Como en los viejos vodeviles, que se exponen en las obras veraniegas de nuestro país, así es la trama del desarrollo del gobierno en el último tiempo.
Tras un fin de semana de incertidumbre y casi virtual vacío de poder, asumió una Ministra de Economía que duró menos que un suspiro en su cargo sin que se le cayera una idea en ese cortísimo tiempo, siendo eyectada de su puesto mientras regresaba de reunirse con los representantes del FMI, a quienes les había manifestado el total apoyo gubernamental a su gestión. Un embajador que dejó su cargo para ser Ministro de Producción, cargo al cual asumió luego de un impresionante festejo con más de 300 invitados y que tuvo que armar sus valijas para volver a ser Embajador, cuando ni siquiera se había terminado de acomodar en su sillón. Un Presidente de la Cámara de Diputados que se auto sume como el “mesías salvador” ante el avenimiento del apocalipsis.
En el medio un Presidente y una Vicepresidenta de la Nación, enfrentados en la mejor versión del dúo Pimpinela, mientras un país se hunde en la peor crisis económica de los últimos años.
Un relato digno de ser la más exitosa comedia de la televisión Argentina, sino fuera una verdadera tragedia.
La verdad es que la estruendosa realidad golpeó sin piedad a nuestros gobernantes y todos vieron ante sus ojos el abismo. Un Presidente de la Nación sin capacidad de gobernar y sumergido en su alucinógena realidad. Una Vicepresidente de la Nación cuya única realidad es “salvar su propio pellejo” ante la Justicia. Ambos no vieron peligrar las próximas elecciones del 2023, sino que vieron peligrar la llegada del mismo gobierno a fin de año. El fantasma del 2001 los sobrevoló, provocándoles agudos escalofríos.
Ante la inevitable catástrofe a la que nos dirigimos, el gobierno solo tenía dos alternativas: corregir el rumo de la situación, lo cual implicaba tirar por la borda el populismo y ponerse a gobernar en serio; o ganar tiempo y con parches tratar de llegar lo más lejos posible, esperando alcanzar el Mundial de futbol y así a fin de año.
Claramente tomaron la segunda opción, la más fácil. Se montaron sobre la temeraria soberbia y vanidad del ahora ex Presidente de la Cámara de Diputados y lo ungieron como un “super ministro”, en el convencimiento de que ello traería “calma” a los mercados y les permitiría seguir “haciendo la plancha” mientras la Vicepresidenta de la Nación enfrenta el temporal judicial que se le avecina.
Pan para ahora y nada para mañana, como se suele decir. Puro realismo mágico para enfrentar la debacle. Solo promesas y relato épico para la gente, en tanto que entretienen a la oposición, al campo, a la industria y al mercado con fingidas rondas de dialogo. El harto conocido “abrazo de oso” que hace que todos sean responsables y así nadie lo es.
Es cierto que la designación de este plenipotenciario ministro trajo algo de tranquilidad en la “city”, pero la pregunta es: cuánto durará este “veranito”. Todos sabemos que el ex Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación no tomará las medidas necesarias para salvar lo poco que quedará del cataclismo económico que irremediablemente llegará. Sea uno de derecha, de izquierda, de arriba o de abajo, no hay duda alguna que se debe bajar drásticamente el gasto público. Es decir el déficit fiscal, dejar de emitir para frenar la inflación y de gastar más de lo que se recauda, sometiendo a la clase política a un estricto y poderoso ajuste. No hay elección.
No hace falta ser un avezado analista político para advertir que esta única opción, “choca de frente” con las ideas de la Vicepresidenta de la Nación, quien sostiene “a rajatabla” que no importa el déficit fiscal y que hay que insuflar plata a la gente para que esta gaste y consuma, lo que genera la reactivación de la economía; según su “propia” visión. Además la clase dirigente no está dispuesta a sacrificar sus prebendas y su privilegiada situación.
Ergo, ¿cuánto demorará la reacción de la gente cuando vea nuevamente que este “gran cambio” es para que “nada cambie? ¿Cuanto demorará la Vicepresidenta de la Nación en comenzar a torpedear la nave del nuevo “super ministro” cuando este agobiado por la realidad intente moverse un “milímetro” de las directivas de la Señora? ¿No será que, en el fondo, es una magistral jugada maquiavélica para “quemarlo”, por sus solapadas aspiraciones presidenciales para el 2023 y quedar ella como la única posibilidad de salvación?
La soberbia de uno y la mezquindad de otra, hacen que las cartas estén echadas.
Encima, como nueva Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación se anuncia a la mujer a la cual se le atribuye la redacción del artículo 4 de la ley de compras de vacunas contra el Covid, por la cual se bloqueó la compra de la vacuna Pfizer, cuando la pandemia arreciaba en el país; junto a la ola de renuncia de los últimos “albertistas” que quedaban en sus cargos en el gobierno nacional.
Del otro lado, la principal oposición sigue sin exhibir un plan de gobierno y sin manifestar concretas propuestas como alternativa para el 2023. Tan solo se diluyen en consignas y proclamas de ocasión.
Mientras terminaba de redactar esta columna, una noticia que casi no fue difundida por los medios, resulta altamente preocupante. Cientos de personas intentaron saquear tres supermercados en la provincia de San Juan. Hay muchos detenidos y se habla de un policía muerto.
Al momento de renunciar, el Secretario de Asuntos Estratégicos en misiva consignó: “Que Dios los guarde” … será una predicción?.
⚖
Tras un fin de semana de incertidumbre y casi virtual vacío de poder, asumió una Ministra de Economía que duró menos que un suspiro en su cargo sin que se le cayera una idea en ese cortísimo tiempo, siendo eyectada de su puesto mientras regresaba de reunirse con los representantes del FMI, a quienes les había manifestado el total apoyo gubernamental a su gestión. Un embajador que dejó su cargo para ser Ministro de Producción, cargo al cual asumió luego de un impresionante festejo con más de 300 invitados y que tuvo que armar sus valijas para volver a ser Embajador, cuando ni siquiera se había terminado de acomodar en su sillón. Un Presidente de la Cámara de Diputados que se auto sume como el “mesías salvador” ante el avenimiento del apocalipsis.
En el medio un Presidente y una Vicepresidenta de la Nación, enfrentados en la mejor versión del dúo Pimpinela, mientras un país se hunde en la peor crisis económica de los últimos años.
Un relato digno de ser la más exitosa comedia de la televisión Argentina, sino fuera una verdadera tragedia.
La verdad es que la estruendosa realidad golpeó sin piedad a nuestros gobernantes y todos vieron ante sus ojos el abismo. Un Presidente de la Nación sin capacidad de gobernar y sumergido en su alucinógena realidad. Una Vicepresidente de la Nación cuya única realidad es “salvar su propio pellejo” ante la Justicia. Ambos no vieron peligrar las próximas elecciones del 2023, sino que vieron peligrar la llegada del mismo gobierno a fin de año. El fantasma del 2001 los sobrevoló, provocándoles agudos escalofríos.
Ante la inevitable catástrofe a la que nos dirigimos, el gobierno solo tenía dos alternativas: corregir el rumo de la situación, lo cual implicaba tirar por la borda el populismo y ponerse a gobernar en serio; o ganar tiempo y con parches tratar de llegar lo más lejos posible, esperando alcanzar el
Mundial de futbol y así a fin de año.
Claramente tomaron la segunda opción, la más fácil. Se montaron sobre la temeraria soberbia y vanidad del ahora ex Presidente de la Cámara de Diputados y lo ungieron como un “super ministro”, en el convencimiento de que ello traería “calma” a los mercados y les permitiría seguir “haciendo la plancha” mientras la Vicepresidenta de la Nación enfrenta el temporal judicial que se le avecina.
Pan para ahora y nada para mañana, como se suele decir. Puro realismo mágico para enfrentar la debacle. Solo promesas y relato épico para la gente, en tanto que entretienen a la oposición, al campo, a la industria y al mercado con fingidas rondas de dialogo. El harto conocido “abrazo de oso” que hace que todos sean responsables y así nadie lo es.
Es cierto que la designación de este plenipotenciario ministro trajo algo de tranquilidad en la “city”, pero la pregunta es: cuánto durará este “veranito”. Todos sabemos que el ex Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación no tomará las medidas necesarias para salvar lo poco que quedará del cataclismo económico que irremediablemente llegará. Sea uno de derecha, de izquierda, de arriba o de abajo, no hay duda alguna que se debe bajar drásticamente el gasto público. Es decir el déficit fiscal, dejar de emitir para frenar la inflación y de gastar más de lo que se recauda, sometiendo a la clase política a un estricto y poderoso ajuste. No hay elección.
No hace falta ser un avezado analista político para advertir que esta única opción, “choca de frente” con las ideas de la Vicepresidenta de la Nación, quien sostiene “a rajatabla” que no importa el déficit fiscal y que hay que insuflar plata a la gente para que esta gaste y consuma, lo que genera la reactivación de la economía; según su “propia” visión. Además la clase dirigente no está dispuesta a sacrificar sus prebendas y su privilegiada situación.
Ergo, ¿cuánto demorará la reacción de la gente cuando vea nuevamente que este “gran cambio” es para que “nada cambie? ¿Cuanto demorará la Vicepresidenta de la Nación en comenzar a torpedear la nave del nuevo “super ministro” cuando este agobiado por la realidad intente moverse un “milímetro” de las directivas de la Señora? ¿No será que, en el fondo, es una magistral jugada maquiavélica para “quemarlo”, por sus solapadas aspiraciones presidenciales para el 2023 y quedar ella como la única posibilidad de salvación?
La soberbia de uno y la mezquindad de otra, hacen que las cartas estén echadas.
Del otro lado, la principal oposición sigue sin exhibir un plan de gobierno y sin manifestar concretas propuestas como alternativa para el 2023. Tan solo se diluyen en consignas y proclamas de ocasión.
Mientras terminaba de redactar esta columna, una noticia que casi no fue difundida por los medios, resulta altamente preocupante. Cientos de personas intentaron saquear tres supermercados en la provincia de San Juan. Hay muchos detenidos y se habla de un policía muerto.
Al momento de renunciar, el Secretario de Asuntos Estratégicos en misiva consignó: “Que Dios los guarde” … será una predicción?.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 1, 2022