El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo,
que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser
humano y lo convierte en una efectiva, violenta,
selectiva y fría máquina de matar.
Nuestros soldados tienen que ser así;
un pueblo sin odio no puede triunfar
sobre un enemigo brutal.
Ernesto Guevara de la Serna (a) “Che”.
¿Qué se puede agregar que no se haya dicho ya sobre “NODIO: Observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios y plataformas digitales” que según sus mentores “tendrá como objetivo proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falacias”?
Al estupor le siguió la incredulidad: MIRIAM LEWIN, una periodista conocida por su permanente conflicto con la ética profesional fue primero encaramada en la “Defensoría del público” y ahora en este nuevo adefesio fiscalizador.
Ya prefiguraba Orwell que toda operación oscura de control social se enmascara con nombres linditos como “Ministerio de la Paz”, “Ministerio de la Verdad” “Ministerio del Amor”
El “Nodio” pretendería borrar el odio de la sociedad, o al menos el de los contrarios. Hasta el momento, pese a los ríos de tinta que manaron de este asunto, no está muy claro cuál sería su autoridad real. ¿Puede imponer sanciones? ¿Es puramente enunciativo? ¿Denunciativo? ¿escrachador? ¿productor de dictámenes que luego el Ejecutivo utilizará para distribuir pauta oficial?
Ciertamente los políticos de la oposición (y la mayor parte de los periodistas) han quedado descolocados con esta nueva ocurrencia orwelliana. Dice GABRIELA CERRUTI que LEWIN acudirá al Congreso a explicar cuál es su función real. De lo que declare dependerá que quede delimitada a la fantástica pretensión de borrar el odio del mundo o sólo el odio de los adversarios del gobierno. Esta delimitación se podrá contrastar después con sus acciones y rechazarlas en la justicia con elementos concretos.
Si yo estuviera en esa sesión del Congreso le preguntaría a LEWIN qué acciones tomó contra DADY BRIEVA, LUIS D´ELÍA, GRABOIS y el Presidente de la Nación que llamó indirectamente “mala gente” a los que protestaban contra su gobierno. El partido que la llevó a su pródigo cargo tiene unos cuantos odiadores insuperables.
Pero ¿por qué los odiadores seriales se muestran enemigos del odio de los otros? ¿Es una actividad deliciosa que quieren reservar sólo para sí?
En la década de los 70 se enunció que el odio era un arma, una forma de adormecer las conciencias de los “soldados” que ponían bombas en lugares públicos, disparaban ametralladoras contra autos llenos de niñas pequeñas, retenían en un pozo más de un año a un ingeniero militar que se negaba fabricar explosivos. Se promovía el odio como un gran anestésico de la moral que en mayor o menor medida todos cargamos en la vida.
Más allá del reparto de cargos entre los feligreses del partido gobernante qué se busca con este ¿Ministerio del Amor o del No odio?
Leo con aprobación que una Juez rechazó las pretensiones protectorias de un grupo de legisladores. En esto tengo que estar de acuerdo con la juez; no se puede prohibir un delito que no se ha producido todavía. Veremos en los próximos meses antes que días (dejarán que la bulla se disipe antes de actuar) cuál es la verdadera intención del Ministerio del Amor que encabeza MIRIAM LEWIN.
En mi fuero íntimo creo que lo que motiva este Ministerio del Amor es que el gobierno de los Fernández conoce el valor de “arma” que tiene y teme el odio desatado por la clase media que siempre fue “mayoría silenciosa” y hoy está insubordinada y militante. Hacen bien en temer, siempre fue la clase media la impulsora de revoluciones violentas, no las clases bajas.
Mientras tanto reivindico mi derecho a odiar. No es muy cristiano, no es lindo, no es políticamente correcto, pero nadie, ningún burócrata ni guerrillera pendular tiene potestad sobre mi mente y mi corazón.
Odio a los que atacaron este país con bombas, con ametralladoras, con secuestros. Odio a los que se escondían detrás de una teoría cientifista que no era diferente al mundo totalitario de explotación de masas, odio a los que no tuvieron la dignidad de reconocer su derrota y se disfrazaron de víctimas, odio a los que odiaban a los Estados Unidos, pero cobran indemnizaciones en dólares. En este punto debo hacer una aclaración, el jefe del ERP, JUAN ARNOL KREMER cobró una indemnización por haber sido un “exiliado político” y cuando el gobierno de DUHALDE pesificó la economía KREMER hizo un amparo porque no quería su indemnización en pesos sino dólares. Los odio por hipócritas y cínicos.
Odio a los que inventaron la cifra de los 30.000 y la siguen repitiendo, aunque la mentira se descascaró hace mucho. Odio los que acompañaron la mentira oficial y hoy tienen vergüencita de reconocer que fueron cómplices de un gran engaño. Odio a los que inventaron un “genocidio” que le quita la condición humana a un grupo de personas que se destierra sin culpa al olvido de los biempensantes. Odio a los que siguen viviendo de un genocidio de utilería que nunca existió y a los que callan y no denuncian la verdad todos los días de su vida.
Por esto y mucho más reivindico mi derecho a odiar
♠
Por DRA. ANDREA PALOMAS ALARCÓN
¿Qué se puede agregar que no se haya dicho ya sobre “NODIO: Observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios y plataformas digitales” que según sus mentores “tendrá como objetivo proteger a la ciudadanía de las noticias falsas, maliciosas y falacias”?
Al estupor le siguió la incredulidad: MIRIAM LEWIN, una periodista conocida por su permanente conflicto con la ética profesional fue primero encaramada en la “Defensoría del público” y ahora en este nuevo adefesio fiscalizador.
Ya prefiguraba Orwell que toda operación oscura de control social se enmascara con nombres linditos como “Ministerio de la Paz”, “Ministerio de la Verdad” “Ministerio del Amor”
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]El “Nodio” pretendería borrar el odio de la sociedad, o al menos el de los contrarios. Hasta el momento, pese a los ríos de tinta que manaron de este asunto, no está muy claro cuál sería su autoridad real. ¿Puede imponer sanciones? ¿Es puramente enunciativo? ¿Denunciativo? ¿escrachador? ¿productor de dictámenes que luego el Ejecutivo utilizará para distribuir pauta oficial?
Ciertamente los políticos de la oposición (y la mayor parte de los periodistas) han quedado descolocados con esta nueva ocurrencia orwelliana. Dice GABRIELA CERRUTI que LEWIN acudirá al Congreso a explicar cuál es su función real. De lo que declare dependerá que quede delimitada a la fantástica pretensión de borrar el odio del mundo o sólo el odio de los adversarios del gobierno. Esta delimitación se podrá contrastar después con sus acciones y rechazarlas en la justicia con elementos concretos.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Si yo estuviera en esa sesión del Congreso le preguntaría a LEWIN qué acciones tomó contra DADY BRIEVA, LUIS D´ELÍA, GRABOIS y el Presidente de la Nación que llamó indirectamente “mala gente” a los que protestaban contra su gobierno. El partido que la llevó a su pródigo cargo tiene unos cuantos odiadores insuperables.
Pero ¿por qué los odiadores seriales se muestran enemigos del odio de los otros? ¿Es una actividad deliciosa que quieren reservar sólo para sí?
En la década de los 70 se enunció que el odio era un arma, una forma de adormecer las conciencias de los “soldados” que ponían bombas en lugares públicos, disparaban ametralladoras contra autos llenos de niñas pequeñas, retenían en un pozo más de un año a un ingeniero militar que se negaba fabricar explosivos. Se promovía el odio como un gran anestésico de la moral que en mayor o menor medida todos cargamos en la vida.
Más allá del reparto de cargos entre los feligreses del partido gobernante qué se busca con este ¿Ministerio del Amor o del No odio?
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Leo con aprobación que una Juez rechazó las pretensiones protectorias de un grupo de legisladores. En esto tengo que estar de acuerdo con la juez; no se puede prohibir un delito que no se ha producido todavía. Veremos en los próximos meses antes que días (dejarán que la bulla se disipe antes de actuar) cuál es la verdadera intención del Ministerio del Amor que encabeza MIRIAM LEWIN.
En mi fuero íntimo creo que lo que motiva este Ministerio del Amor es que el gobierno de los Fernández conoce el valor de “arma” que tiene y teme el odio desatado por la clase media que siempre fue “mayoría silenciosa” y hoy está insubordinada y militante. Hacen bien en temer, siempre fue la clase media la impulsora de revoluciones violentas, no las clases bajas.
Mientras tanto reivindico mi derecho a odiar. No es muy cristiano, no es lindo, no es políticamente correcto, pero nadie, ningún burócrata ni guerrillera pendular tiene potestad sobre mi mente y mi corazón.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]Odio a los que atacaron este país con bombas, con ametralladoras, con secuestros. Odio a los que se escondían detrás de una teoría cientifista que no era diferente al mundo totalitario de explotación de masas, odio a los que no tuvieron la dignidad de reconocer su derrota y se disfrazaron de víctimas, odio a los que odiaban a los Estados Unidos, pero cobran indemnizaciones en dólares. En este punto debo hacer una aclaración, el jefe del ERP, JUAN ARNOL KREMER cobró una indemnización por haber sido un “exiliado político” y cuando el gobierno de DUHALDE pesificó la economía KREMER hizo un amparo porque no quería su indemnización en pesos sino dólares. Los odio por hipócritas y cínicos.
Odio a los que inventaron la cifra de los 30.000 y la siguen repitiendo, aunque la mentira se descascaró hace mucho. Odio los que acompañaron la mentira oficial y hoy tienen vergüencita de reconocer que fueron cómplices de un gran engaño. Odio a los que inventaron un “genocidio” que le quita la condición humana a un grupo de personas que se destierra sin culpa al olvido de los biempensantes. Odio a los que siguen viviendo de un genocidio de utilería que nunca existió y a los que callan y no denuncian la verdad todos los días de su vida.
Por esto y mucho más reivindico mi derecho a odiar
Ya pueden venir por mí.
Biografía de la doctora Andrea Palomas Alarcón
[ezcol_1fifth].[/ezcol_1fifth] [ezcol_3fifth] [/ezcol_3fifth] [ezcol_1fifth_end].[/ezcol_1fifth_end]PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 18, 2020