Cuando en 1988 el escritor Thomas Harris publicó su novela “El silencio de los corderos”, que fuera llevada al cine dos años más tarde bajo el título “El silencio de los inocentes”, seguramente jamás imaginó que tal macabro relato cobraría vida 35 años después en una provincia del norte de nuestra sufrida República Argentina.
Lo que sucede en el Chaco es realmente revulsivo. La desaparición y asesinato de la joven “Cecilia” (no sería la primera mujer sino la novena y habría muerto descuartizada en una “chanchería”) por parte de los líderes de un grupo piquetero. Estos se visten de rojo, rinde loas al “Che Guevara”, izan la bandera de Cuba en su escuela, adoctrinan a menores en una vetusta y nefasta ideología de izquierda, someten a los pobres de su provincia a la servidumbre, que tenían acopiada gran cantidad de armas, que recaudarían millones y millones pesos cuyo origen es poco claro. Según los propios chaqueños serían los recaudadores del actual gobernador, que por cierto es aliado incondicional del kirchnerismo.
Esta truculenta trama revela lo más sórdido y nauseabundo del sistema populista que viene gobernando nuestra Nación desde hace dos décadas. Lo mismo ha sucedido en Cuba, Venezuela o Corea del Norte.
Esta situación no es nueva. Ya se había vivido en la provincia de Jujuy con la “Tupaca”, hoy condenada, que con métodos similares y bajo la misma ideología, fue la “dueña” despótica y absoluta de esa provincia por varios años y que aún mantiene cierta cuota de poder, gracias también a su conchabo con el kirchnerismo. Sin mencionar los feudos provinciales como Misiones, cuyo cabeza son directamente los eternos gobernadores.
Esta vez, a diferencia de lo que pasó con la “Tupaca”, donde el kirchnerismo salió a “bancar” a la “dirigente social e indígena” y aun lo hace al día de la fecha. En este caso intenta despegarse de los lideres piqueteros al punto de intentar despegar también al actual gobernador chaqueño. Las declaraciones, comunicados y publicaciones en las redes sociales que emiten los dirigentes oficialistas son meramente formales, de ocasión, sin comprometerse demasiado, remarcando que no se puede hacer un uso político del caso. La portaboza del gobierno espetó hace pocas horas: “No hay mayor bajeza que hacer un uso político de la desaparición de una mujer”, falseando la realidad de que los casos son políticos porque la política está metida.
La verdad que se lavan la cara con cemento armado cada mañana. Los mismos que reclaman que no se utilice políticamente el caso, son los mismos que se cansaron y hasta el día de hoy lo hacen, de usar políticamente el caso ¨Maldonado”, el cual 51 peritos determinaron que se ahogó y aun así siguen exigiendo castigo al anterior gobierno y a las fuerzas de la Gendarmería Nacional por la “desaparición” de Maldonado. Artistas, políticos, periodistas y hasta fiscales federales (todos del mundo progre) se fotografiaron con la foto de Maldonado bajo el lema “Donde esta Maldonado”, siendo que ahora no se ve a ninguno de ellos con la foto de “Cecilia” y pidiendo “Donde esta Cecilia”. Simplemente unos miserables.
¿Dónde están las feministas, los pañuelos verdes, el colectivo “Ni una menos” y las soraras?, que rápidamente se movilizan y lanzan comunicados a todos los medios de comunicación cuando el imputado de un femicidio no comulga con las ideas nacionales y populares y ahora guardan estruendoso silencio. Acaso “Cecilia” no es mujer? no fue víctima de un femicidio también?.
La Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad se comunicó con la mamá de “Cecilia”, en una charla de casi protocolar, depositándole en una cuenta bancaria la suma de 180 mil pesos, la cual fue rechazada dignamente por la progenitora. 180 mil pesos cuando el gobierno ha gastado fortunas en indemnizar y otorgar pensiones (muy jugosas vale aclarar) a los terroristas e hijos de terroristas que intentaron tomar el poder en los año 70. Sobre el particular, en Julio de 2006 se le pagó a un terrorista del ERP $22.724.917. Parece que en Argentina hay desaparecidos de primera y desaparecidos de segunda. Sin palabras.
Tampoco aparecen los organismos de derechos humanos, preocupados únicamente por lo que sucedió en nuestro país hace 50 años; ciegos, sordos y mudos con lo que pasa actualmente en el país. No le ofrecen asistencia jurídica ni contención como hicieron en otros casos. Ni siquiera una pizca de empatía con la familia. ¿Acaso “Cecilia” no tiene también derechos humanos?. Claro, es que abiertamente “les muchaches” se han alineado con el kirchnerismo y solo ven violaciones a los derechos humanos cuando estás tienen como protagonista a algún “opositor” o “miembros de las fuerzas de seguridad”. Cuando es un “cumpa” hay persecución política.
Todo está repugnante y nauseabunda situación no parece hacer mella en la sociedad, hoy más preocupada por el Dia del Padre y el fin de semana largo. ¿Qué carajo nos pasa a los argentinos que no reaccionamos como sociedad ante esta barbarie? ¿Que más estamos dispuestos a tolerar que nos hagan?
Nadie ya se acuerda de la desaparición de Marcela López (estaba en pareja con un tío de un asesor del hijo de la Vicepresidenta de Nación), la muerte del Fiscal Nisman, los desaparecidos y asesinados por violar la cuarenta por la pandemia o las escandalosas denuncias sexuales contra el ex gobernador de Tucumán o del Senador Provincial camporista de Buenos Aires, entre muchos casos más.
Como era de esperar y siendo una respuesta de manual, los progres salieron a protestar en Jujuy contra la reciente reforma constitucional (aprobada por unanimidad por todos los partidos políticos el peronismo incluido), cortado rutas e intentando sesionar Purmamarca de la provincia, denunciando eso si represión y persecución política. Una burda maniobra para “tapar” lo sucede en el Chaco.
Harán lo que sea disimular y ocultar lo que sucedió con “Cecilia” pero el silencio de los inocentes es tan aterrador que se ha vuelto atronador. Por ello debemos elevar nuestra voz más fuerte aún y exigir justicia por Cecilia Strzyzowski, acompañando a su familia, movilizándonos como sociedad hasta que todos los culpables, sean autores, instigadores, cómplices o encubridores estén presos.
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Cuando en 1988 el escritor Thomas Harris publicó su novela “El silencio de los corderos”, que fuera llevada al cine dos años más tarde bajo el título “El silencio de los inocentes”, seguramente jamás imaginó que tal macabro relato cobraría vida 35 años después en una provincia del norte de nuestra sufrida República Argentina.
Esta truculenta trama revela lo más sórdido y nauseabundo del sistema populista que viene gobernando nuestra Nación desde hace dos décadas. Lo mismo ha sucedido en Cuba, Venezuela o Corea del Norte.
Esta situación no es nueva. Ya se había vivido en la provincia de Jujuy con la “Tupaca”, hoy condenada, que con métodos similares y bajo la misma ideología, fue la “dueña” despótica y absoluta de esa provincia por varios años y que aún mantiene cierta cuota de poder, gracias también a su conchabo con el kirchnerismo. Sin mencionar los feudos provinciales como Misiones, cuyo cabeza son directamente los eternos gobernadores.
Esta vez, a diferencia de lo que pasó con la “Tupaca”, donde el kirchnerismo salió a “bancar” a la “dirigente social e indígena” y aun lo hace al día de la fecha. En este caso intenta despegarse de los lideres piqueteros al punto de intentar despegar también al actual gobernador chaqueño. Las declaraciones, comunicados y publicaciones en las redes sociales que emiten los dirigentes oficialistas son meramente formales, de ocasión, sin comprometerse demasiado, remarcando que no se puede hacer un uso político del caso. La portaboza del gobierno espetó hace pocas horas: “No hay mayor bajeza que hacer un uso político de la desaparición de una mujer”, falseando la realidad de que los casos son políticos porque la política está metida.
La verdad que se lavan la cara con cemento armado cada mañana. Los mismos que reclaman que no se utilice políticamente el caso, son los mismos que se cansaron y hasta el día de hoy lo hacen, de usar políticamente el caso ¨Maldonado”, el cual 51 peritos determinaron que se ahogó y aun así siguen exigiendo castigo al anterior gobierno y a las fuerzas de la Gendarmería Nacional por la “desaparición” de Maldonado. Artistas, políticos, periodistas y hasta fiscales federales (todos del mundo progre) se fotografiaron con la foto de Maldonado bajo el lema “Donde esta Maldonado”, siendo que ahora no se ve a ninguno de ellos con la foto de “Cecilia” y pidiendo “Donde esta Cecilia”. Simplemente unos miserables.
¿Dónde están las feministas, los pañuelos verdes, el colectivo “Ni una menos” y las soraras?, que rápidamente se movilizan y lanzan comunicados a todos los medios de comunicación cuando el imputado de un femicidio no comulga con las ideas nacionales y populares y ahora guardan estruendoso silencio. Acaso “Cecilia” no es mujer? no fue víctima de un femicidio también?.
La Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad se comunicó con la mamá de “Cecilia”, en una charla de casi protocolar, depositándole en una cuenta bancaria la
suma de 180 mil pesos, la cual fue rechazada dignamente por la progenitora. 180 mil pesos cuando el gobierno ha gastado fortunas en indemnizar y otorgar pensiones (muy jugosas vale aclarar) a los terroristas e hijos de terroristas que intentaron tomar el poder en los año 70. Sobre el particular, en Julio de 2006 se le pagó a un terrorista del ERP $22.724.917. Parece que en Argentina hay desaparecidos de primera y desaparecidos de segunda. Sin palabras.
Tampoco aparecen los organismos de derechos humanos, preocupados únicamente por lo que sucedió en nuestro país hace 50 años; ciegos, sordos y mudos con lo que pasa actualmente en el país. No le ofrecen asistencia jurídica ni contención como hicieron en otros casos. Ni siquiera una pizca de empatía con la familia. ¿Acaso “Cecilia” no tiene también derechos humanos?. Claro, es que abiertamente “les muchaches” se han alineado con el kirchnerismo y solo ven violaciones a los derechos humanos cuando estás tienen como protagonista a algún “opositor” o “miembros de las fuerzas de seguridad”. Cuando es un “cumpa” hay persecución política.
Todo está repugnante y nauseabunda situación no parece hacer mella en la sociedad, hoy más preocupada por el Dia del Padre y el fin de semana largo. ¿Qué carajo nos pasa a los argentinos que no reaccionamos como sociedad ante esta barbarie? ¿Que más estamos dispuestos a tolerar que nos hagan?
Nadie ya se acuerda de la desaparición de Marcela López (estaba en pareja con un tío de un asesor del hijo de la Vicepresidenta de Nación), la muerte del Fiscal Nisman, los desaparecidos y asesinados por violar la cuarenta por la pandemia o las escandalosas denuncias sexuales contra el ex gobernador de Tucumán o del Senador Provincial camporista de Buenos Aires, entre muchos casos más.
Como era de esperar y siendo una respuesta de manual, los progres salieron a protestar en Jujuy contra la reciente reforma constitucional (aprobada por unanimidad por todos los partidos políticos el peronismo incluido), cortado rutas e intentando sesionar Purmamarca de la provincia, denunciando eso si represión y persecución política. Una burda maniobra para “tapar” lo sucede en el Chaco.
Harán lo que sea disimular y ocultar lo que sucedió con “Cecilia” pero el silencio de los inocentes es tan aterrador que se ha vuelto atronador. Por ello debemos elevar nuestra voz más fuerte aún y exigir justicia por Cecilia Strzyzowski, acompañando a su familia, movilizándonos como sociedad hasta que todos los culpables, sean autores, instigadores, cómplices o encubridores estén presos.