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  Por Fabian Kussman.

Una honesta critica de Fernando Tomeo fue publicada en el matutino La Nación, en donde examina los comportamientos de redes sociales bloqueando la voz del expresidente Norteamericano Donald J. Trump

Donald J. Trump
Twitter

La decisión de cancelar las cuentas de redes sociales del ahora exgobernante ha llevado a varias personas a calificar la medida como una violación del derecho a la libertad de expresión plasmada en la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América. Pero -no soy un experto- me parece que es una tergiversación fundamental de la Constitución de los Estados Unidos. La Primera Enmienda reza: “El Congreso no promulgará ninguna ley que respete el establecimiento de una religión o prohíba el libre ejercicio de esta; o restringir la libertad de expresión o de prensa; o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y solicitar al gobierno una reparación de agravios “. Estas son las reglas para el Congreso, para el gobierno, Twitter o Facebook, u otras plataformas, no lo son. Son entes privados.

La Constitución en realidad es irrelevante en términos de la prohibición de Twitter de funcionarios públicos, incluido el presidente Trump. Y eso se debe a que la Primera Enmienda, la Constitución de los Estados Unidos, solo nos protege de la censura del gobierno, no de la censura de entidades privadas, como Twitter, Facebook u otras plataformas de redes sociales. Como los periódicos La Nación o el New York Times tienen la potestad de rechazar notas o artículos, un bar o un restaurante se reserva su derecho de admisión, Twitter tiene la facultad de elegir a sus integrantes (y no clientes, ya que los miembros no pagan por el servicio) Los términos de servicio de Twitter permiten que la plataforma extraiga contenido que viole sus reglas y es lo mismo con la mayoría de las otras plataformas principales, aunque el proceso de toma de decisiones no está disponible para el escrutinio público como lo estaría en un tribunal de justicia.

No muestro simpatías por prohibiciones, censuras, ni agentes silenciadores. Es más, como lector sería interesante saber del exmandatario, pero mis límites terminan ante los razonamientos de una compañía privada.

Los medios de la Argentina, censuran permanentemente a pesar de decir lo contrario. Lo hemos visto y palpado desde diarios que van de La Nueva Provincia, a La Nación online, que borra los comentarios que considera comprometedores, o que no siguen con su inclinación política. Inclusive aún pagando el espacio para una solicitada. En el caso de PrisioneroEnArgentina.com, realmente no censuramos -y cumplimos a rajatabla- y cualquiera puede expresarse libremente, pero bien sabemos que esto trae aparejados no pocos inconvenientes.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Febrero 1, 2021


 

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