La potente explosión se produjo en la tarde del 4 de agosto en la zona portuaria de la capital libanesa. Según los datos actuales, se han logrado encontrar los restos de más de 135 víctimas mortales. Entre los fallecidos hay ciudadanos extranjeros. Además, se informa de 5.000 personas que resultaron heridas. La explosión en el puerto de Beirut dejó sin hogar a unas 300.000 personas, afirmó el gobernador de la capital libanesa, Marwan Abboud.
Actualmente, el escenario del incidente está siendo investigado. De ahí que es posible que el número de víctimas aumente. Muchas personas desaparecieron y sus familiares los buscan en los hospitales de la ciudad. Sin embargo, la búsqueda en las horas nocturnas fue difícil teniendo en cuenta que no había electricidad.
Inicialmente, en el territorio de almacenes portuarios se produjo una explosión de menor escala que provocó un incendio. Después, el incendio causó una explosión mucho más potente que la anterior. Esta destruyó numerosos edificios e instalaciones, incluido el silo de harina que se ubicaba próximo al lugar.
Como consecuencia, el puerto y el silo de harina quedaron totalmente devastados. Muchos distritos de la urbe sufrieron daños de diferente gravedad. Entre las instalaciones que sufrieron daños también se encuentra el aeropuerto internacional de Beirut, localizado a 10 kilómetros del escenario. El eco de la explosión llegó a Chipre que se encuentra a 250 kilómetros de las costas libanesas. En Beirut, varias embajadas resultaron dañadas por el incidente, entre ellas, la rusa.
Pese a la enemistad que existe entre los dos países, Tel Aviv ofreció ayuda a Beirut. Fuerzas de Defensa de Israel —IDF, por sus siglas en inglés— en su cuenta de Twitter publicó que había llegado la hora de dejar atrás el conflicto.
“Bajo la dirección del Ministerio de Defensa y el Ministerio de Asuntos Exteriores Israel ha ofrecido, a través de canales internacionales y de seguridad, enviar la ayuda humanitaria y la asistencia médica al Líbano. Este es el tiempo para superar el conflicto”, tuiteó.
Entretanto, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, expresó sus condolencias al pueblo libanés. “Compartimos el dolor del pueblo libanés y sinceramente le echamos nuestra mano en este momento difícil”, tuiteó.
Pero se trata de un gesto bastante extraño que parece populista teniendo en cuenta el historial del conflicto entre dos naciones que han sido archienemigas desde hace décadas.
El Líbano e Israel técnicamente se encuentran en estado de guerra, si bien no hubo enfrentamientos armados a gran escala entre los dos en los últimos años. Después de que terminara la guerra de 2006, la situación ha permanecido más o menos estable.
La razón por la que la propuesta actual de Israel parece extraña radica en el hecho de que durante el conflicto armado de 2006, las IDF realizaron ataques contra objetivos civiles libaneses: entre ellos, la central eléctrica y el aeropuerto. Como consecuencia de esos ataques, fallecieron más de 1.200 ciudadanos libaneses. La mayor parte de ellos eran víctimas civiles.
Muchos otros países también ofrecieron su ayuda a Beirut. Entre ellos, Rusia. El Ministerio de Emergencias ruso enviará al Líbano cinco aviones para ayudar y paliar las consecuencias de la fuerte explosión en Beirut. Los aviones transportarán un hospital móvil, así como a médicos y socorristas.
Bagdad también envió un hospital móvil, equipamiento médico y doctores, según declaró en una entrevista a Sputnik el portavoz del Ministerio de Transporte iraquí, Salem Musa.
La explosión en el hangar del puerto donde desde 2014 se almacenaba nitrato de amonio es el resultado del incumplimiento de las medidas de seguridad, declaró a Sputnik el embajador ruso en el Líbano, Alexandr Zasypkin.
Según precisó, muchos en el Líbano hablan de esta tragedia en el contexto de las deficiencias de la realidad libanesa, de los problemas en las entidades gubernamentales.
“Se trata de la falta de atención, de la negligencia de los organismos que debían ejercer el control. La cuestión sobre la eliminación de la sustancia explosiva se barajó en reiteradas ocasiones. La escala del daño causado es casi incalculable. Pero lo peor es que han fallecido muchas personas. Son pérdidas irreparables”, declaró el embajador.
El nitrato de amonio que explotó en el puerto de Beirut fue la carga que transportó el barco Rhosus bajo la bandera de Moldavia. El dueño del barco dejó a la tripulación a su suerte en 2014, informó en aquella época el sindicato de marineros de Rusia. La tripulación estaba compuesta de ciudadanos rusos y ucranianos.
El barco fue detenido por las autoridades libanesas por la grave violación de las reglas del funcionamiento del barco. El dueño perdió el interés en el proyecto, dejó de pagar los salarios, mientras la carga permaneció en la capital libanesa durante seis años.
Según el plan inicial, el barco iba a transportar casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio del puerto georgiano de Batumi al país africano de Mozambique. En su comentario al medio ruso Moskvá 24 el excapitán del barco Rhosus, Borís Prokóshev, declaró que creía todo el tiempo que había transportado fertilizantes.
La carga de nitrato de amonio fue transportada del barco a uno de los almacenes del Ministerio de Transporte del Líbano donde permaneció bajo su control y observación.
Inicialmente apareció la información de que había explotado un barco con pirotecnia a bordo. Sin embargo, luego se dio a conocer de que la explosión se había producido en un almacén de sustancias explosivas ubicado en la zona. Como resultado de la explosión, hubo una emisión de sustancias tóxicas a la atmósfera.
El primer ministro del Líbano, Hassan Diab, dijo que en el almacén portuario había 2.750 toneladas del nitrato de amonio. Las autoridades no introdujeron medidas de seguridad adicionales para la población, a pesar de que almacenaban la sustancia explosiva en medio de la urbe.
La explosión provocó enormes daños en la capital. El incidente tuvo lugar en medio de la crisis económica y el brote del nuevo coronavirus que sufre el país.
Según la información preliminar, la primera explosión y el incendio posterior tuvieron lugar durante las obras de soldadura. Los medios locales informaron que las obras se realizaban para evitar que unos intrusos se metieran en el almacén con sustancias peligrosas. Las causas precisas de la catástrofe se conocerán después de la investigación oficial.
“Esto se parece a una zona de combates. Me quedé sin palabras. Esta es una catástrofe tanto para Beirut como para el Líbano”, declaró el alcalde del Líbano, Jamal Itani.
Los sucesos del 4 de agosto reavivaron las memorias sobre la guerra civil que destrozó el Líbano —duró entre 1975 y 1990—. Durante el conflicto armado, Beirut sufrió ataques de artillería, explosiones de automóviles y ataques aéreos de Israel. Ahora el escenario sin duda se parece a una ciudad en medio de la guerra. Los libaneses tardarán mucho tiempo para recuperarse de este desastre.
♦
La potente explosión se produjo en la tarde del 4 de agosto en la zona portuaria de la capital libanesa. Según los datos actuales, se han logrado encontrar los restos de más de 135 víctimas mortales. Entre los fallecidos hay ciudadanos extranjeros. Además, se informa de 5.000 personas que resultaron heridas. La explosión en el puerto de Beirut dejó sin hogar a unas 300.000 personas, afirmó el gobernador de la capital libanesa, Marwan Abboud.
Actualmente, el escenario del incidente está siendo investigado. De ahí que es posible que el número de víctimas aumente. Muchas personas desaparecieron y sus familiares los buscan en los hospitales de la ciudad. Sin embargo, la búsqueda en las horas nocturnas fue difícil teniendo en cuenta que no había electricidad.
Inicialmente, en el territorio de almacenes portuarios se produjo una explosión de menor escala que provocó un incendio. Después, el incendio causó una explosión mucho más potente que la anterior. Esta destruyó numerosos edificios e instalaciones, incluido el silo de harina que se ubicaba próximo al lugar.
Como consecuencia, el puerto y el silo de harina quedaron totalmente devastados. Muchos distritos de la urbe sufrieron daños de diferente gravedad. Entre las instalaciones que sufrieron daños también se encuentra el aeropuerto internacional de Beirut, localizado a 10 kilómetros del escenario. El eco de la explosión llegó a Chipre que se encuentra a 250 kilómetros de las costas libanesas. En Beirut, varias embajadas resultaron dañadas por el incidente, entre ellas, la rusa.
Pese a la enemistad que existe entre los dos países, Tel Aviv ofreció ayuda a Beirut. Fuerzas de Defensa de Israel —IDF, por sus siglas en inglés— en su cuenta de Twitter publicó que había llegado la hora de dejar atrás el conflicto.
“Bajo la dirección del Ministerio de Defensa y el Ministerio de Asuntos Exteriores Israel ha ofrecido, a través de canales internacionales y de seguridad, enviar la ayuda humanitaria y la asistencia médica al Líbano. Este es el tiempo para superar el conflicto”, tuiteó.
Entretanto, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, expresó sus condolencias al pueblo libanés. “Compartimos el dolor del pueblo libanés y sinceramente le echamos nuestra mano en este momento difícil”, tuiteó.
Pero se trata de un gesto bastante extraño que parece populista teniendo en cuenta el historial del conflicto entre dos naciones que han sido archienemigas desde hace décadas.
El Líbano e Israel técnicamente se encuentran en estado de guerra, si bien no hubo enfrentamientos armados a gran escala entre los dos en los últimos años. Después de que terminara la guerra de 2006, la situación ha permanecido más o menos estable.
La razón por la que la propuesta actual de Israel parece extraña radica en el hecho de que durante el conflicto armado de 2006, las IDF realizaron ataques contra objetivos civiles libaneses: entre ellos, la central eléctrica y el aeropuerto. Como consecuencia de esos ataques, fallecieron más de 1.200 ciudadanos libaneses. La mayor parte de ellos eran víctimas civiles.
Muchos otros países también ofrecieron su ayuda a Beirut. Entre ellos, Rusia. El Ministerio de Emergencias ruso enviará al Líbano cinco aviones para ayudar y paliar las consecuencias de la fuerte explosión en Beirut. Los aviones transportarán un hospital móvil, así como a médicos y socorristas.
Bagdad también envió un hospital móvil, equipamiento médico y doctores, según declaró en una entrevista a Sputnik el portavoz del Ministerio de Transporte iraquí, Salem Musa.
La explosión en el hangar del puerto donde desde 2014 se almacenaba nitrato de amonio es el resultado del incumplimiento de las medidas de seguridad, declaró a Sputnik el embajador ruso en el Líbano, Alexandr Zasypkin.
Según precisó, muchos en el Líbano hablan de esta tragedia en el contexto de las deficiencias de la realidad libanesa, de los problemas en las entidades gubernamentales.
El nitrato de amonio que explotó en el puerto de Beirut fue la carga que transportó el barco Rhosus bajo la bandera de Moldavia. El dueño del barco dejó a la tripulación a su suerte en 2014, informó en aquella época el sindicato de marineros de Rusia. La tripulación estaba compuesta de ciudadanos rusos y ucranianos.
El barco fue detenido por las autoridades libanesas por la grave violación de las reglas del funcionamiento del barco. El dueño perdió el interés en el proyecto, dejó de pagar los salarios, mientras la carga permaneció en la capital libanesa durante seis años.
Según el plan inicial, el barco iba a transportar casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio del puerto georgiano de Batumi al país africano de Mozambique. En su comentario al medio ruso Moskvá 24 el excapitán del barco Rhosus, Borís Prokóshev, declaró que creía todo el tiempo que había transportado fertilizantes.
La carga de nitrato de amonio fue transportada del barco a uno de los almacenes del Ministerio de Transporte del Líbano donde permaneció bajo su control y observación.
Inicialmente apareció la información de que había explotado un barco con pirotecnia a bordo. Sin embargo, luego se dio a conocer de que la explosión se había producido en un almacén de sustancias explosivas ubicado en la zona. Como resultado de la explosión, hubo una emisión de sustancias tóxicas a la atmósfera.
El primer ministro del Líbano, Hassan Diab, dijo que en el almacén portuario había 2.750 toneladas del nitrato de amonio. Las autoridades no introdujeron medidas de seguridad adicionales para la población, a pesar de que almacenaban la sustancia explosiva en medio de la urbe.
La explosión provocó enormes daños en la capital. El incidente tuvo lugar en medio de la crisis económica y el brote del nuevo coronavirus que sufre el país.
Según la información preliminar, la primera explosión y el incendio posterior tuvieron lugar durante las obras de soldadura. Los medios locales informaron que las obras se realizaban para evitar que unos intrusos se metieran en el almacén con sustancias peligrosas. Las causas precisas de la catástrofe se conocerán después de la investigación oficial.
Los sucesos del 4 de agosto reavivaron las memorias sobre la guerra civil que destrozó el Líbano —duró entre 1975 y 1990—. Durante el conflicto armado, Beirut sufrió ataques de artillería, explosiones de automóviles y ataques aéreos de Israel. Ahora el escenario sin duda se parece a una ciudad en medio de la guerra. Los libaneses tardarán mucho tiempo para recuperarse de este desastre.