El director de Vialidad Nacional de Argentina, Raúl Bertola, renunció este viernes al cargo por “razones personales” y se sumó a la lista de más de 50 funcionarios que han sido despedidos o que han abandonado sus funciones durante los primeros siete meses del Gobierno de Javier Milei.
La cifra, que fue recopilada en múltiples notas en la prensa argentina durante esta semana, representa un récord, ya que nunca antes una gestión presidencial había acumulado tantas salidas de funcionarios de todos los niveles en un lapso tan breve.
Los anuncios han estado rodeado de polémicas porque varios de los secretarios, directores e incluso ministros se enteraron de su despido a través de la prensa, por comunicados oficiales o por una declaración del propio Milei, sin que ninguna autoridad superior se los hubiera anticipado formalmente.
Además, en algunas ocasiones el Gobierno aseguró que se trataba de “renuncias”, pero después los funcionarios denunciaron que los habían despedido sin explicaciones. Es el caso de Fernando Vilella, el secretario de Bioeconomía (Agricultura) que fue eyectado del gabinete el pasado miércoles.
“He recibido más de 300 mensajes de apoyo en las últimas 48 horas de casi todas las organizaciones de los productores que no entienden qué pasó (…) no es mi decisión (dejar el cargo), habrá que preguntarles a los que tomaron la decisión por qué lo hicieron”, dijo el exfuncionario.
Los continuos cambios de funcionarios generan una controversia permanente y reflejan inestabilidad en el equipo de trabajo del Gobierno de un país que enfrenta una grave crisis económica.
Las ‘renuncias’ comenzaron después del 10 de diciembre, cuando Milei asumió la presidencia.
Ese mes, por ejemplo, renunciaron el subsecretario de Medios, Eduardo Roust; el director de Comunicación, Juan Caruso; y la secretaria de Comunicación, sin aducir mayores explicaciones.
Desde entonces, las salidas fueron intermitentes, por lo menos una cada semana, en múltiples áreas.
El primer caso escandaloso llegó a fines de febrero, cuando el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, fue despedido luego de haber sido acusado de filtrar a la prensa información de las reuniones del Gabinete, lo que él mismo rechazó.
Al mes siguiente, fue el turno de Osvaldo Giordano, titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), a quien Milei descalificó públicamente como “un traidor”.
El enojo del presidente se debió a que la diputada Alejandra Torres, esposa de Giordano, había votado en contra de la Ley Bases, uno de los proyectos fundamentales del presidente.
Lo mismo ocurrió con Flavia Royon, la secretaria de Minería que provenía de la provincia de Salta, cuyos diputados también rechazaron la iniciativa del Gobierno. Según Milei, la funcionaria no hizo el trabajo necesario para convencerlos.
En marzo, Milei echó por televisión al secretario del Trabajo, Omar Yasín, a quien responsabilizó de la crisis que enfrentó el Gobierno cuando se difundió el abrupto autoaumento salarial del presidente y de los ministros.
Uno de los casos más conmocionantes fue el de Nicolás Posse, el jefe de Gabinete que fue despedido en mayo, ya que era amigo personal de Milei, quien solía alabarlo hasta que se enojó con él y comenzó a destratarlo incluso en eventos públicos en los que no lo saludaba.
El motivo expuesto en el comunicado oficial fue una “diferencia de criterios y expectativas en la marcha del Gobierno y las tareas encomendadas” a Posse, quien así se convirtió en el jefe de Gabinete que menos tiempo ha permanecido en su cargo a lo largo de la historia argentina: duró solo 169 días.
Ese mismo día, además, el Gobierno confirmó la salida de Silvestre Sívori, el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), es decir, el jefe de espías, a quien se le acusó de vigilar de manera ilegal a varios miembros del Gabinete por órdenes de Posse.
Así, semana tras semana, se han ido funcionarios de primera línea de los ministerios de Capital Humano, Justicia, Defensa, Economía y Relaciones Exteriores; de las secretarías de Trabajo, Derechos Humanos y Minería; y de la Dirección General de Aduanas, entre otros.
Destaca la historia de Fernando Szereszevsky, el jefe de Gabinete del Ministerio de Capital Humano que dejó el cargo el mes pasado a pesar de ser el funcionario más cercano a su amiga, la ministra Sandra Pettovello.
El insólito argumento que ofreció fue que su trabajo como manager de la banda de rock Los Ratones Paranoicos era “incompatible” con la gestión en el Ministerio. Tardó cinco meses en darse cuenta y, entonces, prefirió irse de gira.
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El director de Vialidad Nacional de Argentina, Raúl Bertola, renunció este viernes al cargo por “razones personales” y se sumó a la lista de más de 50 funcionarios que han sido despedidos o que han abandonado sus funciones durante los primeros siete meses del Gobierno de Javier Milei.
La cifra, que fue recopilada en múltiples notas en la prensa argentina durante esta semana, representa un récord, ya que nunca antes una gestión presidencial había acumulado tantas salidas de funcionarios de todos los niveles en un lapso tan breve.
Los anuncios han estado rodeado de polémicas porque varios de los secretarios, directores e incluso ministros se enteraron de su despido a través de la prensa, por comunicados oficiales o por una declaración del propio Milei, sin que ninguna autoridad superior se los hubiera anticipado formalmente.
Además, en algunas ocasiones el Gobierno aseguró que se trataba de “renuncias”, pero después los funcionarios denunciaron que los habían despedido sin explicaciones. Es el caso de Fernando Vilella, el secretario de Bioeconomía (Agricultura) que fue eyectado del gabinete el pasado miércoles.
“He recibido más de 300 mensajes de apoyo en las últimas 48 horas de casi todas las organizaciones de los productores que no entienden qué pasó (…) no es mi decisión (dejar el cargo), habrá que preguntarles a los que tomaron la decisión por qué lo hicieron”, dijo el exfuncionario.
Los continuos cambios de funcionarios generan una controversia permanente y reflejan inestabilidad en el equipo de trabajo del Gobierno de un país que enfrenta una grave crisis económica.
Las ‘renuncias’ comenzaron después del 10 de diciembre, cuando Milei asumió la presidencia.
Ese mes, por ejemplo, renunciaron el subsecretario de Medios, Eduardo Roust; el director de Comunicación, Juan Caruso; y la secretaria de Comunicación, sin aducir mayores explicaciones.
Desde entonces, las salidas fueron intermitentes, por lo menos una cada semana, en múltiples áreas.
El primer caso escandaloso llegó a fines de febrero, cuando el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, fue despedido luego de haber sido acusado de filtrar a la prensa información de las reuniones del Gabinete, lo que él mismo rechazó.
Al mes siguiente, fue el turno de Osvaldo Giordano, titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), a quien Milei descalificó públicamente como “un traidor”.
El enojo del presidente se debió a que la diputada Alejandra Torres, esposa de Giordano, había votado en contra de la Ley Bases, uno de los proyectos fundamentales del presidente.
Lo mismo ocurrió con Flavia Royon, la secretaria de Minería que provenía de la provincia de Salta, cuyos diputados también rechazaron la iniciativa del Gobierno. Según Milei, la funcionaria no hizo el trabajo necesario para convencerlos.
En marzo, Milei echó por televisión al secretario del Trabajo, Omar Yasín, a quien responsabilizó de la crisis que enfrentó el Gobierno cuando se difundió el abrupto autoaumento salarial del presidente y de los ministros.
Uno de los casos más conmocionantes fue el de Nicolás Posse, el jefe de Gabinete que fue despedido en mayo, ya que era amigo personal de Milei, quien solía alabarlo hasta que se enojó con él y comenzó a destratarlo incluso en eventos públicos en los que no lo saludaba.
El motivo expuesto en el comunicado oficial fue una “diferencia de criterios y expectativas en la marcha del Gobierno y las tareas encomendadas” a Posse, quien así se convirtió en el jefe de Gabinete que menos tiempo ha permanecido en su cargo a lo largo de la historia argentina: duró solo 169 días.
Ese mismo día, además, el Gobierno confirmó la salida de Silvestre Sívori, el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), es decir, el jefe de espías, a quien se le acusó de vigilar de manera ilegal a varios miembros del Gabinete por órdenes de Posse.
Así, semana tras semana, se han ido funcionarios de primera línea de los ministerios de Capital Humano, Justicia, Defensa, Economía y Relaciones Exteriores; de las secretarías de Trabajo, Derechos Humanos y Minería; y de la Dirección General de Aduanas, entre otros.
Destaca la historia de Fernando Szereszevsky, el jefe de Gabinete del Ministerio de Capital Humano que dejó el cargo el mes pasado a pesar de ser el funcionario más cercano a su amiga, la ministra Sandra Pettovello.
El insólito argumento que ofreció fue que su trabajo como manager de la banda de rock Los Ratones Paranoicos era “incompatible” con la gestión en el Ministerio. Tardó cinco meses en darse cuenta y, entonces, prefirió irse de gira.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 13, 2024
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