Las autoridades de Estados Unidos y Canadá están trabajando contrarreloj para tratar de hallar al sumergible que desapareció con 5 personas a bordo mientras realizaba una inmersión para visitar los restos del Titanic.
La embarcación desapareció el domingo por la mañana, 1 hora y 45 minutos después de iniciar la inmersión.
OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible desaparecido, dijo en un comunicado que está “explorando y movilizando todas las opciones” para traer de vuelta a la tripulación a salvo.
La compañía informó que ha recibido “amplia asistencia” de “varias agencias gubernamentales y compañías especializadas en aguas profundas” en sus esfuerzos por restablecer el contacto con el sumergible.
Los restos del Titanic se encuentran en el norte del océano Atlántico, unos 600 km al sureste de la costa de Newfoundland, en Canadá, y a unos 3,800 metros de profundidad.
Se encuentran divididos en dos partes, con la proa y la popa separadas por unos 800 metros.
Un enorme campo de escombros rodea las dos partes de la embarcación.
Los restos están al sur del Gran Banco de Terranova, en una zona que se conoce como el Cañón del Titanic, nombre que le fue otorgado a propuesta del geólogo marino Alan Ruffmann en 1991.
En su época, el Titanic llegó a ser el barco de pasajeros más grande del mundo y se hizo tristemente célebre porque entre la noche del 14 y la madrugada del 15 de abril de 1912 se hundió en su viaje inaugural desde Southampton, en Reino Unido, hacia Nueva York, en EE.UU., tras chocar contra un iceberg.
En la tragedia murieron más de 1,500 personas.
La historia de cómo se encontraron sus restos en 1985 se conoció gracias a la desclasificación de unos documentos secretos por parte del gobierno de EE.UU.
Robert Ballard, un oficial de inteligencia que había participado en misiones secretas de la marina de EE.UU., fue uno de los que se atrevió a emprender la búsqueda de los restos del Titanic en los años 80.
La marina estadounidense aceptó darle los medios necesarios para buscar el barco, pero solo si utilizaba esos mismos recursos para encontrar dos submarinos nucleares estadounidenses que se habían hundido en el Atlántico en la década de los 60.
La misión secreta franco-estadounidense a bordo de la nave de investigación Knorr arrancó en agosto de 1985.
La excusa de la búsqueda del Titanic era perfecta para que los rusos y la prensa no sospecharan que estaban buscando los submarinos hundidos.
La primera parte de la misión fue un éxito. Ballard encontró los submarinos USS Thresher y USS Scorpion.
El problema de Ballard es que solo tenía 12 días para hallar el Titanic, pues la embarcación que utilizaba ya había sido alquilada por otras personas.
Al final, con la experiencia que ganó buscando al Scorpion, Ballard encontró el Titanic en solo 8 días, el 1 de septiembre de 1985, gracias al sumergible Argo, que estaba equipado con cámaras que podían transmitir imágenes a la superficie.
Ballard recordó en una entrevista en 2021 que vivieron un momento de euforia cuando divisaron los restos de la nave, pero esa felicidad se esfumó rápidamente.
“Caímos en cuenta de que estábamos bailando en la tumba de alguien”, recordó Ballard. “Nos sentimos avergonzados”.
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Las autoridades de Estados Unidos y Canadá están trabajando contrarreloj para tratar de hallar al sumergible que desapareció con 5 personas a bordo mientras realizaba una inmersión para visitar los restos del Titanic.
La embarcación desapareció el domingo por la mañana, 1 hora y 45 minutos después de iniciar la inmersión.
OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible desaparecido, dijo en un comunicado que está “explorando y movilizando todas las opciones” para traer de vuelta a la tripulación a salvo.
La compañía informó que ha recibido “amplia asistencia” de “varias agencias gubernamentales y compañías especializadas en aguas profundas” en sus esfuerzos por restablecer el contacto con el sumergible.
Los restos del Titanic se encuentran en el norte del océano Atlántico, unos 600 km al sureste de la costa de Newfoundland, en Canadá, y a unos 3,800 metros de profundidad.
Se encuentran divididos en dos partes, con la proa y la popa separadas por unos 800 metros.
Un enorme campo de escombros rodea las dos partes de la embarcación.
Los restos están al sur del Gran Banco de Terranova, en una zona que se conoce como el Cañón del Titanic, nombre que le fue otorgado a propuesta del geólogo marino Alan Ruffmann en 1991.
En su época, el Titanic llegó a ser el barco de pasajeros más grande del mundo y se hizo tristemente célebre porque entre la noche del 14 y la madrugada del 15 de abril de 1912 se hundió en su viaje inaugural desde Southampton, en Reino Unido, hacia Nueva York, en EE.UU., tras chocar contra un iceberg.
En la tragedia murieron más de 1,500 personas.
La historia de cómo se encontraron sus restos en 1985 se conoció gracias a la desclasificación de unos documentos secretos por parte del gobierno de EE.UU.
Robert Ballard, un oficial de inteligencia que había participado en misiones secretas de la marina de EE.UU., fue uno de los que se atrevió a emprender la búsqueda de los restos del Titanic en los años 80.
La marina estadounidense aceptó darle los medios necesarios para buscar el barco, pero solo si utilizaba esos mismos recursos para encontrar dos submarinos nucleares estadounidenses que se habían hundido en el Atlántico en la década de los 60.
La misión secreta franco-estadounidense a bordo de la nave de investigación Knorr arrancó en agosto de 1985.
La excusa de la búsqueda del Titanic era perfecta para que los rusos y la prensa no sospecharan que estaban buscando los submarinos hundidos.
La primera parte de la misión fue un éxito. Ballard encontró los submarinos USS Thresher y USS Scorpion.
El problema de Ballard es que solo tenía 12 días para hallar el Titanic, pues la embarcación que utilizaba ya había sido alquilada por otras personas.
Al final, con la experiencia que ganó buscando al Scorpion, Ballard encontró el Titanic en solo 8 días, el 1 de septiembre de 1985, gracias al sumergible Argo, que estaba equipado con cámaras que podían transmitir imágenes a la superficie.
Ballard recordó en una entrevista en 2021 que vivieron un momento de euforia cuando divisaron los restos de la nave, pero esa felicidad se esfumó rápidamente.
“Caímos en cuenta de que estábamos bailando en la tumba de alguien”, recordó Ballard. “Nos sentimos avergonzados”.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 23, 2023