Vasily Arkhipov (1926-1998) fue un oficial de la Armada Soviética que emitió el único voto para no lanzar un torpedo nuclear desde un submarino B-59 en respuesta al lanzamiento de cargas de profundidad por parte de Estados Unidos, a pesar de encontrarse en aguas internacionales durante la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962.
La tripulación soviética no tuvo contacto con Moscú durante unos días y no estaba segura de si había estallado la Tercera Guerra Mundial. El capitán estaba seguro de que la guerra había comenzado en la superficie y quería disparar un torpedo nuclear. Tampoco ayudó que las baterías del submarino se estuvieran agotando, lo que provocó un fallo del aire acondicionado y elevó la temperatura por encima de los 45 °C. Muchos tripulantes comenzaron a desmayarse por intoxicación por dióxido de carbono y bajos niveles de oxígeno, lo que también afectó gravemente su toma de decisiones.
Según el protocolo, un lanzamiento nuclear solo requería la aprobación del capitán y del oficial político a bordo. Por pura casualidad, Arkhipov era un comandante de flotilla que eligió específicamente estar a bordo de ese fatídico submarino B-59. Los comandantes de flotilla no solían estar a bordo de submarinos nucleares, pero tenían un rango lo suficientemente alto como para cambiar la votación de dos personas a una de tres. Arkhipov discutió con los dos oficiales superiores y finalmente logró convencerlos de que salieran a la superficie y contactaran con Moscú. Su tenacidad y decisión finalmente evitaron una guerra nuclear y salvaron al mundo.
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Vasily Arkhipov (1926-1998) fue un oficial de la Armada Soviética que emitió el único voto para no lanzar un torpedo nuclear desde un submarino B-59 en respuesta al lanzamiento de cargas de profundidad por parte de Estados Unidos, a pesar de encontrarse en aguas internacionales durante la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962.
Según el protocolo, un lanzamiento nuclear solo requería la aprobación del capitán y del oficial político a bordo. Por pura casualidad, Arkhipov era un comandante de flotilla que eligió específicamente estar a bordo de ese fatídico submarino B-59. Los comandantes de flotilla no solían estar a bordo de submarinos nucleares, pero tenían un rango lo suficientemente alto como para cambiar la votación de dos personas a una de tres. Arkhipov discutió con los dos oficiales superiores y finalmente logró convencerlos de que salieran a la superficie y contactaran con Moscú. Su tenacidad y decisión finalmente evitaron una guerra nuclear y salvaron al mundo.
PrisioneroEnArgentina.com
Dic 3, 2025