Los hechos de 1925, breve resumen: “Se expide un decreto autorizando la explotación de recursos forestales en los bosques fiscales, y el Primer Congreso Panamericano de Carreteras – reunido en esta Capital – Llega un genio Albert Einstein y con muestras de curiosidad se recibe al Príncipe de Gales (Eduardo de Windsor), el que arriba con una aureola de popularidad delirante. Sencillo y poco adicto a los protocolos – para los que había nacido, en parte – Eduardo se gana muy pronto la simpatía porteña. Concurre a los actos a regañadientes y en una función de gala, en el Colón, se lo ve dando cabezazos de aburrido. ¡Y eso que cantan “Loreley” nada menos que Claudia Muzio y Beniamino Gigli! Sus ganas de vivir las desenvuelve en otros ámbitos ajenos al oficial. Especialmente en los deportivos; vuela junto a pilotos argentinos, juega al Golf y ríe al verse en la tapa de “Caras y Caretas”. Invitado para conocer una estancia, despierta recién al mediodía y el tren lo esperaba ¡desde las 7! Pero igual gozó de la fiesta que le brindaron, en la que Garde – Razzano cantaron y él ¡el príncipe de Gales! Toco el Ukelele.
Un día desaparece y medio Buenos Aires – detrás de los desesperados agentes de Scotland Yard – se desvive por hallarlo. Pero estaba en su residencia, absolutamente solo, cansado de tanto itinerario prefijado, de tanta “pompa y fantasía”. Luego de una visita a Mar del Plata se embarcó en el “Repulse”.
Su último acto público fue firmar el álbum de Genaro, modesto dueño de una “trattoría” de Playa Grande, despidiéndose de Argentina con estas palabras: “He viajado mucho, conozco el mundo civilizado, y créanme, jamás he visto un conjunto tan admirable de gente, por la salud que todos exteriorizan y por la vestimenta, reveladora de bienestar, por la ausencia de esas multitudes marcadas por el sello de la desgracia y los sufrimientos físicos y morales que todos podemos ver en las grandes ciudades de naciones que se dicen marchan a la vanguardia de la civilización. Tener un pueblo admirable, de una raza fuerte, lindos hombres, mujeres y niños y niñas, libres de preocupaciones colectivas tan comunes en otras partes. Vayan estas palabras que salen del fondo de mi corazón, para expresar mis sentimientos respecto del gran pueblo Argentino”
Así se despidió este hombre de nosotros, quien tan bien nos viera y aquí estamos…tratando de explicarnos el misterio del fracaso como nación.
Apenas iniciado el año, una sensacional fuga de penados apasiona a los argentinos. Ocho presos logran desaparecer del vapor “Buenos Aires” que debía conducirlos al penal de Ushuaia. La policía se moviliza y un ejército de reporteros se lanza tras “la nota”. Pero el tema carcelario da muy pronto lugar a otro, mucho más dramático: el aumento del Pan. Se discute apasionadamente la medida dando lugar a un movimiento popular de protesta. El interés ciudadano se concentra luego en las gestiones de fusión del futbol argentino. Boca Juniors pare en gira y debuta en Vigo, España, a comienzos de marzo. Es la primera visita de un club argentino al Viejo Mundo. Los triunfos de Boca se suceden y al regreso de la delegación se organiza una recepción gigante.
Pronto la consternación invadiría a la ciudad: la muerte de José Ingenieros era motivo suficiente. La gestión de Alvear transcurre apaciblemente, con la mirada económica fijada en el horizonte pastoril. No obstante el nombramiento del General Mosconi como titular de Y.P.F. garantiza la defensa y promoción del petróleo nacional. Radícanse numerosos capitales extranjeros y surgen nuevas colonias en el interior. Se establece el servicio de comunicación telegráfica directa con España, por medio de Italcables.
En Buenos Aires, el tango se llama “Café de los Inmortales” “Café de los Angelitos” y mil lugares más. Toda la ciudad vibra al compás de su música, que cada día canta más. Se separa el dúo Gardel – Razzano. El Grupo de Boedo reúne escritores y poetas que no “la van con los de Florida”. La Argentina, en Futbol, sale triunfadora en el campeonato sudamericano con un equipo integrado por: Tesorieri, Bidoglio, Muttis; Médici, Vaccaro, Fortunato, Tarasconi, Sánchez, Irurieta, Seoane, Bianchi, Garasino, Cerrotti y De los Santos”.
La queja del vecindario apunta hacia lo moral: las actividades de “las casas de la vida”. Se denuncia que S. R. “rey del gremio rufianeril”, es propietario “de más de 30 lenocinios en el país”. Los cafés céntricos sirven de clubes y muchos proxenetas se disfrazan tras la vidriera amable y límpida de las sociedades de socorros mutuos. Una de ellas controla nada menos que a 3.000 asociados y 2.000 prostíbulos, poseyendo Banco y Mercado de trata propios. “La policía hace la vista gorda” se denuncia. “Pero no pasa nada. Gana el Trust”.
Lenocinios: Acción de mediar para facilitar una relación amorosa o sexual entre dos personas.
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Los hechos de 1925, breve resumen: “Se expide un decreto autorizando la explotación de recursos forestales en los bosques fiscales, y el Primer Congreso Panamericano de Carreteras – reunido en esta Capital – Llega un genio Albert Einstein y con muestras de curiosidad se recibe al Príncipe de Gales (Eduardo de Windsor), el que arriba con una aureola de popularidad delirante. Sencillo y poco adicto a los protocolos – para los que había nacido, en parte – Eduardo se gana muy pronto la simpatía porteña. Concurre a los actos a regañadientes y en una función de gala, en el Colón, se lo ve dando cabezazos de aburrido. ¡Y eso que cantan “Loreley” nada menos que Claudia Muzio y Beniamino Gigli! Sus ganas de vivir las desenvuelve en otros ámbitos ajenos al oficial. Especialmente en los deportivos; vuela junto a pilotos argentinos, juega al Golf y ríe al verse en la tapa de “Caras y Caretas”. Invitado para conocer una estancia, despierta recién al mediodía y el tren lo esperaba ¡desde las 7! Pero igual gozó de la fiesta que le brindaron, en la que Garde – Razzano cantaron y él ¡el príncipe de Gales! Toco el Ukelele.
Un día desaparece y medio Buenos Aires – detrás de los desesperados agentes de Scotland Yard – se desvive por hallarlo. Pero estaba en su residencia, absolutamente solo, cansado de tanto itinerario prefijado, de tanta “pompa y fantasía”. Luego de una visita a Mar del Plata se embarcó en el “Repulse”.
Su último acto público fue firmar el álbum de Genaro, modesto dueño de una “trattoría” de Playa Grande, despidiéndose de Argentina con estas palabras: “He viajado mucho, conozco el mundo civilizado, y créanme, jamás he visto un conjunto tan admirable de gente, por la salud que todos exteriorizan y por la vestimenta, reveladora de bienestar, por la ausencia de esas multitudes marcadas por el sello de la desgracia y los sufrimientos físicos y morales que todos podemos ver en las grandes ciudades de naciones que se dicen marchan a la vanguardia de la civilización. Tener un pueblo admirable, de una raza fuerte, lindos hombres, mujeres y niños y niñas, libres de preocupaciones colectivas tan comunes en otras partes. Vayan estas palabras que salen del fondo de mi corazón, para expresar mis sentimientos respecto del gran pueblo Argentino”
Así se despidió este hombre de nosotros, quien tan bien nos viera y aquí estamos…tratando de explicarnos el misterio del fracaso como nación.
Apenas iniciado el año, una sensacional fuga de penados apasiona a los argentinos. Ocho presos logran desaparecer del vapor “Buenos Aires” que debía conducirlos al penal de Ushuaia. La policía se moviliza y un ejército de reporteros se lanza tras “la nota”. Pero el tema carcelario da muy pronto lugar a otro, mucho más dramático: el aumento del Pan. Se discute apasionadamente la medida dando lugar a un movimiento popular de protesta. El interés ciudadano se concentra luego en las gestiones de fusión del futbol argentino. Boca Juniors pare en gira y debuta en Vigo, España, a comienzos de marzo. Es la primera visita de un club argentino al Viejo Mundo. Los triunfos de Boca se suceden y al regreso de la delegación se organiza una recepción gigante.
Pronto la consternación invadiría a la ciudad: la muerte de José Ingenieros era motivo suficiente. La gestión de Alvear transcurre apaciblemente, con la mirada económica fijada en el horizonte pastoril. No obstante el nombramiento del General Mosconi como titular de Y.P.F. garantiza la defensa y promoción del petróleo nacional. Radícanse numerosos capitales extranjeros y surgen nuevas colonias en el interior. Se establece el servicio de comunicación telegráfica directa con España, por medio de Italcables.
En Buenos Aires, el tango se llama “Café de los Inmortales” “Café de los Angelitos” y mil lugares más. Toda la ciudad vibra al compás de su música, que cada día canta más. Se separa el dúo Gardel – Razzano. El Grupo de Boedo reúne escritores y poetas que no “la van con los de Florida”. La Argentina, en Futbol, sale triunfadora en el campeonato sudamericano con un equipo integrado por: Tesorieri, Bidoglio, Muttis; Médici, Vaccaro, Fortunato, Tarasconi, Sánchez, Irurieta, Seoane, Bianchi, Garasino, Cerrotti y De los Santos”.
La queja del vecindario apunta hacia lo moral: las actividades de “las casas de la vida”. Se denuncia que S. R. “rey del gremio rufianeril”, es propietario “de más de 30 lenocinios en el país”. Los cafés céntricos sirven de clubes y muchos proxenetas se disfrazan tras la vidriera amable y límpida de las sociedades de socorros mutuos. Una de ellas controla nada menos que a 3.000 asociados y 2.000 prostíbulos, poseyendo Banco y Mercado de trata propios. “La policía hace la vista gorda” se denuncia. “Pero no pasa nada. Gana el Trust”.
Lenocinios: Acción de mediar para facilitar una relación amorosa o sexual entre dos personas.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 20, 2021