David Rey entrevista a Carlos Sfulcini

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david-rey-2 Escribe David Rey.

 

Quizás la parte más ilustrativa en torno a Carlos Sfulcini quedó fuera de la charla, y porque ya cuando nos despedía de su casa se le ocurrió decirnos: “¿Quieren conocer mi otro perfil?”. Entonces nos dirigió a la terraza de su edificio, un lugar poblado por aproximadamente unas… ¡400 plantas!, todas traídas por él mismo. Un verdadero jardín botánico. Hay allí desde cipreses a palmeras iraquíes (“de Babilonia”, aclara); desde pasionarias, baobabs y pinos del Himalaya a datileras egipcias, cactus de todos los colores y, posiblemente, hasta especies aún no categorizadas por la biología. “Esta palmerita”, dice, con curiosa afectación, “nació en mi celda”. Con seguridad, cuando el señor Sfulcini está a solas con sus plantas… debe hablarles y hacerles mimos.

“Es lo que quedó después de los 6 años de prisión”, dice. “Mi señora no daba abasto para cuidarlas a todas. Muchas tuvo que regalar y otras muchas no sobrevivieron”. ¡Menos mal…! Que si fuera de otro modo, habría hasta algas del polo Ártico.

sfulcini-7De hecho, si Carlos Sfulcini no hubiera estado detenido ilegalmente en Marcos Paz, en condición de Preso Político, no sólo su terraza se vería más frondosa todavía, sino que aún sería profesor de Derecho en la Universidad Abierta Interamericana y la cuestión de los años setenta sería acaso un resabio más de los tantos que deja la vida. Pero a él, como a otros dos mil Presos Políticos Argentinos, el destino le impuso una última misión.

“Estando preso la vida es más sencilla, y uno puede mirar para dentro y crecer interiormente”, dice, y en otra parte agrega que “si uno no lo toma de esa manera, terminal mal”. Según nos cuenta, él no guarda “resentimientos por haber estado preso. Ha sido un puente por el que tuve que cruzar”.

Y vaya que lo ha cruzado, a diferencia de todos aquellos que aún – después de tantos años de infamia – le siguen endilgando el ya inútil e infantil mote de “genocida” o “represor”. De los veinte años que, en un principio, recibió como condena en función de toda esa parodia abstrusa de los “jóvenes idealistas”, debió cumplir sólo seis. Es decir, luego de seis años – y gracias al excelente trabajo del doctor Gonzalo Miño – resulta que la Justicia finalmente entendió que Carlos Sfulcini no podía ser responsable de nada de todo lo que le acusaban, de modo que su condena se redujo al tiempo que prácticamente ya llevaba preso.

Hoy Carlos Sfulcini podría ser un ciudadano más, común y corriente, cuya única particularidad podría ser el amor desmesurado hacia sus plantas. Pero el destino y los seis años de encierro le signaron una tarea más, un deber y una renovada esperanza de justicia y paz entre todos los argentinos.

DAVID REY: ¿Por qué ha estado usted en prisión y por qué ha sido usted un Preso Político?

CARLOS SFULCINI: Estuve en prisión porque me condenaron, pasé por un juicio que podríamos considerar injusto porque no se atiene a las normas constitucionales. Eso desde el punto de vista formal. Desde el punto de vista concreto, hubo una falsa acusación de un solo testigo y eso valió para que entendieran que uno es culpable.

A mí me acusaban de haber participado en el secuestro, tortura y desaparición física de un dirigente del Partido Comunista llamado “Tito” Messiez.

 

 

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PrisioneroEnArgentina.com

Enero 22, 2017


 

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