David Beriain y Roberto Fraile, los dos periodistas españoles desaparecidos tras un ataque por un grupo armado este lunes en el este de Burkina Faso han sido asesinados. Según ha informado este martes la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, el Gobierno está “todavía a la espera de la última confirmación”.
Rory Young, director irlandés de la Fundación Chengeta Wildlife y encargado de misiones de protección de Espacios Naturales y comunidades humanas, también ha sido víctima de este ataque.
Según ha indicado en la rueda de prensa al término del Consejo de Ministros, la última información de que se dispone es que se han encontrado sus cadáveres en la zona del ataque, aunque la información aún es “confusa”.
Los españoles eran periodistas que realizaban un documental en colaboración con una ONG cuando la patrulla mixta de la unidad contra la caza furtiva en la que iban empotrados sufrió un ataque ejecutado por personas armadas no identificadas. Se encontraban en la provincia de Kompienga, al sureste del país.
Laya ha indicado que se trata de una zona peligrosa, en la que actúan grupos terroristas, furtivos y bandidos, además de redes yihadistas. La ministra ha reconocido que se trata de un día “muy triste” para el periodismo y ha puesto en valor la labor de los periodistas en España y en zonas de conflicto.
Los medios locales habían informado de que dicho ataque se saldó con tres heridos y cuatro desaparecidos y posteriormente han indicado, citando fuentes de seguridad, que los tres occidentales han sido ejecutados por sus captores. El ataque, perpetrado cerca de la localidad de Pama, capital de la provincia, se saldó además con el robo de armamento y equipamiento por parte de los asaltantes. Entre el material se encuentran dos ametralladoras montadas sobre vehículo, un dron, doce motocicletas y receptores de frecuencia.
Aunque se desconoce, de momento, la autoría de este acto violento, Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso en Tambao, en el norte del país, que aún sigue desaparecido.
Los actos terroristas se atribuyen con frecuencia al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger. Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con más de un millón de personas fuera de sus hogares (más de uno por cada 20 habitantes).
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David Beriain y Roberto Fraile, los dos periodistas españoles desaparecidos tras un ataque por un grupo armado este lunes en el este de Burkina Faso han sido asesinados. Según ha informado este martes la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, el Gobierno está “todavía a la espera de la última confirmación”.
Rory Young, director irlandés de la Fundación Chengeta Wildlife y encargado de misiones de protección de Espacios Naturales y comunidades humanas, también ha sido víctima de este ataque.
Según ha indicado en la rueda de prensa al término del Consejo de Ministros, la última información de que se dispone es que se han encontrado sus cadáveres en la zona del ataque, aunque la información aún es “confusa”.
Los españoles eran periodistas que realizaban un documental en colaboración con una ONG cuando la patrulla mixta de la unidad contra la caza furtiva en la que iban empotrados sufrió un ataque ejecutado por personas armadas no identificadas. Se encontraban en la provincia de Kompienga, al sureste del país.
Laya ha indicado que se trata de una zona peligrosa, en la que actúan grupos terroristas, furtivos y bandidos, además de redes yihadistas. La ministra ha reconocido que se trata de un día “muy triste” para el periodismo y ha puesto en valor la labor de los periodistas en España y en zonas de conflicto.
Los medios locales habían informado de que dicho ataque se saldó con tres heridos y cuatro desaparecidos y posteriormente han indicado, citando fuentes de seguridad, que los tres occidentales han sido ejecutados por sus captores. El ataque, perpetrado cerca de la localidad de Pama, capital de la provincia, se saldó además con el robo de armamento y equipamiento por parte de los asaltantes. Entre el material se encuentran dos ametralladoras montadas sobre vehículo, un dron, doce motocicletas y receptores de frecuencia.
Aunque se desconoce, de momento, la autoría de este acto violento, Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso en Tambao, en el norte del país, que aún sigue desaparecido.
Los actos terroristas se atribuyen con frecuencia al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger. Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con más de un millón de personas fuera de sus hogares (más de uno por cada 20 habitantes).
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 28, 2021