Las desmesuradas difamaciones del senador argentino Oscar Parrili, para quien “ser juez es como tener sarna”, y de la imputada Florencia Kirchner, hija de la vicepresidenta de la Nación, imputada en delitos de corrupción, y refugiada en Cuba, al referirse a “orangutanes de la Justicia”, demuestran el estado de la confrontación en el seno del gobierno.
Pese a que los jueces -en particular los del fuero federal-, insisten en ser obsecuentes con el sector K, otorgando sobreseimientos, excarcelaciones, absoluciones, suspensiones de ordenes de arresto, juicios sin fecha de inicio y otros beneficios reservados al “poder político de turno”, el poder ejecutivo va por más, busca la anulación de todas las causas en las que se encuentra la Sra. Cristina F viuda de Kirchner, y sus amigos próximos o sus “presos políticos”, realmente “políticos presos”.
Para obtener sus objetivos ante la justicia, el gobierno utiliza una complejidad de instrumentos de presión: la reforma previsional y judicial, como también algunas carpetas a mostrarse si es necesario. Las consecuencias al extremo de ellas pueden llegar hasta la anulación de causas penales.
Las otras rivalidades que tiene el gobierno son con la iglesia y el campo.
El poder ejecutivo, sabiendo la catastrófica situación de la crisis social que vive el país, busca el conflicto con los católicos, evangelistas y otras iglesias, priorizando el debate sobre el aborto, cuando en realidad no lo es. El gobierno tiene otras urgencias que debe solucionar, entre ellos: seguridad, salud, educación, corrupción, pobreza, violencia, desempleo, inversiones extranjeras, seguridad jurídica. Pero utiliza el arte de alterar las prioridades y en nombre del populismo engaña a la sociedad y al ciudadano de buena fe.
La confrontación del gobierno con el sector agropecuario es más agresiva. Los representantes del Ejecutivo consideran un “Paro Político”, la decisión de ese sector de realizar una huelga por la suba de retenciones de la soja hasta el 33%, pidiendo una baja de los mismos. Conflicto que se agrava porque para el abogado Fernández, presidente de los argentinos, las gente del campo son “parásitos”, y para el neo-marxista (humanista) Grabois, hay que barrer definitivamente con los parásitos (La Nación 11 de marzo de 2020).
Pero, además, el verdadero conflicto esta en el seno del Ejecutivo, es decir que la supervivencia del gobierno depende de quien gane la guerra interna que viven en silencio los K, los Fernández y los que reivindican la lucha armada de los 70. Se esta jugando un nuevo tipo de golpe de Estado (intra-institucional, entre ideologías y políticas divergentes). La implosión puede ser imprevisible y hasta irracional, pero será una vez más la red política argentina.
No les hará falta recurrir a los militares para sus golpes, con apuñalarse en la espalda entre cortinados y pasillos oscuros, por ahora les basta.
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Escribe MARIO SANDOVAL
Las desmesuradas difamaciones del senador argentino Oscar Parrili, para quien “ser juez es como tener sarna”, y de la imputada Florencia Kirchner, hija de la vicepresidenta de la Nación, imputada en delitos de corrupción, y refugiada en Cuba, al referirse a “orangutanes de la Justicia”, demuestran el estado de la confrontación en el seno del gobierno.
Pese a que los jueces -en particular los del fuero federal-, insisten en ser obsecuentes con el sector K, otorgando sobreseimientos, excarcelaciones, absoluciones, suspensiones de ordenes de arresto, juicios sin fecha de inicio y otros beneficios reservados al “poder político de turno”, el poder ejecutivo va por más, busca la anulación de todas las causas en las que se encuentra la Sra. Cristina F viuda de Kirchner, y sus amigos próximos o sus “presos políticos”, realmente “políticos presos”.
Para obtener sus objetivos ante la justicia, el gobierno utiliza una complejidad de instrumentos de presión: la reforma previsional y judicial, como también algunas carpetas a mostrarse si es necesario. Las consecuencias al extremo de ellas pueden llegar hasta la anulación de causas penales.
Las otras rivalidades que tiene el gobierno son con la iglesia y el campo.
El poder ejecutivo, sabiendo la catastrófica situación de la crisis social que vive el país, busca el conflicto con los católicos, evangelistas y otras iglesias, priorizando el debate sobre el aborto, cuando en realidad no lo es. El gobierno tiene otras urgencias que debe solucionar, entre ellos: seguridad, salud, educación, corrupción, pobreza, violencia, desempleo, inversiones extranjeras, seguridad jurídica. Pero utiliza el arte de alterar las prioridades y en nombre del populismo engaña a la sociedad y al ciudadano de buena fe.
La confrontación del gobierno con el sector agropecuario es más agresiva. Los representantes del Ejecutivo consideran un “Paro Político”, la decisión de ese sector de realizar una huelga por la suba de retenciones de la soja hasta el 33%, pidiendo una baja de los mismos. Conflicto que se agrava porque para el abogado Fernández, presidente de los argentinos, las gente del campo son “parásitos”, y para el neo-marxista (humanista) Grabois, hay que barrer definitivamente con los parásitos (La Nación 11 de marzo de 2020).
Pero, además, el verdadero conflicto esta en el seno del Ejecutivo, es decir que la supervivencia del gobierno depende de quien gane la guerra interna que viven en silencio los K, los Fernández y los que reivindican la lucha armada de los 70. Se esta jugando un nuevo tipo de golpe de Estado (intra-institucional, entre ideologías y políticas divergentes). La implosión puede ser imprevisible y hasta irracional, pero será una vez más la red política argentina.
No les hará falta recurrir a los militares para sus golpes, con apuñalarse en la espalda entre cortinados y pasillos oscuros, por ahora les basta.
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PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 19, 2020