De Asia a América del Sur, de Europa a África y ahora en los Estados Unidos, las ideas socialistas van en aumento, incluso aunque sepamos que la ideología fracasó. Lo peor es que etiquetan a países como socialistas cuando eso nunca sucedió. Suecia. Suecia tuvo la experiencia. Suecia, un país aclamado por los socialistas del mundo, la idea de votar por un socialista democrático para alcalde debe considerarse con cautela.
Suecia abandonó las ideas del socialismo hace mucho tiempo, es una economía de mercado con impuestos corporativos bajos y, en algunos sectores, tiene más propiedad privada que en los EE. UU. Sin duda, Suecia tiene generosos sistemas de bienestar social: educación infantil, educación superior gratuita (con ingreso de alto rendimiento), licencia familiar y atención médica universal. También tienen una fuerza policial orientada a la comunidad bien financiada, bien entrenada y respetada.
La mayoría de las reformas asociadas con el estado de bienestar sueco fueron creadas por los socialdemócratas (que no son socialistas democráticos) durante las décadas de 1970 y 1980. Hubo un breve período en el que Suecia experimentó con el socialismo, por ejemplo, implementando una transferencia gradual de la propiedad de las empresas privadas al público. Este programa, junto con los altos impuestos, un estrecho margen salarial y la seguridad social ampliada que redujo los incentivos para trabajar, resultó en un éxodo de empresas y una de las protestas más importantes de Suecia. Su seguro social y medios de transporte colapsaron.
En 1990, cuando Suecia enfrentó una crisis financiera, los políticos no tuvieron más remedio que revertir el curso y expandir las reformas de libre mercado en casi todos los sectores de la sociedad. Debido a esto, y al hecho de que las personas que ganan más de U$ 70,000 pagan el 60% en impuestos, Suecia ha mantenido programas de bienestar sin poner en peligro la prosperidad económica. Durante la última década, la microeconomía que se centra en el espíritu empresarial ha sido vital para el crecimiento económico del país y ahora se conoce a Estocolmo como el Silicon Valley de Europa.
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De Asia a América del Sur, de Europa a África y ahora en los Estados Unidos, las ideas socialistas van en aumento, incluso aunque sepamos que la ideología fracasó. Lo peor es que etiquetan a países como socialistas cuando eso nunca sucedió. Suecia. Suecia tuvo la experiencia. Suecia, un país aclamado por los socialistas del mundo, la idea de votar por un socialista democrático para alcalde debe considerarse con cautela.
Suecia abandonó las ideas del socialismo hace mucho tiempo, es una economía de mercado con impuestos corporativos bajos y, en algunos sectores, tiene más propiedad privada que en los EE. UU. Sin duda, Suecia tiene generosos sistemas de bienestar social: educación infantil,
educación superior gratuita (con ingreso de alto rendimiento), licencia familiar y atención médica universal. También tienen una fuerza policial orientada a la comunidad bien financiada, bien entrenada y respetada.
La mayoría de las reformas asociadas con el estado de bienestar sueco fueron creadas por los socialdemócratas (que no son socialistas democráticos) durante las décadas de 1970 y 1980. Hubo un breve período en el que Suecia experimentó con el socialismo, por ejemplo, implementando una transferencia gradual de la propiedad de las empresas privadas al público. Este programa, junto con los altos impuestos, un estrecho margen salarial y la seguridad social ampliada que redujo los incentivos para trabajar, resultó en un éxodo de empresas y una de las protestas más importantes de Suecia. Su seguro social y medios de transporte colapsaron.
En 1990, cuando Suecia enfrentó una crisis financiera, los políticos no tuvieron más remedio que revertir el curso y expandir las reformas de libre mercado en casi todos los sectores de la sociedad. Debido a esto, y al hecho de que las personas que ganan más de U$ 70,000 pagan el 60% en impuestos, Suecia ha mantenido programas de bienestar sin poner en peligro la prosperidad económica. Durante la última década, la microeconomía que se centra en el espíritu empresarial ha sido vital para el crecimiento económico del país y ahora se conoce a Estocolmo como el Silicon Valley de Europa.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 10, 2021