Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
Cicerón, Primera Catilinaria [1]
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Ritondo
Bonafini
Carlotto
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Con estupor y justificada indignación, hemos tomado conocimiento de que con fecha 9 de abril del año en curso, por resolución del Ministerio de Seguridad de la Pcia. de Buenos
Aires – en este momento a cargo del señor Cristian Ritondo – fue aprobada “la capacitación denominada ‘Taller de Reflexión sobre el Día de la Memoria, Verdad y Justicia’. En un anexo a dicha resolución, cuyo estilo y contenido autoriza a suponer que fue redactado por Bonafini y Carlotto a cuatro manos, se establece, entre muchos otros desatinos, lo
siguiente:
i. Que los destinatarios (o sea, las víctimas) de la propuesta serán todos los alumnos de la Escuela de Policía “Juan Vucetich” y sus Sedes Descentralizadas.
ii. Que la finalidad de la propuesta es “construir un espacio de concientización y reflexión para generar un ejercicio activo de la memoria, generando un sentido de pertenencia de nuestra identidad”, lo cual se relaciona con “el Día Nacional de la Memoria, Verdad y Justicia”, que – sigue diciendo el anexo – “es el día en el que se conmemora en nuestro país a las víctimas del proceso militar de 1976, […] para que se “consoliden la memoria colectiva de la sociedad, generen sentimientos opuestos a todo tipo de autoritarismo y auspicien la defensa permanente del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos”.
iii. Que – siguiendo con la insufrible fraseología típica del curro de los derechos humanos – “de este contexto, se busca propiciar la participación dentro de un espacio educativo-recreativo que favorezca el desarrollo a nivel personal y grupal, impulsando la interacción con otros pares, en el marco de una socialización armoniosa, donde se genere una reciprocidad de los valores y se fortalezca el circuito de la comunicación institucional.”
iv. Que la finalidad del taller es “conmemorar a las víctimas de terrorismo de estado y que los alumnos tomen conciencia del significado de memoria, verdad, valores, justicia y la vida en democracia sobre la base en los principios de respeto, promoción y garantía de los derechos humanos como componente central en el proceso de aprendizaje.”
v. Que entre los objetivos perseguidos se quiere “Propiciar un ámbito de integración de saberes y competencias profesionales, para comprender la importancia de su aplicación en el cumplimiento formación del educando policial”, así como “Elaborar estrategias para que los alumnos logren visualizar, describir, analizar y explicar las posiciones diferenciales de los sujetos en cada contexto, dando cuenta de las relaciones sociales que se establecen” y “Fomentar la discusión, la contrastación de ideas y puntos de vista, la argumentación, el respeto por la diferencia, el derecho a decir y a que sean escuchadas las opiniones de todos los que participen.”
vi. Que entre los “contenidos mínimos” del nuevo curro (es decir, curso), se encuentran: Día de la Memoria, Verdad y Justicia; Estructura Represiva de la Dictadura; Centros Clandestinos de Detención; La tortura; Juicios a las Juntas; Leyes de obediencia debida y punto final.
vii. Que se observará la internalización o no de los conceptos trabajados oportunamente, lo cual claramente significa que se fomentará la delación y la
alcahuetería entre los alumnos del taller.
Semejante programa de capacitación generará que esos futuros policías se sumen a las diatribas y acosos que hoy sufre la institución policial a través de organizaciones profesionales de derechos humanos que, al despotricar contra el denominado gatillo fácil, defienden en realidad a toda clase de delincuentes. Como también lo hacen con los jueces llamados garantistas, quienes en rigor sólo garantizan la impunidad de los delincuentes que atentan contra la paz y la seguridad de pacíficos argentinos, mientras persiguen y castigan a los policías hasta lograr maniatarlos, impidiéndoles el ejercicio de sus deberes y hasta el derecho de defender su propia vida y la de los vecinos a quienes deberían servir. Por eso este brulote, que se suma a otros del mismo origen – como el que dispuso como verdad oficial la mentira de los 30.000 desaparecidos -, constituye un nuevo agravio del gobierno de la Provincia de Buenos Aires a la honestidad y la inteligencia de los argentinos de bien, que todavía – mal que les pese – pueblan mayoritariamente la sufrida patriaargentina.
Escrito de Justicia y Concordia
Ritondo
Bonafini
Carlotto
[/ezcol_1fifth] [ezcol_3fifth]Con estupor y justificada indignación, hemos tomado conocimiento de que con fecha 9 de abril del año en curso, por resolución del Ministerio de Seguridad de la Pcia. de Buenos
Aires – en este momento a cargo del señor Cristian Ritondo – fue aprobada “la capacitación denominada ‘Taller de Reflexión sobre el Día de la Memoria, Verdad y Justicia’. En un anexo a dicha resolución, cuyo estilo y contenido autoriza a suponer que fue redactado por Bonafini y Carlotto a cuatro manos, se establece, entre muchos otros desatinos, lo
siguiente:
i. Que los destinatarios (o sea, las víctimas) de la propuesta serán todos los alumnos de la Escuela de Policía “Juan Vucetich” y sus Sedes Descentralizadas.
ii. Que la finalidad de la propuesta es “construir un espacio de concientización y reflexión para generar un ejercicio activo de la memoria, generando un sentido de pertenencia de nuestra identidad”, lo cual se relaciona con “el Día Nacional de la Memoria, Verdad y Justicia”, que – sigue diciendo el anexo – “es el día en el que se conmemora en nuestro país a las víctimas del proceso militar de 1976, […] para que se “consoliden la memoria colectiva de la sociedad, generen sentimientos opuestos a todo tipo de autoritarismo y auspicien la defensa permanente del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos”.
iii. Que – siguiendo con la insufrible fraseología típica del curro de los derechos humanos – “de este contexto, se busca propiciar la participación dentro de un espacio educativo-recreativo que favorezca el desarrollo a nivel personal y grupal, impulsando la interacción con otros pares, en el marco de una socialización armoniosa, donde se genere una reciprocidad de los valores y se fortalezca el circuito de la comunicación institucional.”
iv. Que la finalidad del taller es “conmemorar a las víctimas de terrorismo de estado y que los alumnos tomen conciencia del significado de memoria, verdad, valores, justicia y la vida en democracia sobre la base en los principios de respeto, promoción y garantía de los derechos humanos como componente central en el proceso de aprendizaje.”
v. Que entre los objetivos perseguidos se quiere “Propiciar un ámbito de integración de saberes y competencias profesionales, para comprender la importancia de su aplicación en el cumplimiento formación del educando policial”, así como “Elaborar estrategias para que los alumnos logren visualizar, describir, analizar y explicar las posiciones diferenciales de los sujetos en cada contexto, dando cuenta de las relaciones sociales que se establecen” y “Fomentar la discusión, la contrastación de ideas y puntos de vista, la argumentación, el respeto por la diferencia, el derecho a decir y a que sean escuchadas las opiniones de todos los que participen.”
vi. Que entre los “contenidos mínimos” del nuevo curro (es decir, curso), se encuentran: Día de la Memoria, Verdad y Justicia; Estructura Represiva de la Dictadura; Centros Clandestinos de Detención; La tortura; Juicios a las Juntas; Leyes de obediencia debida y punto final.
vii. Que se observará la internalización o no de los conceptos trabajados oportunamente, lo cual claramente significa que se fomentará la delación y la
alcahuetería entre los alumnos del taller.
Semejante programa de capacitación generará que esos futuros policías se sumen a las diatribas y acosos que hoy sufre la institución policial a través de organizaciones profesionales de derechos humanos que, al despotricar contra el denominado gatillo fácil, defienden en realidad a toda clase de delincuentes. Como también lo hacen con los jueces llamados garantistas, quienes en rigor sólo garantizan la impunidad de los delincuentes que atentan contra la paz y la seguridad de pacíficos argentinos, mientras persiguen y castigan a los policías hasta lograr maniatarlos, impidiéndoles el ejercicio de sus deberes y hasta el derecho de defender su propia vida y la de los vecinos a quienes deberían servir. Por eso este brulote, que se suma a otros del mismo origen – como el que dispuso como verdad oficial la mentira de los 30.000 desaparecidos -, constituye un nuevo agravio del gobierno de la Provincia de Buenos Aires a la honestidad y la inteligencia de los argentinos de bien, que todavía – mal que les pese – pueblan mayoritariamente la sufrida patriaargentina.
[/ezcol_3fifth] [ezcol_1fifth_end].[/ezcol_1fifth_end]Texto de Asociación Civil Abogados por la Justicia y la Concordia
Envío y Colaboración: DRA. ANDREA PALOMAS ALARCÓN
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 3, 2018
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