El ex Super Ministro Kirchnerista y la insoportable obviedad del ser.
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Luego de décadas de militar en oscuras políticas de la política, Julio De Vido descubrió que en la Argentina “el estado de derecho está roto o simplemente no existe”.
El ex Ministro de Planificación Federal derrocha desinformación o rebalsa de cinismo, ya que con solo leer algún expediente de casos de lesa humanidad podría haber avistado América mucho antes.
No me permito incursionar en el específico caso del ex super ministro ya que, si respetamos la Constitución Nacional, se necesitan pruebas para condenar a alguien y ya sabemos que De Vido es inocente hasta que se demuestre lo contrario, por lo cual lo mejor es dejar accionar los brazos de la justicia. Conocemos como esta se mueve y para ejemplo recurrimos a antecedentes como Menem y tantos otros. Además, un viejo dicho retumba en los pasillos de los tribunales y es que es preferible un culpable suelto que un inocente preso. El primer tramo de este dicho se cumple en cada centímetro de su expresión. El segundo, dudemos.
Lo curioso es que el ciudadano mantiene a estos despistados que rigen sus destinos, pero siguen eligiéndolos para guiar los pasos de un país que necesita honestidad y eficiencia.
El ex Super Ministro Kirchnerista y la insoportable obviedad del ser.
Luego de décadas de militar en oscuras políticas de la política, Julio De Vido descubrió que en la Argentina “el estado de derecho está roto o simplemente no existe”.
El ex Ministro de Planificación Federal derrocha desinformación o rebalsa de cinismo, ya que con solo leer algún expediente de casos de lesa humanidad podría haber avistado América mucho antes.
No me permito incursionar en el específico caso del ex super ministro ya que, si respetamos la Constitución Nacional, se necesitan pruebas para condenar a alguien y ya sabemos que De Vido es inocente hasta que se demuestre lo contrario, por lo cual lo mejor es dejar accionar los brazos de la justicia. Conocemos como esta se mueve y para ejemplo recurrimos a antecedentes como Menem y tantos otros. Además, un viejo dicho retumba en los pasillos de los tribunales y es que es preferible un culpable suelto que un inocente preso. El primer tramo de este dicho se cumple en cada centímetro de su expresión. El segundo, dudemos.
Lo curioso es que el ciudadano mantiene a estos despistados que rigen sus destinos, pero siguen eligiéndolos para guiar los pasos de un país que necesita honestidad y eficiencia.
[/ezcol_1half] [ezcol_1quarter_end][/ezcol_1quarter_end]Fabian Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 31, 2017
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