El 25 de marzo, para los argentinos Día del Niño por Nacer, según decreto del presidente Menem, coincidió con el 25º aniversario de la encíclica Evangelium vitae , de San Juan Pablo II. Dice esa encíclica: “El aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Los cristianos, como todos los hombres de buena voluntad, están llamados, por un grave deber de conciencia, a no prestar su colaboración formal a aquellas prácticas que, aun permitidas por la legislación civil, se oponen a la ley de Dios. En efecto, desde el punto de vista moral, nunca es lícito cooperar formalmente en el mal. La vida humana es sagrada e inviolable en todas sus fases y situaciones. Es un bien indivisible. Por lo tanto, se trata de hacerse cargo de toda la vida y de la vida de todos”.
En las actuales circunstancias, en que el Gobierno ha tomado medidas tan severas en salvaguarda de la vida de los argentinos debido a la propagación del coronavirus, la mínima y elemental coherencia obliga al Gobierno y a la dirigencia política a dejar de lado la ideología y desistir de la promoción del aborto, que se cobra en el mundo millones de víctimas inocentes.
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Por ALBERTO SOLANET
El 25 de marzo, para los argentinos Día del Niño por Nacer, según decreto del presidente Menem, coincidió con el 25º aniversario de la encíclica Evangelium vitae , de San Juan Pablo II. Dice esa encíclica: “El aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar. Los cristianos, como todos los hombres de buena voluntad, están llamados, por un grave deber de conciencia, a no prestar su colaboración formal a aquellas prácticas que, aun permitidas por la legislación civil, se oponen a la ley de Dios. En efecto, desde el punto de vista moral, nunca es lícito cooperar formalmente en el mal. La vida humana es sagrada e inviolable en todas sus fases y situaciones. Es un bien indivisible. Por lo tanto, se trata de hacerse cargo de toda la vida y de la vida de todos”.
En las actuales circunstancias, en que el Gobierno ha tomado medidas tan severas en salvaguarda de la vida de los argentinos debido a la propagación del coronavirus, la mínima y elemental coherencia obliga al Gobierno y a la dirigencia política a dejar de lado la ideología y desistir de la promoción del aborto, que se cobra en el mundo millones de víctimas inocentes.
Alberto Solanet
Colaboración: DRA ANDREA PALOMAS ALARCÓN
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 29, 2020