Hay candidatos destacados y aspirantes oscuros. Hay posibles obstáculos por parte de progresistas y conservadores. Y hay facciones en competencia que esperan ser parte del círculo íntimo del próximo presidente, todas compitiendo por influencia.
El presidente electo Joseph R. Biden Jr. actuó rápidamente la semana pasada para nombrar a los dos primeros miembros de su gabinete, eligiendo a uno de sus confidentes más cercanos para que sea el principal diplomático de la nación y eligiendo a un inmigrante para liderar el Departamento de Seguridad Nacional por primera vez.
PsakiBidenTrump
Pero a medida que complete al resto de su equipo en los próximos días y semanas, la tarea se volverá más complicada, lo que lo obligará a navegar por las complicadas corrientes de ideología, género, identidad racial, afiliación partidista, amistad, competencia, antecedentes personales y empleos anteriores. .
Los ayudantes de Biden que están a cargo del proceso de selección revelan poco sobre a quién se propone elegir. Y, sin embargo, como es típico en Washington en los primeros días de una transición, los nombres de las personas que se dice que el presidente electo está considerando son una fuente frecuente de discusión. Esta vez, los chismes se están extendiendo a través de llamadas de video cámara, publicaciones en redes sociales y mensajes de texto encriptados enviados por legisladores, cabilderos y consultores políticos.
“Puedo asegurarles que habrá más anuncios de gabinete en las próximas semanas, así que abróchense el cinturón para diciembre”, dijo a los periodistas Jennifer Psaki, asesora principal de transición, la semana pasada.
A quién llamará Biden para ser el próximo fiscal general se encuentra entre las decisiones más comentadas y políticamente tensas que tomará el presidente electo a medida que los problemas de derechos civiles agitan al país y algunos demócratas esperan investigaciones sobre el presidente Trump y sus asociados.
MonacoYatesPatrickBecerra
Sally Q. Yates, la fiscal general adjunta en los últimos años de la administración Obama, había sido considerada durante mucho tiempo la favorita. Biden está cerca de ella y les ha dicho a sus amigos que podía imaginarla como la principal funcionaria policial del país.
Pero algunos asesores temen que los republicanos bloqueen su nominación debido a su negativa a defender la primera prohibición de viajar de Trump y su papel en las primeras etapas de las investigaciones sobre su campaña y sus asociados.
En cambio, Biden podría elegir a Lisa Monaco, la exasesora de seguridad nacional del presidente Barack Obama que fue finalista en 2013 para ser directorra del F.B.I., y -como la Sra. Yates- trabajó cercanamente con el Sr. Biden cuando era vicepresidente.
Pero ambas mujeres se enfrentan a Deval Patrick, el ex gobernador de Massachusetts que se desempeñó como jefe de la división de derechos civiles del departamento en la administración Clinton y sería el segundo hombre afroamericano en ser fiscal general.
Obama
Los ayudantes del presidente electo ven las cuestiones de derechos civiles como un problema mucho más profundamente arraigado que simplemente uno que ha surgido debido a Trump.
Los ayudantes creen que la experiencia del Sr. Patrick en NAACP (Asociación Nacional para el avance de Personas de color) y su administración de la división de derechos civiles del departamento lo posicionan para abordar ese tema.
Otros alrededor del presidente electo no están ansiosos por recompensar a Patrick, quien saltó a la nominación demócrata el año pasado para desafiar a Biden como una respuesta políticamente moderada a los candidatos más liberales del partido. Xavier Becerra, el fiscal general de California, también está bajo consideración para fiscal general.
Biden tampoco ha anunciado aún su elección para liderar el Pentágono, a pesar de haber presentado a otros miembros de su equipo de seguridad nacional.
FlournoyClintonSmithberger
Una candidata para el puesto, según personas familiarizadas con las deliberaciones de Biden, es Michèle A. Flournoy, una alta funcionaria del Departamento de Defensa del presidente Bill Clinton y Obama. Pero su traba en el trabajo puede haber decaído en los últimos días debido a que algunos grupos progresistas han atacado su trabajo en empresas consultoras que han representado a contratistas militares y gobiernos extranjeros.
“Su empleo en estas dos empresas, así como su tiempo como miembro remunerado de la junta de la empresa contratista de defensa Booz Allen Hamilton, crea posibles conflictos de interés”, dijo Mandy Smithberger del Proyecto de Supervisión Gubernamental, un grupo de vigilancia de la ética.
Los republicanos en el Senado intentarán rechazar a algunos de los nominados de Biden. Pero su equipo está igualmente preocupado por la oposición de los demócratas.
Michael J. Morell, ex director C.I.A. y uno de los dos principales candidatos a ser nominados para ese puesto, ha provocado la ira de los liberales por su abierta defensa del programa de interrogatorios de la C.I.A.
WydenMorellYellenFerguson Jr.
“Mike Morell escribió que la tortura era efectiva y moral”, declaró el pasado viernes el senador Ron Wyden, demócrata de Oregon. “Está equivocado en ambos aspectos”.
Los asesores del presidente electo dijeron el miércoles que tenía la intención de anunciar a más miembros de su equipo económico la próxima semana después de elegir a Janet L. Yellen, ex presidenta de la Reserva Federal, como su secretaria del Tesoro.
Biden podría elegir a Roger W. Ferguson Jr., un economista que era vicepresidente de la Reserva Federal y estaba bajo seria consideración para el puesto del Tesoro, para dirigir el Consejo Económico Nacional o una nueva junta que supervisara la recuperación de la recesión.
Elegir a Ferguson, que es afroamericano, para dirigir el consejo ayudaría a Biden a cumplir la promesa de hacer que su administración se parezca al resto de Estados Unidos. Otros nombres que se están considerando para el puesto son hombres blancos, incluido Bruce Reed, exjefe de gabinete de Biden.
Ocasio-CortezReed
El Sr. Reed, un destacado centrista y cancerbero del déficit, fue el director de política interna de Clinton y ayudó a desarrollar la reforma del bienestar que Clinton firmó como ley que requiere trabajo y establece límites de tiempo.
Ha sido criticado por prominentes miembros liberales del Congreso, incluida la Representante Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York, quien también se opone a su consideración para liderar la Oficina de Administración y Presupuesto, que ayuda a la Casa Blanca a determinar las prioridades económicas. Pero bloquear a Reed, quien transitó con Biden durante gran parte de la campaña, desde el puesto de la oficina de presupuesto solo puede garantizar que termine en el ala oeste de la Casa Blanca, donde el presidente electo podría convertirlo en asesor principal.
Para dirigir el Departamento de Agricultura, el Representante James E. Clyburn de Carolina del Sur, el miembro negro de más alto rango del Congreso, está presionando por la Representante Marcia L. Fudge, una demócrata afroamericana de Ohio. Clyburn, uno de los primeros e importantes patrocinadores de Biden, ha dicho que el departamento debería centrarse más en la problemática del hambre.
ClyburnFudgeHeitkampZients
Pero los tradicionalistas ansiosos por mantener la voz de las zonas rurales de Estados Unidos en el cargo están defendiendo a Heidi Heitkamp, una exsenadora de Dakota del Norte, o Tom Vilsack, el exgobernador de Iowa que se desempeñó como secretario de agricultura de Obama.
Para coordinar la respuesta a la pandemia, Jeffrey D. Zients, quien fue director del Consejo Económico Nacional bajo Obama, podría convertirse en el “Zar del Covid” de Biden.
Mary D. Nichols, la reguladora de aire limpio y clima de California, es considerada la principal candidata para liderar la Agencia de Protección Ambiental. Y hay una campaña creciente para persuadir a Biden de que nombre a un nativo americano como secretario del interior. Entre los nombres que está considerando: Representante Deb Haaland, nativo amercana, demócrata de Nuevo México y una estrella en ascenso en la política demócrata.
HaalandNicholsVilsackMoniz
La posibilidad de que Ernest J. Moniz, el secretario de energía de Obama, repita su papel preocupa a los grupos ambientalistas que creen que Moniz no hizo lo suficiente (o casi nada) para alejar al país de los combustibles fósiles.
Rahm Emanuel, exjefe de gabinete de Obama y ex alcalde de Chicago, es un candidato para dirigir el Departamento de Transporte, pero algunos liberales no le agradan la forma en que manejó los asuntos policiales como alcalde. Eric M. Garcetti, el alcalde de Los Ángeles, es otro de los principales candidatos.
La representante Karen Bass, demócrata de California, Alvin Brown, ex alcalde de Jacksonville, Florida, y Keisha Lance Bottoms, alcaldesa de Atlanta, están siendo discutidos para liderar el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. La gobernadora Michelle Lujan Grisham de Nuevo México está interesada en convertirse en secretaria de salud y servicios humanos, y sería otra latino en el gabinete.
BrownBassGarcettiEmanuel
Brown es acusado de ir de izquierda a derecha y viceversa durante su período en Jacksonville, incumpliendo promesas de nuevos empleos y debatiéndose entre aceptar o rechazar a la Asociación Nacional del Rifle, grupos LGTB o organizaciones de Derechos Humanos en su admiistración.
A algunos aliados de Biden en Capitol Hill les preocupa que las opciones del presidente electo para los trabajos más importantes en el gobierno se parezcan demasiado a personal profesional (es decir, sin cociietos de las necesidades de la población) sin grandes personalidades que puedan estar más capacitadas para ayudar a impulsar la política del presidente electo.
Lance-BottomsWarrenSandersGrisham
Podría rectificar eso si eligiera a uno de sus rivales primarios demócratas, el senador Bernie Sanders de Vermont o la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts, ambos ex contendientes de Biden en la carrera presidencial, para dirigir el Departamento de Trabajo o el Departamento de Comercio.
Los liberales aplaudirían tal nominación, pero los asesores de transición le han dicho a Biden que sería difícil confirmar cualquiera de las dos. Biden insinuó fuertemente que probablemente dejaría a ambos senadores donde están.
“Sacar a alguien del Senado, sacar a alguien de la Cámara, en particular a una persona importante, es una decisión realmente difícil que tendría que tomarse”, dijo Biden. “Tengo una agenda muy ambiciosa y muy progresista. Y se necesitarán líderes realmente fuertes en la Cámara y el Senado para lograrlo “.
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Hay candidatos destacados y aspirantes oscuros. Hay posibles obstáculos por parte de progresistas y conservadores. Y hay facciones en competencia que esperan ser parte del círculo íntimo del próximo presidente, todas compitiendo por influencia.
El presidente electo Joseph R. Biden Jr. actuó rápidamente la semana pasada para nombrar a los dos primeros miembros de su gabinete, eligiendo a uno de sus confidentes más cercanos para que sea el principal diplomático de la nación y eligiendo a un inmigrante para liderar el Departamento de Seguridad Nacional por primera vez.
Pero a medida que complete al resto de su equipo en los próximos días y semanas, la tarea se volverá más complicada, lo que lo obligará a navegar por las complicadas corrientes de ideología, género, identidad racial, afiliación partidista, amistad, competencia, antecedentes personales y empleos anteriores. .
Los ayudantes de Biden que están a cargo del proceso de selección revelan poco sobre a quién se propone elegir. Y, sin embargo, como es típico en Washington en los primeros días de una transición, los nombres de las personas que se dice que el presidente electo está considerando son una fuente frecuente de discusión. Esta vez, los chismes se están extendiendo a través de llamadas de video cámara, publicaciones en redes sociales y mensajes de texto encriptados enviados por legisladores, cabilderos y consultores políticos.
“Puedo asegurarles que habrá más anuncios de gabinete en las próximas semanas, así que abróchense el cinturón para diciembre”, dijo a los periodistas Jennifer Psaki, asesora principal de transición, la semana pasada.
A quién llamará Biden para ser el próximo fiscal general se encuentra entre las decisiones más comentadas y políticamente tensas que tomará el presidente electo a medida que los problemas de derechos civiles agitan al país y algunos demócratas esperan investigaciones sobre el presidente Trump y sus asociados.
Sally Q. Yates, la fiscal general adjunta en los últimos años de la administración Obama, había sido considerada durante mucho tiempo la favorita. Biden está cerca de ella y les ha dicho a sus amigos que podía imaginarla como la principal funcionaria policial del país.
Pero algunos asesores temen que los republicanos bloqueen su nominación debido a su negativa a defender la primera prohibición de viajar de Trump y su papel en las primeras etapas de las investigaciones sobre su campaña y sus asociados.
En cambio, Biden podría elegir a Lisa Monaco, la exasesora de seguridad nacional del presidente Barack Obama que fue finalista en 2013 para ser directorra del F.B.I., y -como la Sra. Yates- trabajó cercanamente con el Sr. Biden cuando era vicepresidente.
Pero ambas mujeres se enfrentan a Deval Patrick, el ex gobernador de Massachusetts que se desempeñó como jefe de la división de derechos civiles del departamento en la administración Clinton y sería el segundo hombre afroamericano en ser fiscal general.
Los ayudantes del presidente electo ven las cuestiones de derechos civiles como un problema mucho más profundamente arraigado que simplemente uno que ha surgido debido a Trump.
Los ayudantes creen que la experiencia del Sr. Patrick en NAACP (Asociación Nacional para el avance de Personas de color) y su administración de la división de derechos civiles del departamento lo posicionan para abordar ese tema.
Otros alrededor del presidente electo no están ansiosos por recompensar a Patrick, quien saltó a la nominación demócrata el año pasado para desafiar a Biden como una respuesta políticamente moderada a los candidatos más liberales del partido. Xavier Becerra, el fiscal general de California, también está bajo consideración para fiscal general.
Biden tampoco ha anunciado aún su elección para liderar el Pentágono, a pesar de haber presentado a otros miembros de su equipo de seguridad nacional.
Una candidata para el puesto, según personas familiarizadas con las deliberaciones de Biden, es Michèle A. Flournoy, una alta funcionaria del Departamento de Defensa del presidente Bill Clinton y Obama. Pero su traba en el trabajo puede haber decaído en los últimos días debido a que algunos grupos progresistas han atacado su trabajo en empresas consultoras que han representado a contratistas militares y gobiernos extranjeros.
“Su empleo en estas dos empresas, así como su tiempo como miembro remunerado de la junta de la empresa contratista de defensa Booz Allen Hamilton, crea posibles conflictos de interés”, dijo Mandy Smithberger del Proyecto de Supervisión Gubernamental, un grupo de vigilancia de la ética.
Los republicanos en el Senado intentarán rechazar a algunos de los nominados de Biden. Pero su equipo está igualmente preocupado por la oposición de los demócratas.
Michael J. Morell, ex director C.I.A. y uno de los dos principales candidatos a ser nominados para ese puesto, ha provocado la ira de los liberales por su abierta defensa del programa de interrogatorios de la C.I.A.
“Mike Morell escribió que la tortura era efectiva y moral”, declaró el pasado viernes el senador Ron Wyden, demócrata de Oregon. “Está equivocado en ambos aspectos”.
Los asesores del presidente electo dijeron el miércoles que tenía la intención de anunciar a más miembros de su equipo económico la próxima semana después de elegir a Janet L. Yellen, ex presidenta de la Reserva Federal, como su secretaria del Tesoro.
Biden podría elegir a Roger W. Ferguson Jr., un economista que era vicepresidente de la Reserva Federal y estaba bajo seria consideración para el puesto del Tesoro, para dirigir el Consejo Económico Nacional o una nueva junta que supervisara la recuperación de la recesión.
Elegir a Ferguson, que es afroamericano, para dirigir el consejo ayudaría a Biden a cumplir la promesa de hacer que su administración se parezca al resto de Estados Unidos. Otros nombres que se están considerando para el puesto son hombres blancos, incluido Bruce Reed, exjefe de gabinete de Biden.
El Sr. Reed, un destacado centrista y cancerbero del déficit, fue el director de política interna de Clinton y ayudó a desarrollar la reforma del bienestar que Clinton firmó como ley que requiere trabajo y establece límites de tiempo.
Ha sido criticado por prominentes miembros liberales del Congreso, incluida la Representante Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York, quien también se opone a su consideración para liderar la Oficina de Administración y Presupuesto, que ayuda a la Casa Blanca a determinar las prioridades económicas. Pero bloquear a Reed, quien transitó con Biden durante gran parte de la campaña, desde el puesto de la oficina de presupuesto solo puede garantizar que termine en el ala oeste de la Casa Blanca, donde el presidente electo podría convertirlo en asesor principal.
Para dirigir el Departamento de Agricultura, el Representante James E. Clyburn de Carolina del Sur, el miembro negro de más alto rango del Congreso, está presionando por la Representante Marcia L. Fudge, una demócrata afroamericana de Ohio. Clyburn, uno de los primeros e importantes patrocinadores de Biden, ha dicho que el departamento debería centrarse más en la problemática del hambre.
Pero los tradicionalistas ansiosos por mantener la voz de las zonas rurales de Estados Unidos en el cargo están defendiendo a Heidi Heitkamp, una exsenadora de Dakota del Norte, o Tom Vilsack, el exgobernador de Iowa que se desempeñó como secretario de agricultura de Obama.
Para coordinar la respuesta a la pandemia, Jeffrey D. Zients, quien fue director del Consejo Económico Nacional bajo Obama, podría convertirse en el “Zar del Covid” de Biden.
Mary D. Nichols, la reguladora de aire limpio y clima de California, es considerada la principal candidata para liderar la Agencia de Protección Ambiental. Y hay una campaña creciente para persuadir a Biden de que nombre a un nativo americano como secretario del interior. Entre los nombres que está considerando: Representante Deb Haaland, nativo amercana, demócrata de Nuevo México y una estrella en ascenso en la política demócrata.
La posibilidad de que Ernest J. Moniz, el secretario de energía de Obama, repita su papel preocupa a los grupos ambientalistas que creen que Moniz no hizo lo suficiente (o casi nada) para alejar al país de los combustibles fósiles.
Rahm Emanuel, exjefe de gabinete de Obama y ex alcalde de Chicago, es un candidato para dirigir el Departamento de Transporte, pero algunos liberales no le agradan la forma en que manejó los asuntos policiales como alcalde. Eric M. Garcetti, el alcalde de Los Ángeles, es otro de los principales candidatos.
La representante Karen Bass, demócrata de California, Alvin Brown, ex alcalde de Jacksonville, Florida, y Keisha Lance Bottoms, alcaldesa de Atlanta, están siendo discutidos para liderar el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. La gobernadora Michelle Lujan Grisham de Nuevo México está interesada en convertirse en secretaria de salud y servicios humanos, y sería otra latino en el gabinete.
Brown es acusado de ir de izquierda a derecha y viceversa durante su período en Jacksonville, incumpliendo promesas de nuevos empleos y debatiéndose entre aceptar o rechazar a la Asociación Nacional del Rifle, grupos LGTB o organizaciones de Derechos Humanos en su admiistración.
A algunos aliados de Biden en Capitol Hill les preocupa que las opciones del presidente electo para los trabajos más importantes en el gobierno se parezcan demasiado a personal profesional (es decir, sin cociietos de las necesidades de la población) sin grandes personalidades que puedan estar más capacitadas para ayudar a impulsar la política del presidente electo.
Podría rectificar eso si eligiera a uno de sus rivales primarios demócratas, el senador Bernie Sanders de Vermont o la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts, ambos ex contendientes de Biden en la carrera presidencial, para dirigir el Departamento de Trabajo o el Departamento de Comercio.
Los liberales aplaudirían tal nominación, pero los asesores de transición le han dicho a Biden que sería difícil confirmar cualquiera de las dos. Biden insinuó fuertemente que probablemente dejaría a ambos senadores donde están.
“Sacar a alguien del Senado, sacar a alguien de la Cámara, en particular a una persona importante, es una decisión realmente difícil que tendría que tomarse”, dijo Biden. “Tengo una agenda muy ambiciosa y muy progresista. Y se necesitarán líderes realmente fuertes en la Cámara y el Senado para lograrlo “.
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Noviembre 30, 2020