NINGUNA AUTORIDAD ARGENTINA PUEDE SER GARANTE DE NADA
Mientras el Servicio Penitenciario Federal guarda absoluto silencio, extraoficialmente y por vía ajena al mismo, se confirmó que el prisionero adulto mayor RAMÓN OJEDA FUENTES, actualmente internado en el Hospital Muñiz, está con Coronavirus. Esta gravísima situación que pone en peligro de vida de los once prisioneros que fueran sacados compulsivamente del mentiroso Hospital Penitenciario Central y trasladados a su actual alojamiento en el pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria 31, muestra que las autoridades penitenciarias perdieron el control sobre la propagación de la pandemia en sus instalaciones. Sus mismos agentes son quienes están contagiando a los prisioneros y ningún protocolo protege ni al personal ni a los prisioneros. Pese a lo reiteradamente sostenido por los falaces togados federales, ni ellos, ni las autoridades gubernamentales del Ministerio de Justicia, ni el Servicio Penitenciario, hoy como ayer, garantizan nada de nada. Mucho menos la salud y la vida de todos estos septuagenarios, octogenarios y nonagenarios imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Estos reptantes y prevaricadores del poder judicial, únicamente, se ocuparon de preservar la integridad de un AMADO BOUDOU de 57 años de edad y sus cómplices, a quienes prontamente les dieron el arresto domiciliario, pese a no ser posibles pacientes de riesgo. Ahora habrá que seguir esperando que se cumplan las 48 horas, para saber el resultado de los hisopados que hoy a la mañana se hicieran a los 10 prisioneros que quedaron en el pabellón seis, cruzando los dedos para que este no se convierta en el pabellón de la muerte.
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NINGUNA AUTORIDAD ARGENTINA PUEDE SER GARANTE DE NADA
Mientras el Servicio Penitenciario Federal guarda absoluto silencio, extraoficialmente y por vía ajena al mismo, se confirmó que el prisionero adulto mayor RAMÓN OJEDA FUENTES, actualmente internado en el Hospital Muñiz, está con Coronavirus. Esta gravísima situación que pone en peligro de vida de los once prisioneros que fueran sacados compulsivamente del mentiroso Hospital Penitenciario Central y trasladados a su actual alojamiento en el pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria 31, muestra que las autoridades penitenciarias perdieron el control sobre la propagación de la pandemia en sus instalaciones. Sus mismos agentes son quienes están contagiando a los prisioneros y ningún protocolo protege ni al personal ni a los prisioneros. Pese a lo reiteradamente sostenido por los falaces togados federales, ni ellos, ni las autoridades gubernamentales del Ministerio de Justicia, ni el Servicio Penitenciario, hoy como ayer, garantizan nada de nada. Mucho menos la salud y la vida de todos estos septuagenarios, octogenarios y nonagenarios imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Estos reptantes y prevaricadores del poder judicial, únicamente, se ocuparon de preservar la integridad de un AMADO BOUDOU de 57 años de edad y sus cómplices, a quienes prontamente les dieron el arresto domiciliario, pese a no ser posibles pacientes de riesgo. Ahora habrá que seguir esperando que se cumplan las 48 horas, para saber el resultado de los hisopados que hoy a la mañana se hicieran a los 10 prisioneros que quedaron en el pabellón seis, cruzando los dedos para que este no se convierta en el pabellón de la muerte.
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Julio 23, 2020