Francia, que hace poco fue sacudida por violentas protestas contra la controvertida reforma de pensiones, volvió a vivir esta semana fuertes disturbios urbanos. Violentos choques entre los manifestantes y la Policía, grandes incendios, saqueos, destrozos y vandalismo son las consecuencias de las masivas protestas causadas por la muerte de un menor a manos de un agente.
El joven fallecido era un descendiente de migrantes originarios de Argelia y Marruecos de 17 años. Se llamaba Nahel y fue tiroteado por un policía en una parada de tráfico en Nanterre, un suburbio de París.
El joven conducía un Mercedes por un carril para autobuses, infringiendo las normas de tráfico. Cuando la Policía se percató de que circulaba un infractor, intentó detenerlo en un cruce con las sirenas y las luces encendidas. Sin embargo, Nahel no accedió a las exigencias de la Policía y siguió conduciendo, poniendo en peligro la vida de un peatón y un ciclista. Sin embargo, el joven no logró escapar y los oficiales lo alcanzaron en un embotellamiento.
Según el fiscal Pascal Prache, los dos policías sacaron sus armas, se acercaron al coche y exigieron al joven que apagara el motor. No obstante, Nahel intentó alejarse del lugar y uno de los agentes le disparó a corta distancia a través de la ventanilla del coche. La bala atravesó el brazo izquierdo y el pecho del joven, matándolo. No era el primer incidente relacionado con una infracción de tráfico cometida por Nahel.
El asesinato del joven alimentó numerosas quejas sobre la violencia policial y el racismo sistémico existente entre las fuerzas del orden, expresadas por los franceses. A pesar de que esas acusaciones se convirtieron en uno de los motivos de las protestas, la madre del menor fallecido se ha pronunciado a favor de no condenar el sistema policial.
“No culpo a la Policía. Solo estoy enfadada con una persona: el hombre que mató a mi hijo. […] No es el sistema, es un hombre”, afirmó. La mujer pidió que la Justicia sea “realmente firme” contra el agente, que fue detenido el mismo día del homicidio y que ahora se encuentra en prisión preventiva.
Los disturbios comenzaron este martes a unos cientos de metros del domicilio de la víctima, en Nanterre, y rápidamente se transformaron en enfrentamientos entre la Policía y manifestantes.
Se produjeron actos de vandalismo en paradas de autobús, se incendiaron contenedores de basura en las carreteras, coches y mobiliario urbano, además de levantarse barricadas que posteriormente también fueron incendiadas. En la primera jornada, al menos 24 personas fueron detenidas por la Policía.
En el segundo día de protestas los enfrentamientos se hicieron aún más violentos y se extendieron a varias ciudades, como Toulouse, Nantes, La Courneuve, Niza, Lille, entre otras.
Se registraron grandes incendios y ataques contra comisarías y vehículos policiales. Así, los manifestantes en el departamento de Essonne incendiaron un autobús, provocando una interrupción de los servicios de transporte, e intentaron incluso irrumpir en una de las mayores prisiones de Francia, situada en el municipio de Fresnes, para sacar a algunos presos. Al menos 150 personas fueron detenidas.
Decenas de miles de personas salieron a las calles por todo el país durante la tercera jornada de disturbios, convirtiendo la protesta en una cuestión nacional.
Los manifestantes incendiaron cerca de 500 edificios públicos y privados. Los alborotadores también atacaron 79 establecimientos de la Policía, comisarías y gendarmerías. Se contabilizaron más de 3.800 incendios en la vía pública y 1.900 vehículos fueron calcinados.
Entre las instalaciones dañadas figuran una piscina de entrenamiento en construcción para los próximos Juegos Olímpicos de París, en 2024, y la mayor biblioteca municipal de la ciudad de Marsella.
Las autoridades francesas movilizaron a 40.000 agentes e importantes medios técnicos y tecnológicos para contrarrestar la creciente violencia. Así, esa misma noche, la Policía detuvo a 666 personas. Los enfrentamientos dejaron como saldo 249 policías y gendarmes heridos.
La Policía antidisturbios francesa durante los enfrentamientos en la ciudad de Lyon, el 30 de junio de 2023.JEFF PACHOUD / AFP
En el cuarto día de protestas, a pesar de decretarse medidas más estrictas, se registró un aumento de los casos de vandalismo en las ciudades más grandes de Francia.
Fueron quemados 1.350 vehículos, se registraron fuegos y daños en 234 edificios, mientras se produjeron 2.560 incendios en las vías públicas. También los manifestantes atacaron 31 comisarías, 16 instalaciones de Policía municipales y 11 cuarteles de la Gendarmería.
45.000 agentes de las fuerzas del orden fueron movilizados junto con un despliegue de vehículos blindados de la Gendarmería y 29 helicópteros. Los cuerpos de seguridad han llevado a cabo 1.311 detenciones.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reaccionó al incidente al día siguiente del asesinato del menor. “Compartimos el sentimiento y el dolor de la familia y los amigos del joven Nahel. […] El caso fue llevado inmediatamente a los tribunales”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, la violencia continuó y eso obligó a Macron a abandonar Bruselas, donde se celebraba una cumbre de la UE, y regresar al país. Además, este sábado Macron pospuso su visita a Alemania programada para el 2 al 4 de julio, debido a la situación difícil en el país.
Al final, Macron arremetió contra los manifestantes y calificó de “inaceptable” que se utilice la muerte de un joven para justificar la violencia. “Condeno con la mayor firmeza a todos aquellos que aprovechan este momento para intentar crear desorden y atacar nuestras instituciones”, dijo.
Por otra parte, Macron aseveró que las redes sociales y las plataformas de videojuegos “están desempeñando un papel importante” en los disturbios de los últimos días y que la violencia se está organizando en línea.
A pesar de las protestas masivas, este miércoles el presidente asistió con su esposa, Brigitte Macron, al concierto de Elton John en París, provocando críticas por parte de políticos y la población.
La ONU también reaccionó a los acontecimientos en Francia, pidiendo a París que se tome en serio los problemas de racismo.
La vocera de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, en una rueda de prensa señaló que el organismo:
“pide a las autoridades que garanticen que el uso de la fuerza por parte de la Policía, para hacer frente a los elementos violentos durante las manifestaciones, respete siempre los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación, precaución y responsabilidad”.
A su vez, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia respondió que París considera las acusaciones de racismo como “totalmente infundadas”.
Subrayó que “Francia y sus fuerzas del orden luchan resueltamente contra el racismo y todas las formas de discriminación”.
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Francia, que hace poco fue sacudida por violentas protestas contra la controvertida reforma de pensiones, volvió a vivir esta semana fuertes disturbios urbanos. Violentos choques entre los manifestantes y la Policía, grandes incendios, saqueos, destrozos y vandalismo son las consecuencias de las masivas protestas causadas por la muerte de un menor a manos de un agente.
El joven fallecido era un descendiente de migrantes originarios de Argelia y Marruecos de 17 años. Se llamaba Nahel y fue tiroteado por un policía en una parada de tráfico en Nanterre, un suburbio de París.
El joven conducía un Mercedes por un carril para autobuses, infringiendo las normas de tráfico. Cuando la Policía se percató de que circulaba un infractor, intentó detenerlo en un cruce con las sirenas y las luces encendidas. Sin embargo, Nahel no accedió a las exigencias de la Policía y siguió conduciendo, poniendo en peligro la vida de un peatón y un ciclista. Sin embargo, el joven no logró escapar y los oficiales lo alcanzaron en un embotellamiento.
Según el fiscal Pascal Prache, los dos policías sacaron sus armas, se acercaron al coche y exigieron al joven que apagara el motor. No obstante, Nahel intentó alejarse del lugar y uno de los agentes le disparó a corta distancia a través de la ventanilla del coche. La bala atravesó el brazo izquierdo y el pecho del joven, matándolo. No era el primer incidente relacionado con una infracción de tráfico cometida por Nahel.
El asesinato del joven alimentó numerosas quejas sobre la violencia policial y el racismo sistémico existente entre las fuerzas del orden, expresadas por los franceses. A pesar de que esas acusaciones se convirtieron en uno de los motivos de las protestas, la madre del menor fallecido se ha pronunciado a favor de no condenar el sistema policial.
“No culpo a la Policía. Solo estoy enfadada con una persona: el hombre que mató a mi hijo. […] No es el sistema, es un hombre”, afirmó. La mujer pidió que la Justicia sea “realmente firme” contra el agente, que fue detenido el mismo día del homicidio y que ahora se encuentra en prisión preventiva.
Los disturbios comenzaron este martes a unos cientos de metros del domicilio de la víctima, en Nanterre, y rápidamente se transformaron en enfrentamientos entre la Policía y manifestantes.
Decenas de miles de personas salieron a las calles por todo el país durante la tercera jornada de disturbios, convirtiendo la protesta en una cuestión nacional.
En el cuarto día de protestas, a pesar de decretarse medidas más estrictas, se registró un aumento de los casos de vandalismo en las ciudades más grandes de Francia.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reaccionó al incidente al día siguiente del asesinato del menor. “Compartimos el sentimiento y el dolor de la familia y los amigos del joven Nahel. […] El caso fue llevado inmediatamente a los tribunales”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, la violencia continuó y eso obligó a Macron a abandonar Bruselas, donde se celebraba una cumbre de la UE, y regresar al país. Además, este sábado Macron pospuso su visita a Alemania programada para el 2 al 4 de julio, debido a la situación difícil en el país.
Al final, Macron arremetió contra los manifestantes y calificó de “inaceptable” que se utilice la muerte de un joven para justificar la violencia. “Condeno con la mayor firmeza a todos aquellos que aprovechan este momento para intentar crear desorden y atacar nuestras instituciones”, dijo.
Por otra parte, Macron aseveró que las redes sociales y las plataformas de videojuegos “están desempeñando un papel importante” en los disturbios de los últimos días y que la violencia se está organizando en línea.
A pesar de las protestas masivas, este miércoles el presidente asistió con su esposa, Brigitte Macron, al concierto de Elton John en París, provocando críticas por parte de políticos y la población.
La ONU también reaccionó a los acontecimientos en Francia, pidiendo a París que se tome en serio los problemas de racismo.
La vocera de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, en una rueda de prensa señaló que el organismo:
“pide a las autoridades que garanticen que el uso de la fuerza por parte de la Policía, para hacer frente a los elementos violentos durante las manifestaciones, respete siempre los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación, precaución y responsabilidad”.
A su vez, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia respondió que París considera las acusaciones de racismo como “totalmente infundadas”.
Subrayó que “Francia y sus fuerzas del orden luchan resueltamente contra el racismo y todas las formas de discriminación”.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 2, 2023