Un encuentro con amigos, evocar cosas “del recuerdo” se encuentra presente en toda previa a un apetitoso asado. Un mediodía del domingo para relajarse, pasando por un gran momento en grata compañía. Y así, tras explotar el sábado festivo cargado de anécdotas enriquecedoras, de un plumazo y a puertas cerradas, se toman el tiempo para el encuentro.
Compartir un asado con la novia en un soleado día con sus amistades, es común para aquellos jóvenes que toman por norma “imposible aburrirse”. Y así, aparece el encargado de prender el fuego, quienes preparan la carne y otros comestibles para poner sobre la parrilla, aquel responsable de proveer bebidas; y también aparece aquel que tuvo algún problema de último momento, con lo que informa (avisa) que “no puedo asistir”.
Están, no obstante la falta del camarada, muy contentos. No sólo por la comida (que también), sino por poder todos los presentes formar parte de este momento. Por supuesto, se puede comer un típico asado argentino en cualquier casa, igual que se puede comer un locro, una paella, o una buena pasta con salsa boloñesa; es un hecho que cualquiera de las opciones estará muy rico. No obstante, y como es de esperarse con semejante grupo de amigos en Argentina, el menú “Bomba” será el asado.
Hoy hablaremos de un acompañamiento perfecto para las carnes a la parrilla en un día de asado: la sopa paraguaya.
La sopa paraguaya es un plato típico del Paraguay. Es una comida exquisita y tierna que se hace mayoritariamente con harina de maíz. Es una mezcla de harina, huevos y otros productos; podríamos decir “esponjoso y salado bizcochuelo”. Pero no confundir porque esta sopa nada tiene que ver con aquella que se toma con cuchara. Es un bizcocho que se hace con harina de maíz. No confundir la utilizada para polenta, que es un poco más gruesa y muy consumida por la comunidad italiana, de la que se usar para nuestra sopa, que es más fina.
En primer lugar se cortan las cebollas en rodajas bien finas para, posteriormente, ponerlas en una cacerola con un chorro de aceite y la manteca si se quiere. Con fuego lento, una vez derretida la manteca se van removiendo las cebollas para que se vayan cocinando hasta que se vean trasparente; se deben rehogar parejas sin que se doren.
En un bol se colocan los 6 huevos y se baten para luego poner la cebolla rehogada. Se agrega el queso cremoso cortado en cubo y todo junto se mezcla muy bien.
Lentamente se incorpora la harina de maíz y el polvo de hornear (si se optó por utilizar este último) evitando que se formen grumos. Luego añadimos la leche y se sigue revolviendo hasta que esté todo mezclado y quede una preparación cremosa (debe quedar semilíquida).
Simultáneamente, se toma un molde de tamaño mediano y se lo aceita bien para luego volcar la preparación.
El cocimiento de la preparación se hace en un horno caliente a 210º C durante unos 25 a 30 minutos.
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Por CLAUDIO VALERIO
Un encuentro con amigos, evocar cosas “del recuerdo” se encuentra presente en toda previa a un apetitoso asado. Un mediodía del domingo para relajarse, pasando por un gran momento en grata compañía. Y así, tras explotar el sábado festivo cargado de anécdotas enriquecedoras, de un plumazo y a puertas cerradas, se toman el tiempo para el encuentro.
Compartir un asado con la novia en un soleado día con sus amistades, es común para aquellos jóvenes que toman por norma “imposible aburrirse”. Y así, aparece el encargado de prender el fuego, quienes preparan la carne y otros comestibles para poner sobre la parrilla, aquel responsable de proveer bebidas; y también aparece aquel que tuvo algún problema de último momento, con lo que informa (avisa) que “no puedo asistir”.
Están, no obstante la falta del camarada, muy contentos. No sólo por la comida (que también), sino por poder todos los presentes formar parte de este momento. Por supuesto, se puede comer un típico asado argentino en cualquier casa, igual que se puede comer un locro, una paella, o una buena pasta con salsa boloñesa; es un hecho que cualquiera de las opciones estará muy rico. No obstante, y como es de esperarse con semejante grupo de amigos en Argentina, el menú “Bomba” será el asado.
Hoy hablaremos de un acompañamiento perfecto para las carnes a la parrilla en un día de asado: la sopa paraguaya.
La sopa paraguaya es un plato típico del Paraguay. Es una comida exquisita y tierna que se hace mayoritariamente con harina de maíz. Es una mezcla de harina, huevos y otros productos; podríamos decir “esponjoso y salado bizcochuelo”. Pero no confundir porque esta sopa nada tiene que ver con aquella que se toma con cuchara. Es un bizcocho que se hace con harina de maíz. No confundir la utilizada para polenta, que es un poco más gruesa y muy consumida por la comunidad italiana, de la que se usar para nuestra sopa, que es más fina.
[ezcol_1half]Ingredientes de una sopa paraguaya
Preparación:
En primer lugar se cortan las cebollas en rodajas bien finas para, posteriormente, ponerlas en una cacerola con un chorro de aceite y la manteca si se quiere. Con fuego lento, una vez derretida la manteca se van removiendo las cebollas para que se vayan cocinando hasta que se vean trasparente; se deben rehogar parejas sin que se doren.
En un bol se colocan los 6 huevos y se baten para luego poner la cebolla rehogada. Se agrega el queso cremoso cortado en cubo y todo junto se mezcla muy bien.
Lentamente se incorpora la harina de maíz y el polvo de hornear (si se optó por utilizar este último) evitando que se formen grumos. Luego añadimos la leche y se sigue revolviendo hasta que esté todo mezclado y quede una preparación cremosa (debe quedar semilíquida).
Simultáneamente, se toma un molde de tamaño mediano y se lo aceita bien para luego volcar la preparación.
El cocimiento de la preparación se hace en un horno caliente a 210º C durante unos 25 a 30 minutos.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 26, 2020