Decenas de miles de chilenos acudieron a la plaza principal de Santiago para celebrar después de que personas de todo el país respaldaran abrumadoramente la reescritura de la constitución de la era de Pinochet en Chile, que muchos ven como la causa fundamental de las desigualdades sociales y económicas del país.
En la Plaza Italia de Santiago, el foco de las protestas masivas y a menudo violentas del año pasado que provocaron la demanda de una nueva carta magna, los fuegos artificiales se elevaron sobre grandes multitudes de personas que gritaban la palabra “renacimiento”.
Con más de las tres cuartas partes de los votos contados en el referéndum, el 78,12 por ciento de los votantes había optado por una nueva constitución redactada por los ciudadanos. Muchos han expresado la esperanza de que un nuevo texto modere un espíritu descaradamente capitalista con garantías de más igualdad de derechos a la atención médica, las pensiones y la educación.
PinochetPiñera
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, dijo que si el país había estado dividido por las protestas y el debate sobre si aprobar o rechazar los planes para una nueva carta, de ahora en adelante deberían unirse detrás de un nuevo texto que brinde “un hogar para todos. Hasta ahora, la constitución nos ha dividido. Desde hoy debemos trabajar todos juntos para que la nueva constitución sea el gran marco de unidad, estabilidad y futuro ”, dijo en un discurso difundido desde su Palacio de la Moneda rodeado de su gabinete.
El líder de centroderecha, cuyos índices de popularidad se desplomaron a mínimos históricos durante los disturbios y se han mantenido estancados, habló con quienes querían mantener a la actual constitución acreditada por hacer de Chile una de las historias de éxito económico de América Latina.
Cualquier nuevo borrador debe incorporar “el legado de las generaciones pasadas, la voluntad de las generaciones presentes y las esperanzas de las generaciones venideras”, dijo.
La votación se produjo un año después de que más de un millón de personas atestaran el centro de Santiago en medio de una ola de malestar social que dejó 30 muertos y miles de heridos.
La actual constitución de Chile fue redactada por el general Augusto Pinochet y fue enviada a los votantes en un momento en que los partidos políticos estaban prohibidos y el país estaba sujeto a una fuerte censura.
Fue aprobado por un margen de 66 por ciento – 30 por ciento en un plebiscito de 1980.
Los principios del libre mercado incorporados en ese documento llevaron a una economía en auge que continuó después del regreso a la democracia en 1990, pero no todos los chilenos compartieron el nuevo esquema. Una minoría pudo aprovechar los buenos servicios privatizados de educación, salud y seguridad social, mientras que otros se vieron obligados a depender de alternativas públicas a veces escasas. Las pensiones públicas para los más pobres son un poco más de 200 dólares al mes, aproximadamente la mitad del salario mínimo.
♦
Decenas de miles de chilenos acudieron a la plaza principal de Santiago para celebrar después de que personas de todo el país respaldaran abrumadoramente la reescritura de la constitución de la era de Pinochet en Chile, que muchos ven como la causa fundamental de las desigualdades sociales y económicas del país.
En la Plaza Italia de Santiago, el foco de las protestas masivas y a menudo violentas del año pasado que provocaron la demanda de una nueva carta magna, los fuegos artificiales se elevaron sobre grandes multitudes de personas que gritaban la palabra “renacimiento”.
Con más de las tres cuartas partes de los votos contados en el referéndum, el 78,12 por ciento de los votantes había optado por una nueva constitución redactada por los ciudadanos. Muchos han expresado la esperanza de que un nuevo texto modere un espíritu descaradamente capitalista con garantías de más igualdad de derechos a la atención médica, las pensiones y la educación.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, dijo que si el país había estado dividido por las protestas y el debate sobre si aprobar o rechazar los planes para una nueva carta, de ahora en adelante deberían unirse detrás de un nuevo texto que brinde “un hogar para todos. Hasta ahora, la constitución nos ha dividido. Desde hoy debemos trabajar todos juntos para que la nueva constitución sea el gran marco de unidad, estabilidad y futuro ”, dijo en un discurso difundido desde su Palacio de la Moneda rodeado de su gabinete.
El líder de centroderecha, cuyos índices de popularidad se desplomaron a mínimos históricos durante los disturbios y se han mantenido estancados, habló con quienes querían mantener a la actual constitución acreditada por hacer de Chile una de las historias de éxito económico de América Latina.
Cualquier nuevo borrador debe incorporar “el legado de las generaciones pasadas, la voluntad de las generaciones presentes y las esperanzas de las generaciones venideras”, dijo.
La votación se produjo un año después de que más de un millón de personas atestaran el centro de Santiago en medio de una ola de malestar social que dejó 30 muertos y miles de heridos.
La actual constitución de Chile fue redactada por el general Augusto Pinochet y fue enviada a los votantes en un momento en que los partidos políticos estaban prohibidos y el país estaba sujeto a una fuerte censura.
Fue aprobado por un margen de 66 por ciento – 30 por ciento en un plebiscito de 1980.
Los principios del libre mercado incorporados en ese documento llevaron a una economía en auge que continuó después del regreso a la democracia en 1990, pero no todos los chilenos compartieron el nuevo esquema. Una minoría pudo aprovechar los buenos servicios privatizados de educación, salud y seguridad social, mientras que otros se vieron obligados a depender de alternativas públicas a veces escasas. Las pensiones públicas para los más pobres son un poco más de 200 dólares al mes, aproximadamente la mitad del salario mínimo.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 26, 2020