Pensar, reflexionar, discutir, disentir, respetar, aceptar, negociar, ceder… No son solo verbos en modo infinitivo. Son también acciones que en la Argentina de los últimos doscientos años se practicaron poco, demasiado poco.
Desde tiempos inmemoriales, los argentinos optamos por el caudillismo y por la frase corta, vacía de contenido ontológico y de valores de verdad, pero -en apariencia- contundente y definitiva.
“Viva la santa Federación… Mueran los salvajes unitarios”; “Que se pierdan cien gobiernos, pero que se salven los principios”; “Por cada uno de los nuestros que caiga, caerán cinco de los de ellos”; “No hay vencedores, ni vencidos”; “Hay que pasar el invierno”; “Perón no viene porque no le da el cuero para venir”; “El que apuesta al dólar, pierde”; “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”; “Con la democracia no sólo se vota: con la democracia, se come, se cura y se educa”; “Síganme, que no los voy a defraudar”; “Hay que meterle bala a los delincuentes”; “El que depositó pesos, recibirá pesos. El que depositó dólares, recibirá dólares”… Y así.
La lista sería interminable y, de continuarla, estas breves reflexiones se convertirían en un muestrario de aforismos vernáculos… Algunos, lamentables.
Pero en la última década, las “frases célebres” (¿célebres?) se convirtieron en el único argumento de conversación entre nosotros, cuando de temas importantes se trataba. Siempre alentadas desde los atriles oficiales, con el dedo índice levantado, el ceño fruncido y la cadena nacional de radio y televisión lista y a las órdenes..!
Si alguien osaba hablar de los cortes de calles, rutas y puentes, recibía un contundente“no podés criminalizar la protesta social, facho!”.
Si algún ingenuo proponía discutir respecto del aumento de los delitos cometidos por menores de edad, el régimen penal juvenil o la edad de imputabilidad, era escupido con un “ningún pibe nace chorro, gorila!”
Si surgía el tema de la corrupción de ciertos agentes del Estado en una mesa familiar, desde la silla contigua le replicaban “estás viendo, leyendo y escuchando demasiado a la corporación mediática concentrada, cipaya y vendepatria…”
Si alguien se quejaba de la excesiva propaganda política en las transmisiones del Fútbol para Todos, era aplastado con un “oligarca!!! Mejor estábamos antes no?, con los partidos codificados para unos pocos…”
También acá la lista sería demasiado larga y tediosa. Pero también, triste y miserable.
Si los argentinos logramos volver a pensar, discutir, disentir, respetar y ceder, lograremos abandonar el país panfletario y de las frases hechas, vacías de contenido.
Caso contrario, volveríamos a la Edad Media, donde, para paralizar y estigmatizar al que pensaba distinto, existía la etiqueta de “hereje”, que era sinónimo de cadalso y hoguera. Nosotros supimos reemplazar el hereje medieval por el moderno “facho”. Con idénticas cualidades e intencionalidades que las utilizadas por la Inquisición (en sentido figurado, claro. En Argentina no existe la pena de muerte…)
Creo que vale la pena intentar el cambio.
Marcelo Carlos Romero
MAGISTRADO JUDICIAL. El doctor ROMERO es FISCAL del MINISTERIO PÚBLICO – PODER JUDICIAL de la PROVINCIA de BUENOS AIRES.
El 90% de los politicos argentinos son bolaceros y el otro 10% son inutiles. Sin pensar mucho, menem, cristina, macri, peña, dela rua, insfran, gioja, aguad, bulrich, pichetto, larroque, moreno, macri, capitanich, alperovich, etc, diria que el porcentaje pasa a 99%. Despues de hacer la lista y pensar en algunos TODOS y TODAS mas se me bajo la presion!! ademas pienso en la cantidad de GUITA que les pagamos de nuestros impuestos a cada uno de por vida a estos caraduras.
Vero Moreno
7 years ago
Felicitaciones al dr. Romero, sinceramente alguien que si merecería un cargo politico.
Valentín Aguero
7 years ago
Las frases hechas y los panfletos son herramientas importantes para los gobiernos.
Como usted las llama, doctor, “Frases ¿celebres?” son ademas, gritos de guerra de intolerantes en su mayorùa pagos o que estan atras de un beneficio.
Portelli Juan
7 years ago
Excelente!!!
Norberto Pettinari
7 years ago
Un profesional de verdad y un orgullo para la justicia.
Ariel Valdiviezo
7 years ago
EXCELENTE PUBLICACIÓN, CON UNA CALIDAD INCONTRASTABLE, LOS DESEOS DE QUE LA ARGENTINA CAMBIE ES EL DESEO MAS GRANDE DE TODO HOMBRE DE BIEN, ESTO ES HISTÓRICO Y PARTICULARMENTE PIENSO QUE DEBERÍA MODIFICARSE ROTUNDAMENTE LA EDUCACIÓN, PARA QUE ESTO SE LOGRE, VENIMOS PONEMOS PARCHES A LA MISMA PARA QUE SE SIGA PINCHANDO, NO PARA LOGRAR QUE SE INFLE COMO EN TOROS PAISES QUE SALIERON DE ESTA POBREZA ESPIRITUAL Y EMPEZARON A PENSAR MAS EN EL PAÍS QUE EN SI MISMOS. CORDIALMENTE
Esta parte la he escuchado tanto a lo largo de mi vida: “Hay que meterle bala a los delincuentes” luego cambia el gobierno que lo dijo y…quienes cumplieron la orden fueron presos o los sacaron a patadas, o se les termino la carrera policial. Pero ahora escucho algo parecido…
Si no se cambia se continuará con la decadencia de tantos años y en ese caso en nuestro horizonte viviremos lo que vive Venezuela, un país con un suelo tan o más rico que el nuestro a pesar de lo cual la corrupción, la violencia y la muerte lo está hundiendo a través del tiempo. Cordialmente CLAUDIO KUSSMAN
Geraldin Duttini
7 years ago
Siempre fuimos un país de etiquetas y rivalidades, pero hacemos pelota a nuestra sociedad por ambiciones personales.
Escribe el fiscal
MARCELO CARLOS ROMERO
Pensar, reflexionar, discutir, disentir, respetar, aceptar, negociar, ceder… No son solo verbos en modo infinitivo. Son también acciones que en la Argentina de los últimos doscientos años se practicaron poco, demasiado poco.
Desde tiempos inmemoriales, los argentinos optamos por el caudillismo y por la frase corta, vacía de contenido ontológico y de valores de verdad,
pero -en apariencia- contundente y definitiva.
“Viva la santa Federación… Mueran los salvajes unitarios”; “Que se pierdan cien gobiernos, pero que se salven los principios”; “Por cada uno de los nuestros que caiga, caerán cinco de los de ellos”; “No hay vencedores, ni vencidos”; “Hay que pasar el invierno”; “Perón no viene porque no le da el cuero para venir”; “El que apuesta al dólar, pierde”; “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”; “Con la democracia no sólo se vota: con la democracia, se come, se cura y se educa”; “Síganme, que no los voy a defraudar”; “Hay que meterle bala a los delincuentes”; “El que depositó pesos, recibirá pesos. El que depositó dólares, recibirá dólares”… Y así.
La lista sería interminable y, de continuarla, estas breves reflexiones se convertirían en un muestrario de aforismos vernáculos… Algunos, lamentables.
Pero en la última década, las “frases célebres” (¿célebres?) se convirtieron en el único argumento de conversación entre nosotros, cuando de temas importantes se trataba. Siempre alentadas desde los atriles oficiales, con el dedo índice levantado, el ceño fruncido y la cadena nacional de radio y televisión lista y a las órdenes..!
Si algún ingenuo proponía discutir respecto del aumento de los delitos cometidos por menores de edad, el régimen penal juvenil o la edad de imputabilidad, era escupido con un “ningún pibe nace chorro, gorila!”
Si surgía el tema de la corrupción de ciertos agentes del Estado en una mesa familiar, desde la silla contigua le replicaban “estás viendo, leyendo y escuchando demasiado a la corporación mediática concentrada, cipaya y vendepatria…”
Si alguien se quejaba de la excesiva propaganda política en las transmisiones del Fútbol para Todos, era aplastado con un “oligarca!!! Mejor estábamos antes no?, con los partidos codificados para unos pocos…”
Frases. Rótulos. Estigmas. Panfletos…
Facho. Cipayo. Gorila. Oligarca. Golpista. Vendepatria…
También acá la lista sería demasiado larga y tediosa. Pero también, triste y miserable.
Si los argentinos logramos volver a pensar, discutir, disentir, respetar y ceder, lograremos abandonar el país panfletario y de las frases hechas, vacías de contenido.
Caso contrario, volveríamos a la Edad Media, donde, para paralizar y estigmatizar al que pensaba distinto, existía la etiqueta de “hereje”, que era sinónimo de cadalso y hoguera. Nosotros supimos reemplazar el hereje medieval por el moderno “facho”. Con idénticas cualidades e intencionalidades que las utilizadas por la Inquisición (en sentido figurado, claro. En Argentina no existe la pena de muerte…)
Creo que vale la pena intentar el cambio.
Marcelo Carlos Romero
MAGISTRADO JUDICIAL. El doctor ROMERO es FISCAL del MINISTERIO PÚBLICO – PODER JUDICIAL de la PROVINCIA de BUENOS AIRES.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 7, 2018
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El fiscal Romero siempre de primera en todo. felicitaciones.
El 90% de los politicos argentinos son bolaceros y el otro 10% son inutiles. Sin pensar mucho, menem, cristina, macri, peña, dela rua, insfran, gioja, aguad, bulrich, pichetto, larroque, moreno, macri, capitanich, alperovich, etc, diria que el porcentaje pasa a 99%. Despues de hacer la lista y pensar en algunos TODOS y TODAS mas se me bajo la presion!! ademas pienso en la cantidad de GUITA que les pagamos de nuestros impuestos a cada uno de por vida a estos caraduras.
Felicitaciones al dr. Romero, sinceramente alguien que si merecería un cargo politico.
Las frases hechas y los panfletos son herramientas importantes para los gobiernos.
Somos una sociedad de Interminables disputas
Es como que el verso y la mentira nos mantiene a flote…
Uno de los pocos magistrados honestos que tenemos…. a cuidarlo….
Va a ser muy dificil que esto cambie. Habrá excepciones como el fiscal Romero pero en mayoria son Zafaroni, Oyarbide, Lorenzeti.
muy cierto todos sus dichos
Nada mas facil para identificar a un vendepatria: Es el que te dice vendepatria a uno.
Como usted las llama, doctor, “Frases ¿celebres?” son ademas, gritos de guerra de intolerantes en su mayorùa pagos o que estan atras de un beneficio.
Excelente!!!
Un profesional de verdad y un orgullo para la justicia.
EXCELENTE PUBLICACIÓN, CON UNA CALIDAD INCONTRASTABLE, LOS DESEOS DE QUE LA ARGENTINA CAMBIE ES EL DESEO MAS GRANDE DE TODO HOMBRE DE BIEN, ESTO ES HISTÓRICO Y PARTICULARMENTE PIENSO QUE DEBERÍA MODIFICARSE ROTUNDAMENTE LA EDUCACIÓN, PARA QUE ESTO SE LOGRE, VENIMOS PONEMOS PARCHES A LA MISMA PARA QUE SE SIGA PINCHANDO, NO PARA LOGRAR QUE SE INFLE COMO EN TOROS PAISES QUE SALIERON DE ESTA POBREZA ESPIRITUAL Y EMPEZARON A PENSAR MAS EN EL PAÍS QUE EN SI MISMOS. CORDIALMENTE
Agregaría el ” vamos a terminar con el curro de los ddhh “
ROMERO ES UNO DE LOS HOMBRES MÁS DECENTES Y CORAJUDOS DE LA PLATA. UN EJEMPLO PARA NUESTRA CIUDAD
Hay que establecer que somos un país de charlatanes también…
Bueno pero en esta forma mas de uno se hizo millonario sin trabajar lo que quiere decir que sirve.
Esta parte la he escuchado tanto a lo largo de mi vida: “Hay que meterle bala a los delincuentes” luego cambia el gobierno que lo dijo y…quienes cumplieron la orden fueron presos o los sacaron a patadas, o se les termino la carrera policial. Pero ahora escucho algo parecido…
Excelente fiscal Romero, siempre excelente.
Gente… les mentimos y les lavamos la cabeza durante 12 años… y Mauri sigue!!!!!!!!!!!!!!!!
Si no se cambia se continuará con la decadencia de tantos años y en ese caso en nuestro horizonte viviremos lo que vive Venezuela, un país con un suelo tan o más rico que el nuestro a pesar de lo cual la corrupción, la violencia y la muerte lo está hundiendo a través del tiempo. Cordialmente CLAUDIO KUSSMAN
Siempre fuimos un país de etiquetas y rivalidades, pero hacemos pelota a nuestra sociedad por ambiciones personales.