Para quienes no lo saben, Ariel Valdiviezo, aparte de ser un verdadero soldado que solo se arrodilla por su fe cristiana como lo demuestra en cada una de sus notas, además es maestro de escuela. Fue la inspiración que le trasmitió su madre, también maestra, en la lejana Quebrada de Humahuaca de su infancia primero y en San Salvador de Jujuy después.
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Debía tener un título honorable para posteriormente poder ir al Colegio Militar, por otro título también honorable. Compartimos prisión en la Unidad 31 de Ezeiza, alojado él en el pabellón uno y yo en el diecinueve en donde frecuentemente nos reuníamos, a cambiar ideas y cursos de acción a seguir dada la iniquidad a la que estábamos sometidos. Lo propio hacemos hoy, Skype de por medio. Luego de leer su nota sobre la pérdida del honor, debo decir que concuerdo plenamente con su veraz y valiente contenido. También que pocas serán las veces que la misma sea redistribuida en las redes. La cruda descripción de la realidad que nos envuelve, no gusta ser escuchada. Se evita y la responsabilidad de todo la tienen solamente quienes nos agreden ilegalmente. La autocrítica no existe. Se considera valiente quien postrado de rodillas calla o se expresa mediante seudónimos, sin dar la cara. Se consideran buenos camaradas, a quienes no difunden las actividades en prisión de un impresentable como el General kirchnerista Milani, para que este no sea víctima de desprestigio alguno.
MASOQUISTAS
Más allá que el voto es un derecho que debe respetarse, en las PASO 2017, los ex uniformados y familiares en una muestra de masoquismo extremo, dejaron de lado a quienes nos podían representar y hacer saber que existimos, sufrimos y morimos cruelmente. En su lugar se votó a quienes con globos amarillos y palabras de felicidad, en la que no tenemos derecho a participar, continúan con la política de estado de la “década ganada”. Mientras, como pericos repiten: ESTAMOS CAMBIANDO. A la par, un bien pago ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Presidencia de la Nación, luego de gran esfuerzo mental, como parte de su tarea, se disfraza de planta tropical ratificando así el promocionado eslogan del cambio.
Y nosotros nos burlamos del “pajarico de Maduro”? Estamos solos y por ello, mientras no se cambie de verdad con acciones acordes al pasado heroico de muchos de nuestros camaradas, permaneceremos en el mismo sitio indigno que ocupamos hoy. Marginados, ignorados y estigmatizados a más y mejor, moriremos sin pena y sin gloria. Sabemos que el honor y la dignidad no se declaman, se practican con hechos, día a día. Los mismos no reciben premio de terceros, solo son parte de nuestra conciencia y allí reside nuestro premio.
Estimado Ariel Valdiviezo, a veces pienso que insistir sobre estos temas “duros”, es “darle margaritas a los chanchos”,* a más de crear mal ambiente con los miembros de nuestras fuerzas en situación de retiro y no sé si con los que están en actividad, ya que para ellos no existimos. De cualquier forma como siempre nos repetimos: HAY QUE SEGUIR.
Por Claudio Kussman.
LA CRUDA REALIDAD NO GUSTA
Para quienes no lo saben, Ariel Valdiviezo, aparte de ser un verdadero soldado que solo se arrodilla por su fe cristiana como lo demuestra en cada una de sus notas, además es maestro de escuela. Fue la inspiración que le trasmitió su madre, también maestra, en la lejana Quebrada de Humahuaca de su infancia primero y en San Salvador de Jujuy después.
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Debía tener un título honorable para posteriormente poder ir al Colegio Militar, por otro título también honorable. Compartimos prisión en la Unidad 31 de Ezeiza, alojado él en el pabellón uno y yo en el diecinueve en donde frecuentemente nos reuníamos, a cambiar ideas y cursos de acción a seguir dada la iniquidad a la que estábamos sometidos. Lo propio hacemos hoy, Skype de por medio. Luego de leer su nota sobre la pérdida del honor, debo decir que concuerdo plenamente con su veraz y valiente contenido. También que pocas serán las veces que la misma sea redistribuida en las redes. La cruda descripción de la realidad que nos envuelve, no gusta ser escuchada. Se evita y la responsabilidad de todo la tienen solamente quienes nos agreden ilegalmente. La autocrítica no existe. Se considera valiente quien postrado de rodillas calla o se expresa mediante seudónimos, sin dar la cara. Se consideran buenos camaradas, a quienes no difunden las actividades en prisión de un impresentable como el General kirchnerista Milani, para que este no sea víctima de desprestigio alguno.
MASOQUISTAS
Más allá que el voto es un derecho que debe respetarse, en las PASO 2017, los ex uniformados y familiares en una muestra de masoquismo extremo, dejaron de lado a quienes nos podían representar y hacer saber que existimos, sufrimos y morimos cruelmente. En su lugar se votó a quienes con globos amarillos y palabras de felicidad, en la que no tenemos derecho a participar, continúan con la política de estado de la “década ganada”. Mientras, como pericos repiten: ESTAMOS CAMBIANDO. A la par, un bien pago ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Presidencia de la Nación, luego de gran esfuerzo mental, como parte de su tarea, se disfraza de planta tropical ratificando así el promocionado eslogan del cambio.
[ezcol_1quarter][/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter][/ezcol_1quarter] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]Y nosotros nos burlamos del “pajarico de Maduro”? Estamos solos y por ello, mientras no se cambie de verdad con acciones acordes al pasado heroico de muchos de nuestros camaradas, permaneceremos en el mismo sitio indigno que ocupamos hoy. Marginados, ignorados y estigmatizados a más y mejor, moriremos sin pena y sin gloria. Sabemos que el honor y la dignidad no se declaman, se practican con hechos, día a día. Los mismos no reciben premio de terceros, solo son parte de nuestra conciencia y allí reside nuestro premio.
[ezcol_1half][/ezcol_1half] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]Estimado Ariel Valdiviezo, a veces pienso que insistir sobre estos temas “duros”, es “darle margaritas a los chanchos”,* a más de crear mal ambiente con los miembros de nuestras fuerzas en situación de retiro y no sé si con los que están en actividad, ya que para ellos no existimos. De cualquier forma como siempre nos repetimos: HAY QUE SEGUIR.
Claudio Kussman
www.PrisioneroEnArgentina.com
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
@PrisioneroA
Agosto 24, 2017
*La frase significa desperdiciar cosas buenas o útiles en algo que no lo merece.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 25, 2017
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