Una expresión popular mexicana dice “el miedo no anda en burro”, la cual utilizan en forma burlona para referirse a aquellos que se dicen muy valientes, pero que al enfrentar un verdadero peligro salen despavoridos, rápidamente, arrasando con todo a su paso.
Esta frase es la que mejor define la actitud que tuvo la Vicepresidente de la Nación en las últimas horas, frente al frenético cierre de listas para las elecciones presidenciales que se avecinan en la Argentina.
Descartada su participación como candidata a la Presidencia, la cual se mantuvo latente hasta hace muy poco tiempo, sustentada únicamente en la exasperante inseguridad de no ganar o hacerlo por muy escaso margen –lo cual no es concebible en su utópico mundo-, apoltronándose en el slogan de “proscripta”, ensayó con varias fórmulas encabezadas por gobernadores, el “niño dorado de la generación diezmanda” y hasta la remota idea del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Ninguna de esos globos de ensayos funcionó. Sea porque no movían el amperímetro sea por la férrea negativa del gobernador de la primera provincia argentina, basado justamente en la misma inseguridad de su Jefa. Las encuestas seguían siendo esquivas a pesar de los grandes esfuerzos desarrollados por la misma en retomar la mística perdida, de ensalzar a la generación de los 70, de llamar a volver a enamorar a la gente, de presentarse como opositora al gobierno que integra; todo un bello discurso para sus seguidores pero que no prendía en el electoral común.
La grave crisis económica que afronta al país, la cual no pueden controlar, sumado a la cada vez más creciente inseguridad hacían divisar negros nubarrones en el horizonte electoral del oficialismo, sin un seguro refugio a la vista donde guarecerse. Los tiempos corrían, se acercaba el día del cierre de listas y como se dice “la cosa aún estaba en veremos”.
Solo el “pichichi” auguraba una elección presidencial más o menos digna, pero sus díscolas actitudes aunado a las claras intenciones que había demostrado en las últimas semanas de querer diferenciarse del kirchnerismo, convencieron al Instituto Patria que su “tibieza” no era lo más conveniente para sus planes y le bajaron el pulgar.
A horas del cierre de listas, los tiempos se precipitaron más que aceleradamente. El macabro suceso del Chaco que desembocara en una histórica derrota del oficialismo, la frustrada “nini revolución” en Jujuy que solo fortaleció a su gobernador, más la frustrada operación “Schiaretti”, todo sazonado con el polémico desinfle del peluca anarco-liberal, no solo catapultaron a la líder de la principal oposición -la piba- a la preferencia de la intención de votos sino que les hizo tomar conciencia de que estaban al borde de una paliza electoral en las próximas elecciones presidenciales, al punto de ser hasta sacados del ring en la pelea.
Los peores temores –o sea el seguro avance de las causas judiciales que la desvelan- volvieron a sobrevolar el departamento de Juncal y Uruguay del coqueto barrio de Recoleta, lo que provocó que haga surgir su verdadero rostro. Ya no importó ni la épica de los pibes para la liberación, ni la generación diezmada, ni los derechos humanos, ni el progresismo, ni la retórica anti imperialista, solo sus propios intereses o sea su propia supervivencia. Bajó todos los proyectos de candidatos y ungió al actual Ministro de Economía como el único candidato a Presidente de la Nación.
El miedo no es zonzo dicen. El actual Superministro, al cual odia en su más íntimo ser, es el único que puede garantizarle una eventual entrada a un ballotage y pelear una segunda vuelta (reteniendo así el poder y parte del mismo), pues se presenta con un candidato moderado y con buena llegada al sector empresarial y que encima le había “regalado” un sobreseimiento en la denominada causa del dinero K, gracias a su amigo el Fiscal de las retroexcavadoras.
Es que la reducida lógica “cristininista”, que ningunea a la “kirchnerista”, cree que no solo retendrán el voto duro y cautivo del sector, sino que un candidato viso como de centro al que “disfrazarán de pragmático”, traccionará votos de los sectores independientes, a lo que azuzaran con la llegada de la maléfica derecha que desatará el apocalipsis en estas tierras, en lo que llamarán la dramática pelea por la Nación. Una simple unión de intereses, uno con sus desmedidas ansias de poder, la otra con la mira solamente puesta en “zafar” de su desventurado futuro judicial.
Ahora, cabe preguntarse, votarán los pibes de la revolución a un candidato que en el 2013 fue funcional a la oposición y sepultó el proyecto de “Cristina eterna”?. Votarán los piqueteros a alguien que “acordó” con el FMI y realiza el ajuste que éste le pidió, bajando planes sociales?. Votarán los sectores nacionales y populares a un candidato más cercano a la centro-derecha que la centro-izquierda? Votarán los organismo de derechos humanos a alguien que jamás expresó una palabra sobre ese tema?. Votarán los indecisos a alguien que no puede controlar la inflación y la llevó a casi el 150% interanual y se aprestaría a devaluar?
Difícil respuesta si tenemos en cuenta que los kirchneristas quedaron descolocados. No pueden salir de su asombro. Como se dice, hubiesen preferido “morir con las botas puestas” y no entregar sus caras banderas. Muestra de ello es que el viernes a la noche, los programas del canal de cable de noticias convertido en usina propagandística oficial, eran verdaderos velatorios. No digieren al candidato. El militante se siente desilusionado y abandonado por la líder, que en un espurio acuerdo de cúpulas lo dejó afuera. No sabe realmente qué hacer ni como seguir. Solo el líder piquetero, amigo del Papa, decidió enfrentar a la Jefa y competir con el Superministro en las PASO.
La acuciante coyuntura personal de la Señora desnudó la realidad que solo persigue sus propios interés, que usó y exaltó un discurso progresista cuando le convino y lo desechó sin más, también cuando le convino. Nunca le importó la ideología, simplemente porque nunca la tuvo, tan solo la usó a su antojo y cuando no sirvió más la descartó simplemente. El miedo le hizo caer la careta y sus verdaderas intenciones, las que tuvo siempre, quedaron al descubierto.
GONZALO PABLO MIÑO es abogado (recibido UNR) Mediador (Colegio de Abogados de Rosario) Vocal Titular del Directorio del Colegio de Abogados de Rosario (Año 2007. 2009) Docente Adscripto a la Cátedra de Derecho Procesal Penal. Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Rosario. Año 1997.2016 Docente de la materia. Derecho Procesal Penal. Centro de Instrucción en Destino. Unidad Regional. Policía de la Provincia de Santa Fé. Año 1999. Docente de las Materias. Derecho Procesal Penal y Derecho Penal II. Facultad de Derecho, Universidad Abierta Interamericana, Rosario. Año 2001.2002. El Doctor Miño es Presidente de la Unión de Promociones. Delegación Rosario.
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Por Dr. Gonzalo P. Miño.
Una expresión popular mexicana dice “el miedo no anda en burro”, la cual utilizan en forma burlona para referirse a aquellos que se dicen muy valientes, pero que al enfrentar un verdadero peligro salen despavoridos, rápidamente, arrasando con todo a su paso.
Esta frase es la que mejor define la actitud que tuvo la Vicepresidente de la Nación en las últimas horas, frente al frenético cierre de listas para las elecciones presidenciales que se avecinan en la Argentina.
Descartada su participación como candidata a la Presidencia, la cual se mantuvo latente hasta hace muy poco tiempo, sustentada únicamente en la exasperante inseguridad de no ganar o hacerlo por muy escaso margen –lo cual no es concebible en su utópico mundo-, apoltronándose en el slogan de “proscripta”, ensayó con varias fórmulas encabezadas por gobernadores, el “niño dorado de la generación diezmanda” y hasta la remota idea del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Ninguna de esos globos de ensayos funcionó. Sea porque no movían el amperímetro sea por la férrea negativa del gobernador de la primera provincia argentina, basado justamente en la misma inseguridad de su Jefa. Las encuestas seguían siendo esquivas a pesar de los grandes esfuerzos desarrollados por la misma en retomar la mística perdida, de ensalzar a la generación de los 70, de llamar a volver a enamorar a la gente, de presentarse como opositora al gobierno que integra; todo un bello discurso para sus seguidores pero que no prendía en el electoral común.
La grave crisis económica que afronta al país, la cual no pueden controlar, sumado a la cada vez más creciente inseguridad hacían divisar negros nubarrones en el horizonte electoral del oficialismo, sin un seguro refugio a la vista donde guarecerse. Los tiempos corrían, se acercaba el día del cierre de listas y como se dice “la cosa aún estaba en veremos”.
Solo el “pichichi” auguraba una elección presidencial más o menos digna, pero sus díscolas actitudes aunado a las claras intenciones que había demostrado en las últimas semanas de querer diferenciarse del kirchnerismo, convencieron al Instituto Patria que su “tibieza” no era lo más conveniente para sus planes y le bajaron el pulgar.
A horas del cierre de listas, los tiempos se precipitaron más que aceleradamente. El macabro suceso del Chaco que desembocara en una histórica derrota del oficialismo, la frustrada “nini revolución” en Jujuy que solo fortaleció a su gobernador, más la frustrada operación “Schiaretti”, todo sazonado con el polémico desinfle del peluca anarco-liberal, no solo catapultaron a la líder de la principal oposición -la piba- a la preferencia de la intención de votos sino que les hizo tomar conciencia de que estaban al borde de una paliza electoral en las próximas elecciones presidenciales, al punto de ser hasta sacados del ring en la pelea.
Los peores temores –o sea el seguro avance de las causas judiciales que la desvelan- volvieron a sobrevolar el departamento de Juncal y Uruguay del coqueto barrio de Recoleta, lo que provocó que haga surgir su verdadero rostro. Ya no importó ni la épica de los pibes para la liberación, ni la generación diezmada, ni los derechos humanos, ni el progresismo, ni la retórica anti imperialista, solo sus propios intereses o sea su propia supervivencia. Bajó todos los proyectos de candidatos y ungió al actual Ministro de Economía como el único candidato a Presidente de la Nación.
El miedo no es zonzo dicen. El actual Superministro, al cual odia en su más íntimo ser, es el único que puede garantizarle una eventual entrada a un ballotage y pelear una segunda vuelta (reteniendo así el poder y parte del mismo), pues se presenta con un candidato moderado y con buena llegada al sector empresarial y que encima le había “regalado” un sobreseimiento en la denominada causa del dinero K, gracias a su amigo el Fiscal de las retroexcavadoras.
Es que la reducida lógica “cristininista”, que ningunea a la “kirchnerista”, cree que no solo retendrán el voto duro y cautivo del sector, sino que un candidato viso como de centro al que “disfrazarán de pragmático”, traccionará votos de los sectores independientes, a lo que azuzaran con la llegada de la maléfica derecha que desatará el apocalipsis en estas tierras, en lo que llamarán la dramática pelea por la Nación. Una simple unión de intereses, uno con sus desmedidas ansias de poder, la otra con la mira solamente puesta en “zafar” de su desventurado futuro judicial.
Ahora, cabe preguntarse, votarán los pibes de la revolución a un candidato que en el 2013 fue funcional a la oposición y sepultó el proyecto de “Cristina eterna”?. Votarán los piqueteros a alguien que “acordó” con el FMI y realiza el ajuste que éste le pidió, bajando planes sociales?. Votarán los sectores nacionales y populares a un candidato más cercano a la centro-derecha que la centro-izquierda? Votarán los organismo de derechos humanos a alguien que jamás expresó una palabra sobre ese tema?. Votarán los indecisos a alguien que no puede controlar la inflación y la llevó a casi el 150% interanual y se aprestaría a devaluar?
Difícil respuesta si tenemos en cuenta que los kirchneristas quedaron descolocados. No pueden salir de su asombro. Como se dice, hubiesen preferido “morir con las botas puestas” y no entregar sus caras banderas. Muestra de ello es que el viernes a la noche, los programas del canal de cable de noticias convertido en usina propagandística oficial, eran verdaderos velatorios. No digieren al candidato. El militante se siente desilusionado y abandonado por la líder, que en un espurio acuerdo de cúpulas lo dejó afuera. No sabe realmente qué hacer ni como seguir. Solo el líder piquetero, amigo del Papa, decidió enfrentar a la Jefa y competir con el Superministro en las PASO.
La acuciante coyuntura personal de la Señora desnudó la realidad que solo persigue sus propios interés, que usó y exaltó un discurso progresista cuando le convino y lo desechó sin más, también cuando le convino. Nunca le importó la ideología, simplemente porque nunca la tuvo, tan solo la usó a su antojo y cuando no sirvió más la descartó simplemente. El miedo le hizo caer la careta y sus verdaderas intenciones, las que tuvo siempre, quedaron al descubierto.
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 26, 2023