de salir de rastrillaje, eso hace más fácil el avistamiento, no así la cacería. Una vez que se hace contacto visual, es imperante no perderlo. Rodear el objetivo con una bolsa de tela y saltar sobre él cuando mientras este se encuentra a babor. Permanecer sobre ella, permitiéndole apenas respirar. Cuando interprete que la Luz Mala (o usted) deja de moverse, confinar la Luz Mala al fondo de la bolsa. Deje la misma en un lugar seguro, seco, lejos de la curiosa multitud y verá que por efecto de maniobras de las tinieblas, en la mañana, la Luz Mala se transformará en residuos óseos.

Si no lo logra al primer intento, intente una nueva cacería dos noches después.

 

Información posterior a los hechos

En Escocia hay un tronco enredado en una malla de tanza junto a un muelle muy poco visitado. Los restos de un bote petrificado pueden verse a las orillas de un lago en Neuquén lleno de averías en la proa. Un esquiador aún espantado presentó una denuncia por intento de secuentro ante las autoridades del gobierno de Nepal. José Miguel Conde, el hemofílico, está en tratamiento permanente por acidez estomacal. En Puerto Rico, un campesino acompaña a su perro a Alcohólicos Anónimos todos los miércoles por la noche, llueva o no.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Setiembre 30, 2020


 

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