DATOS vs. RELATOS (Parte dos de cuatro)

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  Por Dra. Josefina Margaroli.

  Por Dr. Sergio Maculan.

…9.- Principio de la silenciación. Acallar  las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

Esta forma de acción, que ya comentamos en referencia al principio 1, se está aplicando, no solo en nuestro país, como una forma censura y de limitación, cuando no denegación de los derechos humanos de libertad de opinión y expresión, reconocidos convencionalmente tanto por la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 19; la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en su artículo IV; y la Convención Americana de Derechos Humanos, en artículo 13, además del artículo 14 de la Constitución Nacional. La aplicación de la denominada «cultura de la cancelación» implica la acción de quitar apoyo, anular o bloquear a personas, marcas o entidades que emitieron una opinión o postura ideológica que se considera no solo objetable, sino repudiable, por cierto, grupo de individuos.

Por su accesibilidad tomamos la definición que sobre ello hace Wikipedia: es un neologismo que designa a un cierto fenómeno extendido de retirar el apoyo, ya sea moral, como financiero, digital e incluso social, a aquellas personas u organizaciones que se consideran inadmisibles, ello como consecuencia de determinados comentarios o acciones, independiente de la veracidad o falsedad de estos, o porque esas personas o instituciones transgreden ciertas expectativas que sobre ellas había. Se ha definido como «un llamado a boicotear a alguien –usualmente una celebridad– que ha compartido una opinión cuestionable o impopular en las redes sociales». El término cancel culture o cancelling comenzó a utilizarse en 2015, ganando mayor popularidad a partir de 2018. Si bien es una política que tiene su origen en las primeras fases de la Alemania Nazi hacia los judíos y quienes no participaban del nacional-socialismo.

Hay que destacar, el uso del término «cultura», ya que implica mucho más que una técnica descalificatoria por parte de una persona o grupo. Implica que esta acción debe ejecutarse con un presunto apoyo de la sociedad misma, y va más allá, no solo se pretende afectar una expresión o acción de un individuo o grupo, sino que lo hace extensivo a toda su historia o accionar. Claramente un exabrupto de censura. No solo apropiación del significado por parte de algunos grupos, sino denegación del mismo si se es opositor. Lo de «al amigo todo, al enemigo ni justicia» se amplía hasta el «sin derecho a opinar o expresarse». El pensamiento único, y avasallante parece poderlo todo, y si no hacemos algo para frenarlo terminaremos recitando el poema escrito por el pastor luterano alemán Martin Niemöller: «Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde».

10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

Si hay algo que el peronismo, en sus multifacéticas versiones ha sostenido, es el presentarse como el garante del derecho de los trabajadores, aunque ahora tienen record de desocupación; se vendieron como revolucionarios apoyando un sistema violento que estaba en total decadencia; en la primera presidencia kirchnerista armaron un sistema de falsa defensa de derechos humanos promoviendo un sistema de juicios que manifiestamente violan derechos humanos; la generación de odios, a través de fomentar resentimientos y envidias es una constante, obviamente el odio termina siendo consustancial del sistema, y soporte de la grieta sobre la que se apoya.

11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

Este principio está aumentado en la actualidad, ya que, el partido gobernante, además de sostener la universalidad del pensamiento único, que sustenta, tiene como forma de limitación a los que osen criticar u objetar, la aplicación de la citada cultura de la cancelación.

Un ejemplo fue que luego del fallo «Muiña» de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que reconoció la aplicabilidad del denominado «2 por 1» en un proceso de los denominados de lesa humanidad, se orquestó una movilización de organizaciones vinculadas a la defensa de los derechos humanos de algunos, que alegando representar el sentimiento de toda la población promovió y obtuvo que el Congreso de la Nación, sancionara una ley que modificó la citada ley, ya derogada, un absurdo jurídico, y además le aplicara efecto retroactivo; una clara violación a las garantías judiciales, sobre lo cual muy pocos expresaron objeción, un verdadero esperpento.

El uso del relato, y su aplicación con fines utilitaristas, y muchas veces contrarios a la legalidad o la ética también es tratado por otros miembros de la cultura, justamente no afines al nazismo.

Sylvain Timsit publicó “Las 10 Estrategias de manipulación” en 2002, luego atribuido Noam Chomsky, un decálogo, en versión actualizada.

El pensador italiano Umberto Eco [A paso de cangrejo. Título: El lobo y el cordero. Retórica de la prevaricación. Editorial Debate. 2006] expuso: Sería fácil establecer una línea fronteriza: hay culturas y países donde el poder se basa en el consenso, y en ellos se utilizan técnicas de persuasión; y hay países despóticos donde solo rige la ley de la fuerza y de la prevaricación, y donde no hace falta convencer a nadie. No obstante, las cosas no son tan sencillas, y por eso hablaremos aquí de la retórica de la prevaricación.

Si como define el diccionario, prevaricar significa «abusar del propio poder para obtener ventajas en contra del interés de la víctima» y «actuar en contra de la honestidad trasgrediendo los límites de lo lícito», a menudo, quien prevarica, a sabiendas de que prevarica, dese en cierto modo legitimar su propio gesto e incluso, como sucede en los regímenes dictatoriales, obtener el consenso de quien es víctima de la prevaricación, o encontrar a alguien que esté dispuesta a justificarla. Por consiguiente, se puede prevaricar y utilizar argumentos retóricos para justificar el propio abuso del poder. {pág. 57}.

Necesariamente, la mención del diccionario lo es respecto al de Italia, en nuestro país, la prevaricación o prevaricato es un tipo penal, establecido en el articulo 269: Sufrirá multa de pesos tres mil a pesos setenta y cinco mil e inhabilitación absoluta perpetua el juez que dictare resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las partes o por el mismo o citare, para fundarlas, hechos o resoluciones falsas.

Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena será de tres a quince años de reclusión o prisión e inhabilitación absoluta perpetua.

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Mayo 2017 – Multitudinarias marchas contra el 2 x 1, en las que se pudieron ver banderas con la estrella roja de Montoneros
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Por consiguiente, los procesos llevados a cabo en violación a la normativa unánime tanto nacional como convencional, de irretroactividad de la ley penal, deberían tipificar tal delito cometido en los procesos, designados de “lesa humanidad”. A lo que debe sumarse la denominada “reconstrucción de la memoria”, y la utilización de la figura de «testigo víctima»: procedimientos, que necesariamente contradicen principios básicos del derecho penal, como lo es la declaración de no estar comprendidos dentro de las generales de la ley para los testigos. En los citados procesos, a la habilitación de testigos víctimas, donde el interés en el resultado del proceso es innegable, debe sumarse, que existe, además, un interés por parte de las organizaciones que se postulan como defensoras de derechos humanos, y que tienen, palmariamente demostrado, una búsqueda de culpabilidades contraria a otro principio básico, el de inocencia. Prueba de ello es la existencia del «Acompañamiento a testigos y querellantes en el marco de los juicios contra el terrorismo de Estado, Estrategias de intervención» establecido y sostenido por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación http://www.jus.gob.ar/media/1129085/06-dhpt-acompanamiento_estrategia

Por lo tanto, son aceptadas testimoniales de personas que en procesos normales serían plenamente tachables, así como una práctica de entrenamiento de testigos, que es manifiestamente contraria a derecho y violatoria de las garantías judiciales.

Las situaciones se ven agravadas, además de lo antes expresado, por las limitaciones que los tribunales imponen a las defensas respecto a repreguntas, y en otros casos, las testimoniales son repeticiones de las vertidas en otros procesos. En consecuencia, la seguridad jurídica desaparece.

            Así, quienes han logrado apoderarse de la difusión del relato, sea por trabajo propio o por renunciamiento de los que terminan siendo víctimas de él, establecen sin fundamento lógico, pero si ideológico que es y que no es «políticamente correcto». Al respecto Eco, en el libro citado, en el título «Sobre lo políticamente correcto», expresa:

 

CONTINUARÁ…

Josefina Margaroli

Sergio Luis Maculan

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ARGENTINA EL EDÉN… PARA LOS PERVERSOS

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EN ARGENTINA… AHORA VIENEN POR MÍ

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PrisioneroEnArgentina.com

Enero 15, 2022


 

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