En las últimas horas pudimos leer en el diario “Página 12” que el fiscal federal de San Nicolás, MATÍAS DI LELLO, solicitó al juez federal CARLOS VILLAFUERTE RUZO a cargo del Juzgado Federal N°2 de esa jurisdicción, la elevación a juicio de una causa seguida contra tres militares, por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Uno de esos militares es el Coronel ANTONIO BOSSIE, a quien conocí en el año 2015 en el pabellón 19 de la Unidad Penitenciaria Federal 31 de Ezeiza.
Por sus numerosas enfermedades se descompensaba frecuentemente, guardaba cama y apenas se movilizaba con un andador por lo que el resto de prisioneros debíamos asistirlo permanentemente. Meses después, a principios de 2016 lo encontré “internado” en el mentiroso Hospital Penitenciario Central, más desmejorado y movilizándose ya en una silla de ruedas de la que se había apropiado de “arrebato”, dada la precariedad y falta de elementos del lugar. Casi no veía y teníamos que marcarle el número, para que pudiera hablar por teléfono a su casa. Por momentos, como se puede ver en el video adjunto, parecía que su cerebro se detenía y quedaba estático, entonces había que llamar su atención hablándole. Desde entonces pasaron casi seis años y nunca más lo vi, ni supe de él, hasta la publicación del diario. Nacido en enero de 1939, hoy tiene 82 años de edad y como “La fuente de la Juventud”, símbolo de la inmortalidad y la longevidad, solo es un mito, inimaginable es el grado de deterioro que tendrá en la actualidad. Pese a ello, la “valiente” memoria, verdad y justicia, implacable sigue adelante con sus abusos, gracias a la cobarde acción mancomunada de los miembros del poder judicial, cuerpo forense y organismos querellantes de derechos humanos (para unos sí, para otros no). De todos ellos, en este caso, quien es digno de destacar por dos razones, es el fiscal MATÍAS DI LELLO (45 años). Una por ser hijo de JORGE DI LELLO, también fiscal federal fallecido en febrero del corriente a los 72 años de edad y pese a que cueste creerlo, ex miembro de la organización terrorista Montoneros. Esa que sin piedad asesinaban uniformados, hombres, mujeres y niños, y en el presente dan clases de democracia. Y la otra, por una denuncia que le hiciera el intendente de San Nicolás (Juntos por el Cambio), MANUEL PASSAGLIA por “amenazas, abuso de autoridad, incumplimiento de deberes de funcionario público y por violación de medidas contra epidemias”. Resulta que en una confrontación verbal, ocurrida el 17 de marzo pasado, con un asesor legal municipal le gritó: “La tengo así de grande y el municipio así de chiquita y ya saben qué pasa cuando me enojo”. Posteriormente el procurador General de la Nación, EDUARDO CASAL zanjó la diferencia entre el soez fiscal federal que la tiene grande y los municipales que la tienen chiquita, rechazando la denuncia penal y limitándola solo a una advertencia a DI LELLO. Realmente este tipo de escándalos fellinezcos, que frecuentemente se producen y trascienden en Argentina podrían causar gracia y dar lugar a no pocos chistes. Pero lo dramático es que quienes exhiben ordinariez y prepotencia sin límites, son funcionarios que abusan de su poder al tiempo que en sus manos están nuestras vidas. Hoy nuevamente le tocó ser víctimas, a un indefenso ANTONIO BOSSIE y dos más (Tenientes Coroneles (R) GUILLERMO ANÍBAL PICCIONE y OMAR ANDRADA). Que el destino y la suerte se apiaden de ellos.
⚖
Por Claudio Kussman.
ORDINARIEZ Y PREPOTENCIA JUDICIAL
En las últimas horas pudimos leer en el diario “Página 12” que el fiscal federal de San Nicolás, MATÍAS DI LELLO, solicitó al juez federal CARLOS VILLAFUERTE RUZO a cargo del Juzgado Federal N°2 de esa jurisdicción, la elevación a juicio de una causa seguida contra tres militares, por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. Uno de esos militares es el Coronel ANTONIO BOSSIE, a quien conocí en el año 2015 en el pabellón 19 de la Unidad Penitenciaria Federal 31 de Ezeiza.
[ezcol_1quarter] [/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter] [/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter] [/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter_end] [/ezcol_1quarter_end]Por sus numerosas enfermedades se descompensaba frecuentemente, guardaba cama y apenas se movilizaba con un andador por lo que el resto de prisioneros debíamos asistirlo permanentemente. Meses después, a principios de 2016 lo encontré “internado” en el mentiroso Hospital Penitenciario Central, más desmejorado y movilizándose ya en una silla de ruedas de la que se había apropiado de “arrebato”, dada la precariedad y falta de elementos del lugar. Casi no veía y teníamos que marcarle el número, para que pudiera hablar por teléfono a su casa. Por momentos, como se puede ver en el video adjunto, parecía que su cerebro se detenía y quedaba estático, entonces había que llamar su atención hablándole. Desde entonces pasaron casi seis años y nunca más lo vi, ni supe de él, hasta la publicación del diario. Nacido en enero de 1939, hoy tiene 82 años de edad y como “La fuente de la Juventud”, símbolo de la inmortalidad y la longevidad, solo es un mito, inimaginable es el grado de deterioro que tendrá en la actualidad. Pese a ello, la “valiente” memoria, verdad y justicia, implacable sigue adelante con sus abusos, gracias a la cobarde acción mancomunada de los miembros del poder judicial, cuerpo forense y organismos querellantes de derechos humanos (para unos sí, para otros no). De todos ellos, en este caso, quien es digno de destacar por dos razones, es el fiscal MATÍAS DI LELLO (45 años). Una por ser hijo de JORGE DI LELLO, también fiscal federal fallecido en febrero del corriente a los 72 años de edad y pese a que cueste creerlo, ex miembro de la organización terrorista Montoneros. Esa que sin piedad asesinaban uniformados, hombres, mujeres y niños, y en el presente dan clases de democracia. Y la otra, por una denuncia que le hiciera el intendente de San Nicolás (Juntos por el Cambio), MANUEL PASSAGLIA por “amenazas, abuso de autoridad, incumplimiento de deberes de funcionario público y por violación de medidas contra epidemias”. Resulta que en una confrontación verbal, ocurrida el 17 de marzo pasado, con un asesor legal municipal le gritó: “La tengo así de grande y el municipio así de chiquita y ya saben qué pasa cuando me enojo”. Posteriormente el procurador General de la Nación, EDUARDO CASAL zanjó la diferencia entre el soez fiscal federal que la tiene grande y los municipales que la tienen chiquita, rechazando la denuncia penal y limitándola solo a una advertencia a DI LELLO. Realmente este tipo de escándalos fellinezcos, que frecuentemente se producen y trascienden en Argentina podrían causar gracia y dar lugar a no pocos chistes. Pero lo dramático es que quienes exhiben ordinariez y prepotencia sin límites, son funcionarios que abusan de su poder al tiempo que en sus manos están nuestras vidas. Hoy nuevamente le tocó ser víctimas, a un indefenso ANTONIO BOSSIE y dos más (Tenientes Coroneles (R) GUILLERMO ANÍBAL PICCIONE y OMAR ANDRADA). Que el destino y la suerte se apiaden de ellos.
Claudio Kussman
Comisario Mayor (R)
Policía Pcia. Buenos Aires
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]“Este hombre no es grande, es glande. Follar no folla nada, pero tiene un rabo que le llega hasta las rodillas”
De la película “Tengo ganas de ti” (2012)
PrisioneroEnArgentinacom
Nviembre 25, 2021