En un reciente documento, publicado por AICA, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reconoció el trabajo realizado por la organización Abuelas de Plaza de Mayo, dando “gracias por el servicio en nuestra Patria a la reconstrucción de la historia y al encuentro con la verdad que sana”.
Sin perjuicio de reprobar la desaparición de personas, una de las más ominosas secuelas de la guerra de los 70, no podemos dejar de señalar nuestro enérgico rechazo a esta manifestación de nuestros Obispos, que por lo demás es reiterativa, en apoyo a esa entidad que desde su fundación ha contribuido a fomentar el odio y el sentimiento de venganza entre los argentinos, además de haberse involucrado en oscuros negocios dentro del marco de la llamada “política de derechos humanos”
Esa ponderación desmedida, que nos consta ni siquiera refleja la opinión de todos los señores Obispos, nada suma a la cada vez más necesaria concordia nacional, sino que como mínimo –también nos consta- agrega más confusión entre los católicos fieles, quienes se preguntan cuál ha sido concretamente “el servicio en nuestra patria a la reconstrucción de la historia y al encuentro con la verdad que sana” supuestamente prestado por Abuelas de Plaza de Mayo.
Asimismo observamos que nuestros Pastores no transmiten la misma preocupación para con los más de 2000 militares, fuerzas de seguridad, civiles y religiosos, acusados de delitos llamados de “lesa humanidad” para los que no existen las garantías y derechos que la Constitución asegura a todos los habitantes del país. Cientos de hombres que lucharon – ellos sí – por salvar a la patria del terrorismo, fueron y siguen siendo encarcelados por jueces corruptos que en vez de impartir justicia instrumentan venganzas impulsadas por agrupaciones como la de las Abuelas. Esta población vulnerable, cuyo promedio de edad es de 75 años, es groseramente discriminada y se puede afirmar, sin eufemismos, que se trata de una población descartada de la sociedad, condenada a morir en la cárcel. Ya han muerto 520, últimamente a razón de dos por semana. Estamos seguros que estos presos recibirían con gran beneplácito la visita consoladora de sus Pastores.
VV.EE. son conscientes que la reconstrucción de la patria, que todo argentino de bien reclama, no será posible si no se asienta en la verdad y la justicia. Rogamos que nuestro Pastores, fieles a la luz del evangelio, sean fermento de una Argentina grande y católica, vocación que nunca debe abandonarse, máxime en esta coyuntura que enfrentamos, en la víspera de elegir a nuestros gobernantes.
Saludamos a VE y a los señores Obispos cordialmente en Cristo y María.
Carlos Bosch Alberto Solanet
Secretario Presidente
C/copia a los Obispos integrantes de la Conferencia Episcopal Argentina
Buenos Aires, 28 de Junio de 2019
SER. Mons. Oscar Ojea
Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
De nuestra mayor consideración:
En un reciente documento, publicado por AICA, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reconoció el trabajo realizado por la organización Abuelas de Plaza de Mayo, dando “gracias por el servicio en nuestra Patria a la reconstrucción de la historia y al encuentro con la verdad que sana”.
Sin perjuicio de reprobar la desaparición de personas, una de las más ominosas secuelas de la guerra de los 70, no podemos dejar de señalar nuestro enérgico rechazo a esta manifestación de nuestros Obispos, que por lo demás es reiterativa, en apoyo a esa entidad que desde su fundación ha contribuido a fomentar el odio y el sentimiento de venganza entre los argentinos, además de haberse involucrado en oscuros negocios dentro del marco de la llamada “política de derechos humanos”
Esa ponderación desmedida, que nos consta ni siquiera refleja la opinión de todos los señores Obispos, nada suma a la cada vez más necesaria concordia nacional, sino que como mínimo –también nos consta- agrega más confusión entre los católicos fieles, quienes se preguntan cuál ha sido concretamente “el servicio en nuestra patria a la reconstrucción de la historia y al encuentro con la verdad que sana” supuestamente prestado por Abuelas de Plaza de Mayo.
Asimismo observamos que nuestros Pastores no transmiten la misma preocupación para con los más de 2000 militares, fuerzas de seguridad, civiles y religiosos, acusados de delitos llamados de “lesa humanidad” para los que no existen las garantías y derechos que la Constitución asegura a todos los habitantes del país. Cientos de hombres que lucharon – ellos sí – por salvar a la patria del terrorismo, fueron y siguen siendo encarcelados por jueces corruptos que en vez de impartir justicia instrumentan venganzas impulsadas por agrupaciones como la de las Abuelas. Esta población vulnerable, cuyo promedio de edad es de 75 años, es groseramente discriminada y se puede afirmar, sin eufemismos, que se trata de una población descartada de la sociedad, condenada a morir en la cárcel. Ya han muerto 520, últimamente a razón de dos por semana. Estamos seguros que estos presos recibirían con gran beneplácito la visita consoladora de sus Pastores.
VV.EE. son conscientes que la reconstrucción de la patria, que todo argentino de bien reclama, no será posible si no se asienta en la verdad y la justicia. Rogamos que nuestro Pastores, fieles a la luz del evangelio, sean fermento de una Argentina grande y católica, vocación que nunca debe abandonarse, máxime en esta coyuntura que enfrentamos, en la víspera de elegir a nuestros gobernantes.
Saludamos a VE y a los señores Obispos cordialmente en Cristo y María.
Carlos Bosch Alberto Solanet
Secretario Presidente
C/copia a los Obispos integrantes de la Conferencia Episcopal Argentina
Envío y colaboración: DRA ANDREA PALOMAS ALARCÓN
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 7, 2019
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