Un hombre calvo y de pelo blanco de Sherman Oaks en California entró en una joyería en
un centro comercial local el viernes pasado por la noche con una hermosa chica mucho más joven a su lado.
Le dijo al joyero que estaba buscando un anillo especial para su novia. El joyero revisó sus existencias y sacó un anillo de 5.000 dólares.
El hombre dijo: ‘No, me gustaría ver algo más especial’.
Ante esa declaración, el joyero fue a su stock especial y trajo otro anillo.
“Aquí hay un anillo impresionante por sólo 40.000 dólares”, dijo el joyero.
Los ojos de la dama brillaron y todo su cuerpo tembló de emoción.
El anciano, al ver esto, dijo:
“Lo aceptaremos”.
El joyero intrigado preguntó cómo se haría el pago y el hombre respondió:
“mediante cheque. Sé que necesitas asegurarte de que mi cheque sea bueno, así que lo escribiré ahora y podrás llamar al banco el lunes para verificar los fondos y yo recogeré el anillo el lunes por la tarde.
El lunes por la mañana, el joyero llamó muy enojado al anciano y le dijo:
“Sólo había 25 dólares en tu cuenta”.
“Lo sé”, dijo el anciano, ‘‘¡Pero déjame contarte sobre el gran fin de semana que tuve con la chica!”
Recordar:- No todas las personas mayores son seniles…
♦
Por Grant Lucas.
Un hombre calvo y de pelo blanco de Sherman Oaks en California entró en una joyería en
un centro comercial local el viernes pasado por la noche con una hermosa chica mucho más joven a su lado.
Le dijo al joyero que estaba buscando un anillo especial para su novia. El joyero revisó sus existencias y sacó un anillo de 5.000 dólares.
El hombre dijo: ‘No, me gustaría ver algo más especial’.
Ante esa declaración, el joyero fue a su stock especial y trajo otro anillo.
“Aquí hay un anillo impresionante por sólo 40.000 dólares”, dijo el joyero.
Los ojos de la dama brillaron y todo su cuerpo tembló de emoción.
El anciano, al ver esto, dijo:
“Lo aceptaremos”.
El joyero intrigado preguntó cómo se haría el pago y el hombre respondió:
“mediante cheque. Sé que necesitas asegurarte de que mi cheque sea bueno, así que lo escribiré ahora y podrás llamar al banco el lunes para verificar los fondos y yo recogeré el anillo el lunes por la tarde.
El lunes por la mañana, el joyero llamó muy enojado al anciano y le dijo:
“Sólo había 25 dólares en tu cuenta”.
“Lo sé”, dijo el anciano, ‘‘¡Pero déjame contarte sobre el gran fin de semana que tuve con la chica!”
Recordar:- No todas las personas mayores son seniles…
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Marzo 15, 2024