Un espectro recorre Argentina. El espectro de los años setenta. Desconocía el programa Haciendo Foco, el cual me parece más organizado, con espíritu participativo, más comprensible que Intratables, y con un conductor que tiene idea del tema que se trata. Quien pareciera no tenerla es el joven Lipovetzky que sin argumentos (El típico “si, porque sí) se empeñaba en proclamar que en esos trágicos años no hubo una guerra, cuestión resuelta por la doctora Villarruel al confirmar que los mismos terroristas
admitieron ese conflicto, que usaban uniformes, que emitían partes y comunicados de guerra. Lipovetsky -un hombre de Derechos Humanos- desliga la participación de políticos en el golpe y tiene la visión de que el terrorismo fue una reacción de desobediencia civil, aunque si merecen ser castigados. Tiembla Thoreau. Es mi parecer que los verdaderos combatientes reconocen la guerra, los mediocres que buscan beneficio, se aferran al exterminio de una población. Juan Carlos Dante Gullo ingresó con ansias de pacificar, tal vez sinceramente, tal vez para expiar sus pecados, pero terminó utilizando golpes de estados del pasado, mientras insistentemente deseaba hablar solo del golpe del 24 de marzo de 1976. Gerardo Romano ha cambiado. De aquel Romano que sentenciaba “los montoneros mataban con respeto” a este solidario con las víctimas del terrorismo hay un valle. Despierta curiosidad si, que su ideología -hasta hoy- kirchnerista no le permita ajustar sus frases inconexas. Casi estoy de acuerdo con él en ciertos puntos: Es este un país devastado por interrupciones a periodos democráticos, el señalar a Illia como un hombre decente y guardar silencios al verse desbordado en cuestiones legales, pese a -me han comentado- además de ser un gran actor, es un buen abogado. Las patinadas de Olmedo son bien intencionadas. Tampoco soy un admirador de este legislador, pero hasta ahora es el único que ha mencionado las aberraciones que sufren los presos políticos en el país macrista. La doctora Villarruel pelea por lo justo, habla con documentación en sus labios y no tiene el vicio de mentir, muy usual en quienes debaten. No quiero ser irrespetuoso. No conozco al sexto integrante del panel y ni siquiera retuve su nombre, lo cual indica que no aportó nada a la conversación.
Un espectro recorre Argentina. El espectro de los años setenta. Desconocía el programa Haciendo Foco, el cual me parece más organizado, con espíritu participativo, más comprensible que Intratables, y con un conductor que tiene idea del tema que se trata. Quien pareciera no tenerla es el joven Lipovetzky que sin argumentos (El típico “si, porque sí) se empeñaba en proclamar que en esos trágicos años no hubo una guerra, cuestión resuelta por la doctora Villarruel al confirmar que los mismos terroristas
[/ezcol_2fifth] [ezcol_3fifth_end][/ezcol_3fifth_end]admitieron ese conflicto, que usaban uniformes, que emitían partes y comunicados de guerra. Lipovetsky -un hombre de Derechos Humanos- desliga la participación de políticos en el golpe y tiene la visión de que el terrorismo fue una reacción de desobediencia civil, aunque si merecen ser castigados. Tiembla Thoreau. Es mi parecer que los verdaderos combatientes reconocen la guerra, los mediocres que buscan beneficio, se aferran al exterminio de una población. Juan Carlos Dante Gullo ingresó con ansias de pacificar, tal vez sinceramente, tal vez para expiar sus pecados, pero terminó utilizando golpes de estados del pasado, mientras insistentemente deseaba hablar solo del golpe del 24 de marzo de 1976. Gerardo Romano ha cambiado. De aquel Romano que sentenciaba “los montoneros mataban con respeto” a este solidario con las víctimas del terrorismo hay un valle. Despierta curiosidad si, que su ideología -hasta hoy- kirchnerista no le permita ajustar sus frases inconexas. Casi estoy de acuerdo con él en ciertos puntos: Es este un país devastado por interrupciones a periodos democráticos, el señalar a Illia como un hombre decente y guardar silencios al verse desbordado en cuestiones legales, pese a -me han comentado- además de ser un gran actor, es un buen abogado. Las patinadas de Olmedo son bien intencionadas. Tampoco soy un admirador de este legislador, pero hasta ahora es el único que ha mencionado las aberraciones que sufren los presos políticos en el país macrista. La doctora Villarruel pelea por lo justo, habla con documentación en sus labios y no tiene el vicio de mentir, muy usual en quienes debaten. No quiero ser irrespetuoso. No conozco al sexto integrante del panel y ni siquiera retuve su nombre, lo cual indica que no aportó nada a la conversación.
Fabian Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 22, 2017
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