La suspensión del camarista Freiler es una bocanada de aire fresco para el Poder Judicial y la sociedad toda. Hay demasiadas inconsistencias en su patrimonio, con explicaciones dudosas que generaban el efecto de quien se ríe y burla ante la sociedad. Bienvenida esta instancia. Si el proceso pertinente establece la licitud y honorabilidad del juez, esperamos su automática restitución a la cámara. De lo contrario que caiga todo el peso de la ley sobre él, considerando como agravante su investidura.
Con enorme pena y dolor vivo los sucesivos atentados terroristas en diferentes ciudades de Europa, con gran cantidad de muertos y heridos. El jueves le tocó a Barcelona. Sé perfectamente cómo se viven esos espantosos episodios, dado que yo los viví en los años 70 en mi país. Fui testigo. Vi gente despanzurrada en la calle por cobardes bombas colocadas en diferentes partes de la ciudad por algunos de los que hoy se postulan a cargos legislativos. También vi morir gente acribillada a balazos por seres humanos que habían perdido la razón. Lástima que en aquellos sangrientos años la vieja Europa nos dio la espalda. Vaya a saber por qué. No importa ya. Como los argentinos que vivimos aquella tragedia sabemos bien de qué se trata, acompañemos sin resquemores a los que hoy padecen lo que nosotros padecimos hace más de cuarenta años.
Cartas de lectores en el diario La Nación.
Suspensión de Freiler
La suspensión del camarista Freiler es una bocanada de aire fresco para el Poder Judicial y la sociedad toda. Hay demasiadas inconsistencias en su patrimonio, con explicaciones dudosas que generaban el efecto de quien se ríe y burla ante la sociedad. Bienvenida esta instancia. Si el proceso pertinente establece la licitud y honorabilidad del juez, esperamos su automática restitución a la cámara. De lo contrario que caiga todo el peso de la ley sobre él, considerando como agravante su investidura.
Dr. Enrique T. Vidal Bazterrica
evidalbazterrica@gmail.com
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]Terror en Barcelona
Con enorme pena y dolor vivo los sucesivos atentados terroristas en diferentes ciudades de Europa, con gran cantidad de muertos y heridos. El jueves le tocó a Barcelona. Sé perfectamente cómo se viven esos espantosos episodios, dado que yo los viví en los años 70 en mi país. Fui testigo. Vi gente despanzurrada en la calle por cobardes bombas colocadas en diferentes partes de la ciudad por algunos de los que hoy se postulan a cargos legislativos. También vi morir gente acribillada a balazos por seres humanos que habían perdido la razón. Lástima que en aquellos sangrientos años la vieja Europa nos dio la espalda. Vaya a saber por qué. No importa ya. Como los argentinos que vivimos aquella tragedia sabemos bien de qué se trata, acompañemos sin resquemores a los que hoy padecen lo que nosotros padecimos hace más de cuarenta años.
Cristián A. Bengolea
cbengolea@gmail.com
[/ezcol_1half_end]Colaboración: Andrea Palomas Alarcón
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 19, 2017
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