Recuerdo una pregunta que se le hizo a un líder de la iglesia en una reunión: “¿Qué lucro obtiene la iglesia, de las personas y misioneros que ayudan? La iglesia no tiene que obtener lucro! ¡El líder espiritual no tiene que obtener lucros! ¡El trabajo de difusión, catequesis, evangelización y otras tareas hechas por personas anónimas y voluntariosas, no se hace con fines de lucro! En ese momento, imagino, el Señor Jesús bajó la cabeza y lloró.
No tenemos que pretender retribución de Dios por lo que hacemos. Por el contrario, ¡lo que hacemos es una retribución por todo lo que ya se ha hecho y dado a nosotros! Demos y no pidamos nada a cambio. Salvemos a ésta o aquella persona y no pidamos ninguna retribución por ello. Hemos recibido muchas bendiciones, no para devolver lo que hacemos, sino por amor puro y perfecto.
Cuando hacemos algo por elogio y gratitud, no nos debe importar si habrá un retorno o no. Y no hay que referirse al dinero, sino al desinterés, al placer de ayudar y servir; a la donación personal. Lo que hacemos es por satisfacción personal por el bien hecho. Lo que damos es pura gratitud. Nuestra vida, nuestro tiempo, es lo mejor que tenemos para dar.
“A la verdadera caridad no le importa si es deducible de impuestos o no”. (Desconocido)
Desde la ciudad de Campana, Buenos Aires, envío un abrazo y mi deseo que Dios te Bendiga y prospere en todo lo que emprendas; y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor y mucha Prosperidad.
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Por CLAUDIO VALERIO.
Recuerdo una pregunta que se le hizo a un líder de la iglesia en una reunión: “¿Qué lucro obtiene la iglesia, de las personas y misioneros que ayudan? La iglesia no tiene que obtener lucro! ¡El líder espiritual no tiene que obtener lucros! ¡El trabajo de difusión, catequesis, evangelización y otras tareas hechas por personas anónimas y voluntariosas, no se hace con fines de lucro! En ese momento, imagino, el Señor Jesús bajó la cabeza y lloró.
No tenemos que pretender retribución de Dios por lo que hacemos. Por el contrario, ¡lo que hacemos es una retribución por todo lo que ya se ha hecho y dado a nosotros! Demos y no pidamos nada a cambio. Salvemos a ésta o aquella persona y no pidamos ninguna retribución por ello. Hemos recibido muchas bendiciones, no para devolver lo que hacemos, sino por amor puro y perfecto.
Cuando hacemos algo por elogio y gratitud, no nos debe importar si habrá un retorno o no. Y no hay que referirse al dinero, sino al desinterés, al placer de ayudar y servir; a la donación personal. Lo que hacemos es por satisfacción personal por el bien hecho. Lo que damos es pura gratitud. Nuestra vida, nuestro tiempo, es lo mejor que tenemos para dar.
“A la verdadera caridad no le importa si es deducible de impuestos o no”. (Desconocido)
Desde la ciudad de Campana, Buenos Aires, envío un abrazo y mi deseo que Dios te Bendiga y prospere en todo lo que emprendas; y derrame sobre ti Salud, Paz, Amor y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
** Valerius **
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 3, 2021