Repitiendo lo que estamos viendo o leemos hoy en el país, tenemos que desde 1983 vivimos en democracia y tenemos el gobernante que queremos.
Además se vota individuos sin importar la plataforma electoral, ni su moral, ni su pasado, por eso cualquiera busca ser presidente.
Pareciera que la corrupción es la ley. El procesado por robo gubernamental la pasa en su domicilio, sin devolver lo robado y en una de esas es candidato a un cargo del gobierno, con muchas posibilidades de ganar.
Vivimos en una inseguridad social y una decadencia continua y el gobernante dice que “no sucede lo que está ´sucediendo” “y el culpable de la inflación de hoy es el “gobierno anterior “y así nos encontramos en una “mentira enmascarada”.
¿Seremos capaces de sanear todo lo que está contaminado y de establecer una real JUSTICIA? Ruben Peretti
DIARIO LOS ANDES
A la pregunta de Don Rubén Peretti incluida en el texto adjunto, respondo lamentablemente ¡NO!.
Vamos camino hacia una anarquía sin freno, cuyas primeras manifestaciones estamos contemplando en progresión cada vez más acelerada, particularmente desde 1983.
Entre otras acciones injustificables y destructivas, mencionemos la arbitrariedad de grupos humanos borreguistas, conducidos por caudillejos sin principios ni objetivos constructivos, que se arrogan derechos para impedir la libertad de quienes trabajan y aportan con su esfuerzo al sostenimiento del Estado; la inseguridad con manifestaciones cada vez más reiteradas, dañinas y mortales sobre ciudadanos de bien, instrumentada por organizaciones delincuenciales poderosas e impunes, son enfrentadas con declaraciones insustanciales de inútiles y complacientes funcionarios irresponsables, hasta con exhibiciones caricaturescas ante medios de información.
En aquella oportunidad de 1983, nos entusiasmaron con el recitado solemne del Preámbulo para ilusionarnos con la llegada de una democracia anhelada e imprescindible.
Soñamos entonces con la unión de todos los argentinos y la iniciación de un proceso de renacimiento hacia el desarrollo justo, la paz interior y el bien común, encolunnándonos detrás de objetivos trascendentes y superadores, sostenidos en nuestras verdades y valores fundacionales.
Pero todo resultó una trampa macabra. Fuimos traicionados casi inmediatamente por sujetos inmorales e incapaces al servicio de intereses personales y o de facción, sin escrúpulo alguno para dilapidar con ineptitud funcional y arbitrariedad, los bienes de todos.
En realidad fue aquello, un artilugio para la llegada al poder casi absoluto, de personajes y mafias siniestras políticas, sindicales, culturales y empresariales, que hoy nos acercan sin salida, hacia esta anarquía atroz y tribal, en la cual estaremos sumergidos, DIOS nos ampare, en el corto plazo.
El deleznable aparato del poder actual y la incapacidad manifiesta y evidente de la llamada “oposición”, solo aseguran para el futuro sangre, lágrimas, sufrimientos imprevisibles y muerte, aunque los conductores de turno seguirán engordando sus bolsos, valijas y bodegas.
¿Existirá la posibilidad alguna vez de que puedan rendir cuentas de sus acciones macabras y el genocidio que han producido en el pueblo argentino por sus desmedidos, insensibles y traidores privilegios?
Mientras en un extremo contemplamos sin capacidad de reacción, las peleas descarnadas de individuos ineptos moral y técnicamente del “frente de todos contra todos”, para arrogarse el derecho de continuar dilapidando al servicio de caprichos de turno, los recursos del Estado, en el aparentemente opuesto sector observamos impotentes la puja por quien conseguirá empuñar el poder a partir de 2023, si llegamos.
En esta concepción no interesan los lamentables fracasos ocurridos.
Tanto en uno como en otro ámbito, las ideas constructivas y planes renovadores prácticamente son solo manifestaciones sin contenido, para consumo de ignorantes espectadores impotentes.
En definitiva, todos los integrantes de esa lamentable corporación política han contribuido para crear un adaptado sistema que les garantiza un reciclamiento permanente, mientras el país subsista.
Por y para ello, todos los integrantes de ese nefasto sistema y aparato político vigente desde 1983, han convenido para sus finalidades de saqueo material, moral y espiritual, que “los objetivos superadores” de esta falacia de democracia que nos han impuesto, debían ser; la destrucción de las FFAA, la despersonalización y penetración delincuencial de las FFSS, la transformación de la Justicia en un mercado de compra y venta de conciencias y voluntades y el pisoteo y destrucción sistemático de nuestra cultura y valores tradicionales y fundacionales.
Estamos narcotizados en un largo sueño y nos hemos prestado con indiferencia e ingenuidad estúpida, a que las acciones referidas se cumplieran al máximo posible.
Mas aun, todo esto lo ha logrado, permitido y apoyado, el gran pueblo argentino salud, colonizado por una contracultura mefistofélica, impulsada por sujetos cipayos ineptos encaramados en el poder, que manejan a su antojo nuestros recursos y esperanzas y nos mienten constantemente, como metodología política para aferrarse a sus privilegios.
Tal cual mencionaba recientemente un lúcido comentarista político, estamos sumidos en la “dictadura de los ineptos” y la consecuente lamentable esclavitud derivada.
Justamente ese “gran pueblo”, traicionó descarada y cínicamente a los soldados militares, de seguridad y civiles, que en su momento envió a luchar contra los sicarios del colonialismo ideológico.
Hoy esos combatientes por nuestra soberanía y libertad, han muerto por cientos en cárceles horribles.
Los que aun superviven siguen soportando, conjuntamente con sus familias con meritoria dignidad, las aberraciones jurídicas ocurridas y aun en desarrollo, impulsadas por los asesinos mercenarios de aquella época decisiva de nuestra historia.
Por cierto, los mismos que se han apropiado conjuntamente con sus descendientes, del manejo indiscriminado del poder y son los causantes de nuestra indetenible decadencia y aproximación a la muerte definitiva como república.
Han establecido como verdad doctrinaria, que nuestro modelo de sociedad y visión de futuro, está determinado por países que soportan regímenes lamentables y mefistofélicos, que persisten por su descarnado canibalismo sobre la libertad y los derechos de sus súbditos.
¡Pobres nuestros descendientes! Que herencia maldita han de recibir.
Roguemos constantemente a DIOS y SU SANTA MADRE nos libren de esta plaga maléfica antes que sea demasiado tarde.
Somos incapaces de una reacción fuerte, coherente y reparadora. Nuestras defensas naturales están casi extinguidas, pisoteadas por el oprobio de la corrupción institucionalizada.
La última reserva que es nuestra MADRE IGLESIA, en retirada, conducida por funcionarios cómodos y retóricos, quienes solemnemente enfundados en vestimentas ornamentales hasta ampulosas, solo capaces de formular observaciones y orientaciones para diversas interpretaciones de conveniencia, guardándose por cierto de pisar con sus sandalias, el barro de la pobreza y miseria del pueblo. Podredumbre sembrada por nuestros opresores y penetrar decididamente, descubrir y denunciar la razón de las iniquidades que sufre mas de un 50% del pueblo argentino.
Obviamente, proceder de esa manera auténtica y rigurosamente católica, no es políticamente correcto.
Pero felizmente hay sacerdotes dignos que no temen incursionar en ese barro nauseabundo, quienes con valentía y amor denuncian las ignominias que presenciamos a diario y el genocidio que han sembrado y siembran, nuestros opresores.
Por su actitud heroica, desafiando amenazas y presiones de todo tipo, aun podemos tener esperanza.
¿Qué podemos y debemos hacer ante este panorama siniestro y atroz que se está configurando?
En primer término, no permanecer indiferentes, menos aún conformistas, porque es lo que hay y no disponemos de fuerza para cambiarlo.
Éste es un ridículo pretexto de lacayos.
Comprometerse con convicción en una lucha y prédica virtuosa cada día y en cada lugar propicio y posible.
Mostrar con realidades la verdad, que no puede ser tergiversada e instrumentada con fines inconfesables.
Buscar enseñar con humildad y transparencia, especialmente a los jóvenes y también a los más humildes y desprevenidos.
Convocar a la imprescindible unión de todos, para derrotar al diabólico sistema que nos oprime.
Predicar constantemente. Impulsar a rezar por nuestra salvación. Demostrar al SEÑOR que deseamos ser protagonistas de nuestro destino y soldados de su causa.
Si cada argentino patriota logrará esclarecer a por lo menos cinco conciudadanos confundidos y extraviados, los resultados finales serían destacables.
Participar y generar organizaciones de gente digna dispuestos a luchar contra la debacle organizada.
Sin miedo y con decisión.
Organizar según posibilidades, reuniones de esclarecimiento y reflexión. Con nuestros vecinos, allegados, colegas.
Sembrar con paciencia para iluminar y despertar conciencias dormidas, en toda circunstancia en que sea posible.
Enseñar convincentemente acciones procedentes para el renacimiento de la verdad histórica y actual. y la recuperación de los valores trascendentes que nos legaron nuestros Padres Fundadores.
Desenmascarar con valentía y claridad la mentira donde se presente. No tolerar las falacias y comedias engañosas y esclavizantes.
Por sobre todo, preparar a la familia para enfrentar las vicisitudes, carencias y peligros de lo que podrá ocurrir.
Generar redes de difusión utilizando todos los medios en alcance.
En definitiva, todo es posible cuando el ser humano decide ser protagonista de su destino.
La sana rebeldía, es un atributo indispensable de los ciudadanos de bien y libres.
⚖
Por Francisco Cervo.
A la pregunta de Don Rubén Peretti incluida en el texto adjunto, respondo lamentablemente ¡NO!.
Vamos camino hacia una anarquía sin freno, cuyas primeras manifestaciones estamos contemplando en progresión cada vez más acelerada, particularmente desde 1983.
Entre otras acciones injustificables y destructivas, mencionemos la arbitrariedad de grupos humanos borreguistas, conducidos por caudillejos sin principios ni objetivos constructivos, que se arrogan derechos para impedir la libertad de quienes trabajan y aportan con su esfuerzo al sostenimiento del Estado; la inseguridad con manifestaciones cada vez más reiteradas, dañinas y mortales sobre ciudadanos de bien, instrumentada por organizaciones delincuenciales poderosas e impunes, son enfrentadas con declaraciones insustanciales de inútiles y complacientes funcionarios irresponsables, hasta con exhibiciones caricaturescas ante medios de información.
En aquella oportunidad de 1983, nos entusiasmaron con el recitado solemne del Preámbulo para ilusionarnos con la llegada de una democracia anhelada e imprescindible.
Soñamos entonces con la unión de todos los argentinos y la iniciación de un proceso de renacimiento hacia el desarrollo justo, la paz interior y el bien común, encolunnándonos detrás de objetivos trascendentes y superadores, sostenidos en nuestras verdades y valores fundacionales.
Pero todo resultó una trampa macabra. Fuimos traicionados casi inmediatamente por sujetos inmorales e incapaces al servicio de intereses personales y o de facción, sin escrúpulo alguno para dilapidar con ineptitud funcional y arbitrariedad, los bienes de todos.
En realidad fue aquello, un artilugio para la llegada al poder casi absoluto, de personajes y mafias siniestras políticas, sindicales, culturales y empresariales, que hoy nos acercan sin salida, hacia esta anarquía atroz y tribal, en la cual estaremos sumergidos, DIOS nos ampare, en el corto plazo.
El deleznable aparato del poder actual y la incapacidad manifiesta y evidente de la llamada “oposición”, solo aseguran para el futuro sangre, lágrimas, sufrimientos imprevisibles y muerte, aunque los conductores de turno seguirán engordando sus bolsos, valijas y bodegas.
¿Existirá la posibilidad alguna vez de que puedan rendir cuentas de sus acciones macabras y el genocidio que han producido en el pueblo argentino por sus desmedidos, insensibles y traidores privilegios?
Mientras en un extremo contemplamos sin capacidad de reacción, las peleas descarnadas de individuos ineptos moral y técnicamente del “frente de todos contra todos”, para arrogarse el derecho de continuar dilapidando al servicio de caprichos de turno, los recursos del Estado, en el aparentemente opuesto sector observamos impotentes la puja por quien conseguirá empuñar el poder a partir de 2023, si llegamos.
En esta concepción no interesan los lamentables fracasos ocurridos.
Tanto en uno como en otro ámbito, las ideas constructivas y planes renovadores prácticamente son solo manifestaciones sin contenido, para consumo de ignorantes espectadores impotentes.
En definitiva, todos los integrantes de esa lamentable corporación política han contribuido para crear un adaptado sistema que les garantiza un reciclamiento permanente, mientras el país subsista.
Por y para ello, todos los integrantes de ese nefasto sistema y aparato político vigente desde 1983, han convenido para sus finalidades de saqueo material, moral y espiritual, que “los objetivos superadores” de esta falacia de democracia que nos han impuesto, debían ser; la destrucción de las FFAA, la despersonalización y penetración delincuencial de las FFSS, la transformación de la Justicia en un mercado de compra y venta de conciencias y voluntades y el pisoteo y destrucción sistemático de nuestra cultura y valores tradicionales y fundacionales.
Estamos narcotizados en un largo sueño y nos hemos prestado con indiferencia e ingenuidad estúpida, a que las acciones referidas se cumplieran al máximo posible.
Mas aun, todo esto lo ha logrado, permitido y apoyado, el gran pueblo argentino salud, colonizado por una contracultura mefistofélica, impulsada por sujetos cipayos ineptos encaramados en el poder, que manejan a su antojo nuestros recursos y esperanzas y nos mienten constantemente, como metodología política para aferrarse a sus privilegios.
Tal cual mencionaba recientemente un lúcido comentarista político, estamos sumidos en la “dictadura de los ineptos” y la consecuente lamentable esclavitud derivada.
Justamente ese “gran pueblo”, traicionó descarada y cínicamente a los soldados militares, de seguridad y civiles, que en su momento envió a luchar contra los sicarios del colonialismo ideológico.
Hoy esos combatientes por nuestra soberanía y libertad, han muerto por cientos en cárceles horribles.
Los que aun superviven siguen soportando, conjuntamente con sus familias con meritoria dignidad, las aberraciones jurídicas ocurridas y aun en desarrollo, impulsadas por los asesinos mercenarios de aquella época decisiva de nuestra historia.
Por cierto, los mismos que se han apropiado conjuntamente con sus descendientes, del manejo indiscriminado del poder y son los causantes de nuestra indetenible decadencia y aproximación a la muerte definitiva como república.
Han establecido como verdad doctrinaria, que nuestro modelo de sociedad y visión de futuro, está determinado por países que soportan regímenes lamentables y mefistofélicos, que persisten por su descarnado canibalismo sobre la libertad y los derechos de sus súbditos.
¡Pobres nuestros descendientes! Que herencia maldita han de recibir.
Roguemos constantemente a DIOS y SU SANTA MADRE nos libren de esta plaga maléfica antes que sea demasiado tarde.
Somos incapaces de una reacción fuerte, coherente y reparadora. Nuestras defensas naturales están casi extinguidas, pisoteadas por el oprobio de la corrupción institucionalizada.
La última reserva que es nuestra MADRE IGLESIA, en retirada, conducida por funcionarios cómodos y retóricos, quienes solemnemente enfundados en vestimentas ornamentales hasta ampulosas, solo capaces de formular observaciones y orientaciones para diversas interpretaciones de conveniencia, guardándose por cierto de pisar con sus sandalias, el barro de la pobreza y miseria del pueblo. Podredumbre sembrada por nuestros opresores y penetrar decididamente, descubrir y denunciar la razón de las iniquidades que sufre mas de un 50% del pueblo argentino.
Obviamente, proceder de esa manera auténtica y rigurosamente católica, no es políticamente correcto.
Pero felizmente hay sacerdotes dignos que no temen incursionar en ese barro nauseabundo, quienes con valentía y amor denuncian las ignominias que presenciamos a diario y el genocidio que han sembrado y siembran, nuestros opresores.
Por su actitud heroica, desafiando amenazas y presiones de todo tipo, aun podemos tener esperanza.
¿Qué podemos y debemos hacer ante este panorama siniestro y atroz que se está configurando?
En primer término, no permanecer indiferentes, menos aún conformistas, porque es lo que hay y no disponemos de fuerza para cambiarlo.
Éste es un ridículo pretexto de lacayos.
Comprometerse con convicción en una lucha y prédica virtuosa cada día y en cada lugar propicio y posible.
Mostrar con realidades la verdad, que no puede ser tergiversada e instrumentada con fines inconfesables.
Buscar enseñar con humildad y transparencia, especialmente a los jóvenes y también a los más humildes y desprevenidos.
Convocar a la imprescindible unión de todos, para derrotar al diabólico sistema que nos oprime.
Predicar constantemente. Impulsar a rezar por nuestra salvación. Demostrar al SEÑOR que deseamos ser protagonistas de nuestro destino y soldados de su causa.
Si cada argentino patriota logrará esclarecer a por lo menos cinco conciudadanos confundidos y extraviados, los resultados finales serían destacables.
Participar y generar organizaciones de gente digna dispuestos a luchar contra la debacle organizada.
Sin miedo y con decisión.
Organizar según posibilidades, reuniones de esclarecimiento y reflexión. Con nuestros vecinos, allegados, colegas.
Sembrar con paciencia para iluminar y despertar conciencias dormidas, en toda circunstancia en que sea posible.
Enseñar convincentemente acciones procedentes para el renacimiento de la verdad histórica y actual. y la recuperación de los valores trascendentes que nos legaron nuestros Padres Fundadores.
Desenmascarar con valentía y claridad la mentira donde se presente. No tolerar las falacias y comedias engañosas y esclavizantes.
Por sobre todo, preparar a la familia para enfrentar las vicisitudes, carencias y peligros de lo que podrá ocurrir.
Generar redes de difusión utilizando todos los medios en alcance.
En definitiva, todo es posible cuando el ser humano decide ser protagonista de su destino.
La sana rebeldía, es un atributo indispensable de los ciudadanos de bien y libres.
Por lo menos, así, lo veo yo.
Francisco Cervo.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 1, 2022