El presidente Sebastián Piñera anunció que el gobierno analiza el proyecto durante una reunión con inversionistas locales organizada por el grupo empresarial Icare. Si bien la iniciativa se encuentra en etapas tempranas y los detalles son escasos, el mandatario señaló que el concepto principal es aprovechar el máximo de producción solar de Chile durante el día y exportar parte de esa energía a Asia, cuando la demanda de ese continente alcanza su punto más alto por la noche.

“Algunos de estos países asiáticos dependen en demasía del carbón y necesitan energía limpia para acelerar su meta de carbono neutralidad”, afirmó Piñera.

El proyecto, que se llamaría Antípodas, requeriría una “alianza estratégica” entre un número indeterminado de países asiáticos y la nación sureña. El objetivo final sería ayudar a esos países a recortar 1,6 millones de toneladas al año de sus emisiones de CO2, lo que equivale aproximadamente a una reducción de emisiones equivalente a la instalación de 1GW de generación limpia. Los medios locales informaron que el proyecto estaba siendo evaluado por el Ministerio de Energía con el apoyo del Ministerio de Hacienda. Eventualmente, si avanza, es probable que se subaste.

Como punto de referencia y para entender la escala de la iniciativa, la distancia entre la isla de Taiwán y la ciudad portuaria chilena de San Antonio es de más de 18.000km. El tramo entre el mismo puerto y la costa sur de Australia es de 11.000km. Por ejemplo, la construcción de la línea Cardones-Polpaico, que se está licitando actualmente y que abarca 1.500km en superficie, debiera costar entre US$1.500 millones y US$2.500 millones.

El proyecto de línea submarina actual más grande del mundo, que conecta Reino Unido y Marruecos, abarcaría 3.800km y se espera que cueste unos 16.000 millones de libras (US$21.500 millones). El desarrollador Xlinks espera que entre en línea en 2027.