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Carta de lectores

LO QUE ESCONDE LA PANDEMIA

La palabra camuflaje de origen inglés, es un término esencialmente militar. La ropa, los vehículos militares, los cañones disimulados detrás de redes, la pintura de los barcos, toda una técnica para engañar al enemigo. Los políticos en general escriben libros y artículos, o tienen actitudes o gestos mentirosos para disimular sus intenciones. Engañan sobre todo a las masas ignorantes.

El liberalismo es él pecado de iniquidad, contra el Espíritu Santo. A partir de la Revolución Francesa ha penetrado profundamente en nuestra sociedad, incluso en la mayor parte de nuestros pastores y el clero. Su obrar destructiva dentro de la Iglesia favorece un activismo superficial  que quiere  que la Iglesia se convierta en una ONG.   

Es el caso de este gobierno de los “peores”, liberal como el anterior, que tiene la suerte que con la pandemia  de coronavirus  esconde detrás su ineptitud para enfrentar los verdaderos problemas del país. Posterga el tratamiento de la gigantesca deuda externa y cosas odiosas como la ley del aborto. 

Post epidemia no sería nada raro el colapso económico, hiperinflación, desocupación , hambre y huelgas. A la vista tenemos un ensayo de como será la dictadura de izquierda con el control del movimiento de la población y mercaderías.

La permisividad de padres y gobierno favorecen la inmoralidad en la familia y en el pueblo. Nuestras anchas avenidas podrán ser recorridas por la multitud pidiendo pan y trabajo, mientras una minoría de activistas aprovechará para destruir. Entonces no habrá nada que contenga a las masas borrachas de poder.  

Conviene que la juventud en gran parte indiferente y/o ignorante sepa que el gran responsable de la tragedia argentina es nuestra clase dirigente. Esa clase fue llamada “Los que mandan” * por un agudo estudioso de nuestra sociedad. Quiso decir que mandar no implica ser responsable. Nuestros industriales prebendarlos, comerciantes, productores, sindicalistas aprovechados, obispos, profesionales, artistas, deportistas, en general y salvo excepciones, tienen como meta “pasarla bien”.

Pasarla bien significa sexo irresponsable (usar a la mujer hasta descartarla), entretenimientos como ruleta, golf, deportes en general, comer en buenos restaurantes, pasear, ir al teatro, viajar, que son entretenimientos lícitos siempre que no se conviertan en un fin. En la mayoría de los casos se trata de eludir responsabilidades. “Que el trabajo lo haga otro”.

Responsabilidades, deberes y obligaciones, son las que cada uno se creó con propio esfuerzo o las heredó de sus padres. Y son preocuparse y ocuparse por el bienestar de las personas que están debajo del dirigente/empresario.  Puede ser aconsejando y tratando de educar al empleado, desde el cumplimiento del trabajo hasta el aseo personal. 

Un conocido empresario y escritor dijo en una conferencia que el mal de nuestra clase dirigente pasa por su falta de arraigo, amor al país o a su actividad, y por su frivolidad. El buen dirigente que se preocupa por los demás, que premia el esfuerzo y el trabajo bien hecho, empezando por su propia familia, recibe el calificativo de aristócrata. Y la aristocracia puede funcionar dentro de la democracia. Así se podría llegar al gobierno de los “mejores”.

Carlos Llambías                                                                                          

DNI 4143811

 

*José Luis de Ímaz

 

Carta de lectores

 


PrisioneroEnArgentina.com

Abril 2, 2020


 

 

 

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