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COMO ME DESGARRA EL VIENTO.
Soñando pegué el grito que el alma me partía
como desgarra el viento la pura nobleza calma,
en mis sueños lo vi furioso llevarse vidas santas y esperanzas,
sentimientos patriotas muertos, secos y ya, sin templanza.
Enojado le pregunte en medio del negro sueño
esperando me respondiera como bravío viento puneño
sin embargo, me mojó con lágrimas de su infinita furia
y mirando para arriba vi del hombre, su maldad y sus lujurias.
Volví a gritar soñoliento con mi alma estrujada
a la furia de aquel paisano que al mismo diablo golpeaba,
y en medio de mis negras nubes y sin el saber él porque
me remonté a su furia y en medio de ella me ahogué.
Moribundo me encontraba en aquel inmenso torbellino
y dándome aire me dijo con el más dulce de sus trinos:
“En mi desgracia me acompañas, changuito aquí no nacido
pero quieres a esta tierra mucho más que millones de mal paridos.
Nada entiendo de tanto amor bravío y de furia desmedida
igual que se enoja el mar con verdadero furor y sin medida,
“Tu ignorancia me conmueve y al igual que al huancar
debería tirarte para ver si tu amor, también florece en el antigal.
He visto héroes morir al igual que los viera el cóndor
cuando recorriendo su reino en aquellos Andes agrestes
vimos pasar a San Martín derrotado en Cancha Rayada
y con una fuerza sin par, llevar a la libertad sus huestes.
En Malvinas testigo fui, de proeza nunca vistas
mi compañero de antaño no pudo hacerse presente
y en su vuelo majestuoso con el roce de sus alas
con una pena infinita dijo, ve, mira y al mundo cuentes.
El valor de nuestros hombres, a los mismo de los de antaño
van a recuperar un desgarrado pedazo, de nuestra tierra sagrada,
ocupada por piratas de alcurnias noble y guerrera
que enfrentarían a mis coyas de mi querida quebrada.
En nada pude ayudar a esos valientes soldados
que de todos los rincones concurrieron a su gloria y a su muerte
mis caricias los calaba del frio hasta los huesos
y sin embargo en silencio, impertérritos ante su destino y su suerte.
Los vi llegar, combatir morir y vivir por lo que tanto amaban
en medio de la infernal melodía de las armas y su metralla
los vi rendirse ¡carajo! en esas lejanas tierras
y por primera vez lloré, la primera derrota que ha nuestra historia engalana.
Vi ojos abiertos de cazadores cazados, pues la presa no era mansa,
eran soldados del huaira los de las caras curtidas por el sol y mis hermanos
vi águilas rapaces en busca de sus esquivas presas
las vi rozando los mares a las aguas frías besando.
No pude ver como clavaban sus garras en esas naves arpías
pues me volaban tan bajo que tan miedo me infundían
que no me atreví a seguirlos acompañando su destino
que en medio de la metralla crisol de amor y patria fundían.
Después vi la vergüenza como a los héroes escondían
el silencio de sus jefes cuando fueron mancillados
el abandono del guerrero que en su conciencia llevaba
el honor y gloria de tal derrota, que no merecen ser olvidados.
No te entiendo Argentina, que a tus soldados humillas
los ultrajas y abandonas como a la fruta podrida
cuando ellos te dieron todo lo que en la vida tuvieron
pues su vida te ofreció más allá de toda envidia.
Por eso ya te venero soldado de la Pampa,
de los montes bravíos, y de los esteros correntinos
de los Andes de los cóndores donde se saludan los vientos
y de la Puna los soldados del huairo acompañando sus destinos.
PP-VGMT (PRESO POLÍTICO – VETERANO DE GUERRA EN EL MONTE TUCUMANO)
Ariel Valdiviezo.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 4, 2020
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COMO ME DESGARRA EL VIENTO.
Soñando pegué el grito que el alma me partía
como desgarra el viento la pura nobleza calma,
en mis sueños lo vi furioso llevarse vidas santas y esperanzas,
sentimientos patriotas muertos, secos y ya, sin templanza.
Enojado le pregunte en medio del negro sueño
esperando me respondiera como bravío viento puneño
sin embargo, me mojó con lágrimas de su infinita furia
y mirando para arriba vi del hombre, su maldad y sus lujurias.
Volví a gritar soñoliento con mi alma estrujada
a la furia de aquel paisano que al mismo diablo golpeaba,
y en medio de mis negras nubes y sin el saber él porque
me remonté a su furia y en medio de ella me ahogué.
Moribundo me encontraba en aquel inmenso torbellino
y dándome aire me dijo con el más dulce de sus trinos:
“En mi desgracia me acompañas, changuito aquí no nacido
pero quieres a esta tierra mucho más que millones de mal paridos.
Nada entiendo de tanto amor bravío y de furia desmedida
igual que se enoja el mar con verdadero furor y sin medida,
“Tu ignorancia me conmueve y al igual que al huancar
debería tirarte para ver si tu amor, también florece en el antigal.
He visto héroes morir al igual que los viera el cóndor
cuando recorriendo su reino en aquellos Andes agrestes
vimos pasar a San Martín derrotado en Cancha Rayada
y con una fuerza sin par, llevar a la libertad sus huestes.
En Malvinas testigo fui, de proeza nunca vistas
mi compañero de antaño no pudo hacerse presente
y en su vuelo majestuoso con el roce de sus alas
con una pena infinita dijo, ve, mira y al mundo cuentes.
El valor de nuestros hombres, a los mismo de los de antaño
van a recuperar un desgarrado pedazo, de nuestra tierra sagrada,
ocupada por piratas de alcurnias noble y guerrera
que enfrentarían a mis coyas de mi querida quebrada.
En nada pude ayudar a esos valientes soldados
que de todos los rincones concurrieron a su gloria y a su muerte
mis caricias los calaba del frio hasta los huesos
y sin embargo en silencio, impertérritos ante su destino y su suerte.
Los vi llegar, combatir morir y vivir por lo que tanto amaban
en medio de la infernal melodía de las armas y su metralla
los vi rendirse ¡carajo! en esas lejanas tierras
y por primera vez lloré, la primera derrota que ha nuestra historia engalana.
Vi ojos abiertos de cazadores cazados, pues la presa no era mansa,
eran soldados del huaira los de las caras curtidas por el sol y mis hermanos
vi águilas rapaces en busca de sus esquivas presas
las vi rozando los mares a las aguas frías besando.
No pude ver como clavaban sus garras en esas naves arpías
pues me volaban tan bajo que tan miedo me infundían
que no me atreví a seguirlos acompañando su destino
que en medio de la metralla crisol de amor y patria fundían.
Después vi la vergüenza como a los héroes escondían
el silencio de sus jefes cuando fueron mancillados
el abandono del guerrero que en su conciencia llevaba
el honor y gloria de tal derrota, que no merecen ser olvidados.
No te entiendo Argentina, que a tus soldados humillas
los ultrajas y abandonas como a la fruta podrida
cuando ellos te dieron todo lo que en la vida tuvieron
pues su vida te ofreció más allá de toda envidia.
Por eso ya te venero soldado de la Pampa,
de los montes bravíos, y de los esteros correntinos
de los Andes de los cóndores donde se saludan los vientos
y de la Puna los soldados del huairo acompañando sus destinos.
PP-VGMT (PRESO POLÍTICO – VETERANO DE GUERRA EN EL MONTE TUCUMANO)
Ariel Valdiviezo.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 4, 2020