“Al enemigo ni justicia”, es la consigna camuflada en la pomposa “Política de Estado”, que ahora mediante el Covid 19, permite a vulgares asesinos con título de togados de la “justicia federal” argentina, asesinar impunemente a adultos mayores presos, acusados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Hoy en horas de la mañana falleció como consecuencia de esta pandemia, el Coronel del Ejército Argentino RAMÓN ABEL RECIO de 69 años de edad. En los últimos tiempos el manejo dolosamente irresponsable del Servicio Penitenciario Federal, encubierto por los mismos jueces y el poder político, había facilitado el contagio de él y de otros 30 prisioneros de la Unidad Penitenciaria Federal 34 de Campo de Mayo. Horas antes de su muerte sus hijos escribieron una doliente carta, en la cual todo está dicho. En esta nota mostramos la misma, como así también el rostro de los jueces LUCIANO LAURIA, MARIO GAMBACORTA Y OTMAR PAULUCCI que a como diera lugar habían condenado a RECIO. Que el destino les dé lo que realmente merecen y en la misma forma que no olvidaremos a este soldado, hagamos lo mismo con esos tres rostros que son los de la muerte.
Hoy nos tocó ir a despedir a nuestro papá. El Crl (R) Ramón Abel Recio, de 69 años, está muy grave y los médicos no creen que sobreviva más de 24 hs. Estaba detenido en la unidad penitenciaria de Campo de Mayo, condenado por crímenes de lesa humanidad, donde se contagió de COVID y el virus fue muy agresivo con él. Ahora está en la UTI del Hospital Militar, conectado, hace 3 semanas, a un respirador.
La carta la escribimos porque aún está con vida y queremos limpiar su nombre.
Nuestro padre fue injustamente acusado, enjuiciado y condenado por los jueces Luciano Lauría, Mario Gambacorta y Omar Pauluccila. La causa ahora está en la Cámara de Casación esperando la resolución de la apelación.
En primer lugar, nuestro padre no estuvo en el operativo que se sometió a juicio (enfrentamiento entre Montoneros y el Ejército Argentino en la ciudad de Santa Fe). No existen pruebas en su contra – más allá de haber estado destinado en dicha ciudad en esos años – y el tribunal no tomó en cuenta los testimonios y las pruebas de que nuestro padre no estuvo. En segundo lugar, el juicio fue una falta de respeto a la justicia, no se respetaron procedimientos, testimonios claramente guionados de varios testigos y la parcialidad a la hora de mostrar los hechos fueron atroces (es una injusticia tremenda para el resto de los condenados en el mismo juicio). Y por último, gran parte de la sociedad desconoce lo que pasa en varios de los “juicios de lesa”. Si supieran la cantidad de injusticias a las que son sometidos cientos de personas, de las distintas Fuerzas Armadas y de Seguridad, en nombre de una bandera tan noble como la de los derechos humanos, las muchas parodias de juicios que se hicieron y siguen haciendo en todas las provincias, llevados a cabo por una justicia corrupta y parcial que solo está abocada a satisfacer los intereses políticos de turno, les parecería inverosímil.
Así y todo, nuestro padre, nosotros y el resto de la familia, no nos quebramos; la pasamos mal, pero siempre con la cabeza en alto. Y diríamos que al contrario, ir a visitar “al viejo” a las distintas cárceles por las que pasó (algunas en situaciones infrahumanas) nos permitió estar más unidos que nunca y fortalecer nuestros vínculos familiares.
Mientras miles de delincuentes fueron beneficiados con la prisión domiciliaria por considerarlos de riesgo (sin la edad, ni otro justificativo para hacerlo), a los que realmente corrían riesgos los dejaron encerrados, exponiendo su salud y sin protegerlos como corresponde a su edad (promedio de 75 años). Muchos fueron los infectados en la unidad de Campo de Mayo, algunos fallecieron y otros están muy graves.
Esperamos que ocurra un milagro y que nuestro padre se recupere. También esperamos el milagro de que la justicia en este país funcione como corresponde y limpie su nombre de forma oficial y no quede en la carta de los hijos por su padre a punto de morir.
Lucas Recio. 33.079.674 José Recio. 30.892.833. Emilio Recio. 33.943.747 Nicolás Recio. 32.323.483
Envío y colaboración: ANA BARREIRO – DRA. ANDREA PALOMAS ALARCÓN – CNEL. GUILLERMO VIOLA
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Por CLAUDIO KUSSMAN
LOS ROSTROS DE LA MUERTE
“Al enemigo ni justicia”, es la consigna camuflada en la pomposa “Política de Estado”, que ahora mediante el Covid 19, permite a vulgares asesinos con título de togados de la “justicia federal” argentina, asesinar impunemente a adultos mayores presos, acusados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Hoy en horas de la mañana falleció como consecuencia de esta pandemia, el Coronel del Ejército Argentino RAMÓN ABEL RECIO de 69 años de edad. En los últimos tiempos el manejo dolosamente irresponsable del Servicio Penitenciario Federal, encubierto por los mismos jueces y el poder político, había facilitado el contagio de él y de otros 30 prisioneros de la Unidad Penitenciaria Federal 34 de Campo de Mayo. Horas antes de su muerte sus hijos escribieron una doliente carta, en la cual todo está dicho. En esta nota mostramos la misma, como así también el rostro de los jueces LUCIANO LAURIA, MARIO GAMBACORTA Y OTMAR PAULUCCI que a como diera lugar habían condenado a RECIO. Que el destino les dé lo que realmente merecen y en la misma forma que no olvidaremos a este soldado, hagamos lo mismo con esos tres rostros que son los de la muerte.
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Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
Agosto 26, 2020
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
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“La muerte es dulce; pero su antesala, cruel.”
Camilo José Cela (1916-2002)
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Envío y colaboración: ANA BARREIRO – DRA. ANDREA PALOMAS ALARCÓN – CNEL. GUILLERMO VIOLA
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 26, 2020