La semana pasada, los organismos de derechos humanos y los grupos progres, festearon como un triunfo “del pueblo”, que el tema derechos humanos haya sido incluido en el debate presidencial que se desarrollará, en dos jornadas, una el 1° de Octubre y la segunda a la semana siguiente.
En efecto, hace unos días atrás la Cámara Nacional Electoral abrió por 48 horas, una votación digital en la que los ciudadanos debían elegir qué temas deseaban se incorporen al debate presidencial. Con el 58% de los votos emitidos el primer tema elegido fue “derechos humanos y convivencia democrática”, luego con el 18% siguió “desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente”.
Y es que el tema de los derechos humanos había quedado excluido de los principales ítems a tratar en el debate de los candidatos a Presidente de la Nación, los cuales obviamente son los que más le interesa a la gente, a saber: “Economía y educación” y “Seguridad, trabajo y producción”.
Ahora, exultantes por el “pedido” de la ciudadanía de incorporar el tema “derechos humanos”, aseguran que los “negacioncitas” no podrán eludir más el tema.
Es más, las “abuelas putativas de todos los argentinos” habían solicitado incluir expresamente, para este tema: el derecho a la identidad, la búsqueda de los 300 nietos y nietas que faltan, memoria, verdad y justicia, violencia institucional, medidas de no repetición, negacionismo y discursos de odio. Casi un debate exclusivo para el tema. No hubo acogida y todo quedó englobado dentro de “derechos humanos y convivencia democrática”.
Claro, lo que los organismos de derechos humanos y los grupos progres no dicen, es que en esa votación digital participaron 84.000 personas, es decir, nada mas que el 0,02 % del padrón electoral.
Con ello, queda claro que por más que se disfracen de los únicos representantes “genuinos del pueblo”, conforman una más que pequeña minoría que sigue blandiendo un tema que ya no le importa a nadie.
En un país azotado por una de las peores crisis económica que conoce, con una pobreza en aumento, una inflación descontrolada y encima golpeada por una inseguridad como jamás vio; el ciudadano común tiene otras prioridades en su cabeza que seguir escuchando a quienes continúan insistiendo con hechos que ocurrieron hace ya casi 50 años, que creen -en su de maravilloso mundo de izquierda- que es el único tema importante en el país.
Por otro lado, que tan solo el 58% del 0,02 % del padrón electoral siga insistiendo con el ya cansado y apolillado tema de los derechos humanos, implica que quienes “siguen y siguen” con ese tema, no son, ni más ni menos que una diminuta facción.
Esta realidad, que siempre se supo, pero ahora queda al descubierto por esta votación, nunca fue advertida por una gran cantidad de camaradas de los presos políticos, que creyeron ver en estos grupos algo “poderoso e invencible”, cuando se podría decirse que son un “gigante con pie de barro”. No necesitaron mucho para llevarlos a la inacción, sino que les bastó “gritar un poco” y “agitar el fantasma de una eventual citación judicial” para sumergirlos en la pasividad y la indolencia.
Los antiguos terroristas devenidos ahora en ideólogos de los derechos humanos descubrieron que era más efectiva instalar una posible notificación legal que usar un fusil.
Durante casi 20 años pareciera que hicieron realmente lo que quisieron con uniformados de todas las Fuerzas y civiles, mujeres y hombres, hoy perseguidos. Los encarcelaron, los humillaron, los ultrajaron y los condenaron. Se burlaron y se mofaron de ellos al punto de instalar la arbitrariedad y la ilegalidad en la sala de audiencias de los Tribunales Orales Federales de todo el país,
En muy contadas ocasiones se vio a camaradas sentados en la sala de audiencia de los diferentes tribunales orales acompañando a sus compañeros, llevando una bandera argentina o las fotos de los militares o policías asesinados por las organizaciones terroristas. Muy pocos, acompañan a las ONG que llevan adelante esta titánica tarea, como la de rendir públicos homenajes a esos mártires. Más aún, casi nunca –salvo excepciones en los primeros años– logró observarse el abarrotamiento de una sala de visita en cada una de las cárceles del país.
En su auto abatido espíritu crearon un Gulliver, cuando en realidad estaban frente a un par de liliputienses. Unos pocos pusieron el pecho y honraron la máxima que reza: “Un buen soldado nunca abandona a un compañero”, cuando debió haber sido la gran mayoría.
Dicen que “nunca es tarde si la dicha es buena”, pero no, siguen inertes en su inmovilidad, ahora disfrazada de una eventual esperanza de que algún candidato que aspira llegar a la Casa Rosada se meta en esta problemática; en la cual, durante más de largos veinte años no supieron o no quisieron inmiscuirse.
Nadie va a comprar semejante “kilombo”, encima gratis y en el que ni los propios interesados se meten. No puede anclar el curso de acción en sólo aferrarse “a una esperanza electoral”. Efectivamente, ya es hora de que entiendan que en la boca está el poder de la palabra o el silencio; en las manos la posibilidad de hacer o no hacer; en la mente la victoria o la derrota. Si no son los propios retirados, ¿quiénes? Si no es ahora, ¿cuándo?…
Como dijo el general José de San Martin: “Solo el que vive de rodillas ve gigantes a sus enemigos”.
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Por Dr. Gonzalo P. Miño.
La semana pasada, los organismos de derechos humanos y los grupos progres, festearon como un triunfo “del pueblo”, que el tema derechos humanos haya sido incluido en el debate presidencial que se desarrollará, en dos jornadas, una el 1° de Octubre y la segunda a la semana siguiente.
En efecto, hace unos días atrás la Cámara Nacional Electoral abrió por 48 horas, una votación digital en la que los ciudadanos debían elegir qué temas deseaban se incorporen al debate presidencial. Con el 58% de los votos emitidos el primer tema elegido fue “derechos humanos y convivencia democrática”, luego con el 18% siguió “desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente”.
Y es que el tema de los derechos humanos había quedado excluido de los principales ítems a tratar en el debate de los candidatos a Presidente de la Nación, los cuales obviamente son los que más le interesa a la gente, a saber: “Economía y educación” y “Seguridad, trabajo y producción”.
Ahora, exultantes por el “pedido” de la ciudadanía de incorporar el tema “derechos humanos”, aseguran que los “negacioncitas” no podrán eludir más el tema.
Es más, las “abuelas putativas de todos los argentinos” habían solicitado incluir expresamente, para este tema: el derecho a la identidad, la búsqueda de los 300 nietos y nietas que faltan, memoria, verdad y justicia, violencia institucional, medidas de no repetición, negacionismo y discursos de odio. Casi un debate exclusivo para el tema. No hubo acogida y todo quedó englobado dentro de “derechos humanos y convivencia democrática”.
Claro, lo que los organismos de derechos humanos y los grupos progres no dicen, es que en esa votación digital participaron 84.000 personas, es decir, nada mas que el 0,02 % del padrón electoral.
Con ello, queda claro que por más que se disfracen de los únicos representantes “genuinos del pueblo”, conforman una más que pequeña minoría que sigue blandiendo un tema que ya no le importa a nadie.
En un país azotado por una de las peores crisis económica que conoce, con una pobreza en aumento, una inflación descontrolada y encima golpeada por una inseguridad como jamás vio; el ciudadano común tiene otras prioridades en su cabeza que seguir escuchando a quienes continúan insistiendo con hechos que ocurrieron hace ya casi 50 años, que creen -en su de maravilloso mundo de izquierda- que es el único tema importante en el país.
Por otro lado, que tan solo el 58% del 0,02 % del padrón electoral siga insistiendo con el ya cansado y apolillado tema de los derechos humanos, implica que quienes “siguen y siguen” con ese tema, no son, ni más ni menos que una diminuta facción.
Esta realidad, que siempre se supo, pero ahora queda al descubierto por esta votación, nunca fue advertida por una gran cantidad de camaradas de los presos políticos, que creyeron ver en estos grupos algo “poderoso e invencible”, cuando se podría decirse que son un “gigante con pie de barro”. No necesitaron mucho para llevarlos a la inacción, sino que les bastó “gritar un poco” y “agitar el fantasma de una eventual citación judicial” para sumergirlos en la pasividad y la indolencia.
Los antiguos terroristas devenidos ahora en ideólogos de los derechos humanos descubrieron que era más efectiva instalar una posible notificación legal que usar un fusil.
Durante casi 20 años pareciera que hicieron realmente lo que quisieron con uniformados de todas las Fuerzas y civiles, mujeres y hombres, hoy perseguidos. Los encarcelaron, los humillaron, los ultrajaron y los condenaron. Se burlaron y se mofaron de ellos al punto de instalar la arbitrariedad y la ilegalidad en la sala de audiencias de los Tribunales Orales Federales de todo el país,
En muy contadas ocasiones se vio a camaradas sentados en la sala de audiencia de los diferentes tribunales orales acompañando a sus compañeros, llevando una bandera argentina o las fotos de los militares o policías asesinados por las organizaciones terroristas. Muy pocos, acompañan a las ONG que llevan adelante esta titánica tarea, como la de rendir públicos homenajes a esos mártires. Más aún, casi nunca –salvo excepciones en los primeros años– logró observarse el abarrotamiento de una sala de visita en cada una de las cárceles del país.
En su auto abatido espíritu crearon un Gulliver, cuando en realidad estaban frente a un par de liliputienses. Unos pocos pusieron el pecho y honraron la máxima que reza: “Un buen soldado nunca abandona a un compañero”, cuando debió haber sido la gran mayoría.
Dicen que “nunca es tarde si la dicha es buena”, pero no, siguen inertes en su inmovilidad, ahora disfrazada de una eventual esperanza de que algún candidato que aspira llegar a la Casa Rosada se meta en esta problemática; en la cual, durante más de largos veinte años no supieron o no quisieron inmiscuirse.
Nadie va a comprar semejante “kilombo”, encima gratis y en el que ni los propios interesados se meten. No puede anclar el curso de acción en sólo aferrarse “a una esperanza electoral”. Efectivamente, ya es hora de que entiendan que en la boca está el poder de la palabra o el silencio; en las manos la posibilidad de hacer o no hacer; en la mente la victoria o la derrota. Si no son los propios retirados, ¿quiénes? Si no es ahora, ¿cuándo?…
Como dijo el general José de San Martin: “Solo el que vive de rodillas ve gigantes a sus enemigos”.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 25, 2023