Ser habitante o ciudadano, es la opción que tenemos los 44 millones de seres humanos que vivimos en la Argentina. De esta depende mucho lo que ocurra, que estemos mejor o peor. ¿Cuál es el estado de ánimo que se puede tener en un país que está a la deriva sumido en una profunda e histórica crisis política-económica-social? Sin lugar a dudas este no es el mejor. ¿Hoy estamos viviendo quizás la peor después de la vivida en el año 2001? Si. Creo no equivocarme, son muchos además los que comparten este sentimiento. La opción de elegir ser un “simple habitante” no es la mejor para el conjunto de los que acá vivimos. No genera ningún compromiso con la idea de grandeza de la Patria y esto tiene una repercusión negativa en el orden interno e internacional. Una Argentina sumida en la tristeza y en la falta de orgullo nacional hunde más al país y lo lleva a una crisis más profunda. Aún con el peso negativo a la que nos conduce la pandemia, hay que unir fuerzas para sacar al país adelante cada uno cumpliendo la misión que le toca en sus respectivas actividades. Debemos ser fuertes y no dejar de participar de la “cosa pública”. Los ánimos bajos, casi por el suelo nos postran, lo que no es bueno ya que hay interés de ponerle freno a quienes ejercen una activa participación política. En una democracia el pueblo elige a sus representantes, pero es fundamental ejercer un control permanente de estos en la vida nacional. Lo positivo que advertimos es que el pueblo sale a las calles a protestar y ponerle freno a los políticos. Surge una nueva conciencia cívica. Esperemos llegar a que el pueblo definitivamente lleve a condenar a los corruptos y que estos no participen de la función pública. La crisis profunda más allá de alejarnos de la vida pública debe generarnos una reacción positiva, de compromiso, estamos todos en un mismo barco que se llama “Argentina” y el hecho de ser argentinos y/o ser extranjero viviendo en este territorio nos obliga a asumir un rol, el que sea, el que nos corresponda según la actividad que tengamos. Siento que aun debiendo cumplir una cuarentena que me mantenga “encerrado físicamente” en mi domicilio no debo pensar que soy un “muerto civil”, sino que debo dar prueba “de vida” escribiendo lo que pueda hacer. Advierto que hay una reacción colectiva de participación y con alegría debo decirlo, esa es la “participación ciudadana”. Es dable esperar que esta siga manteniéndose, guste o no guste, el pueblo en las calles indica que hoy hay más ciudadanos en la Argentina que antes, pese a los riesgos que implican para muchos el peligro del coronavirus en aquella. Sigamos participando, así la democracia se verá fortalecida.
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Por FRANCISCO BÉNARD
¿HABITANTE O CIUDADANO?
Ser habitante o ciudadano, es la opción que tenemos los 44 millones de seres humanos que vivimos en la Argentina. De esta depende mucho lo que ocurra, que estemos mejor o peor. ¿Cuál es el estado de ánimo que se puede tener en un país que está a la deriva sumido en una profunda e histórica crisis política-económica-social? Sin lugar a dudas este no es el mejor. ¿Hoy estamos viviendo quizás la peor después de la vivida en el año 2001? Si. Creo no equivocarme, son muchos además los que comparten este sentimiento. La opción de elegir ser un “simple habitante” no es la mejor para el conjunto de los que acá vivimos. No genera ningún compromiso con la idea de grandeza de la Patria y esto tiene una repercusión negativa en el orden interno e internacional. Una Argentina sumida en la tristeza y en la falta de orgullo nacional hunde más al país y lo lleva a una crisis más profunda. Aún con el peso negativo a la que nos conduce la pandemia, hay que unir fuerzas para sacar al país adelante cada uno cumpliendo la misión que le toca en sus respectivas actividades. Debemos ser fuertes y no dejar de participar de la “cosa pública”. Los ánimos bajos, casi por el suelo nos postran, lo que no es bueno ya que hay interés de ponerle freno a quienes ejercen una activa participación política. En una democracia el pueblo elige a sus representantes, pero es fundamental ejercer un control permanente de estos en la vida nacional. Lo positivo que advertimos es que el pueblo sale a las calles a protestar y ponerle freno a los políticos. Surge una nueva conciencia cívica. Esperemos llegar a que el pueblo definitivamente lleve a condenar a los corruptos y que estos no participen de la función pública. La crisis profunda más allá de alejarnos de la vida pública debe generarnos una reacción positiva, de compromiso, estamos todos en un mismo barco que se llama “Argentina” y el hecho de ser argentinos y/o ser extranjero viviendo en este territorio nos obliga a asumir un rol, el que sea, el que nos corresponda según la actividad que tengamos. Siento que aun debiendo cumplir una cuarentena que me mantenga “encerrado físicamente” en mi domicilio no debo pensar que soy un “muerto civil”, sino que debo dar prueba “de vida” escribiendo lo que pueda hacer. Advierto que hay una reacción colectiva de participación y con alegría debo decirlo, esa es la “participación ciudadana”. Es dable esperar que esta siga manteniéndose, guste o no guste, el pueblo en las calles indica que hoy hay más ciudadanos en la Argentina que antes, pese a los riesgos que implican para muchos el peligro del coronavirus en aquella. Sigamos participando, así la democracia se verá fortalecida.
Francisco Bénard
Abogado
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 25, 2020