Hace unas pocas horas atrás debí trasladarme a cumplir con mi obligación como ciudadano de ayudar a un amigo de Chile, viejo compañero de la universidad, quien en su intención de residir en Orlando prontamente, precisaba abrir una cuenta bancaria. Al culminar con el trámite, me dejó saber sobre su necesidad de realizar compras en el supermercado.
Mientras él recorría góndolas, me detuve junto a las estanterías de libros frente al departamento de farmacia. Desde allí, el profesional a cargo me preguntó si estaba vacunado contra el COVID-19. Ante esta inquietud contesté afirmativamente, comentando que había recibido la primera dosis de Pfizer, aguardando el día 6 de mayo para cerrar el ciclo.
“Conoces personas que aún no se la hayan aplicado?”, me preguntó el farmacéutico “Estoy vacunando ahora, sin necesidad de solicitar turno”
Le comenté que no, pero que, si me enteraba de alguien, lo mencionaría. Solo por curiosidad pregunté que sucedía con personas indocumentadas y si estas podían presentarse sin poder producir pruebas de su domicilio en Estados Unidos.
“No es lo ideal”, dijo el boticario “Pero prefiero ganarme una reprimenda, que arriesgar una vida”.
No es importante si usted cree o no que el coronavirus existe. No viene al caso si usted elige creer que los gobiernos prefieren perder ingresos y gastar billones en una vacuna que no sirve o en el fraude que esgrime un grupo de poderosos mientras beben sangre de niños para alcanzar la inmortalidad. Es irrelevante que Pfizer baje la producción de su medicamento número uno (Prevener) para dedicarse a una inyecta que le trae más dolores de cabeza de lo que imaginaban dieciocho meses atrás. Solo se trata de los pequeños detalles que modifican el curso de la historia y puede al menos, salvar una vida gracias a la actitud de un simple droguista que no se arrepiente en arriesgar su posición en una compañía por una causa mayor. Más aún cuando, como efecto motivacional, me obsequió dos cepillos de dientes, un tubo de Preparation H (?) un frasco de gel antiséptico y dos mascaras o tapabocas como agradecimiento por mis posibles servicios como arreador de no vacunados, no documentados.
¿Deberé rentar una camioneta y recorrer los naranjales de la Florida?
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Hace unas pocas horas atrás debí trasladarme a cumplir con mi obligación como ciudadano de ayudar a un amigo de Chile, viejo compañero de la universidad, quien en su intención de residir en Orlando prontamente, precisaba abrir una cuenta bancaria. Al culminar con el trámite, me dejó saber sobre su necesidad de realizar compras en el supermercado.
“Conoces personas que aún no se la hayan aplicado?”, me preguntó el farmacéutico “Estoy vacunando ahora, sin necesidad de solicitar turno”
Le comenté que no, pero que, si me enteraba de alguien, lo mencionaría. Solo por curiosidad pregunté que sucedía con personas indocumentadas y si estas podían presentarse sin poder producir pruebas de su domicilio en Estados Unidos.
“No es lo ideal”, dijo el boticario “Pero prefiero ganarme una reprimenda, que arriesgar una vida”.
No es importante si usted cree o no que el coronavirus existe. No viene al caso si usted elige creer que los gobiernos prefieren perder ingresos y gastar billones en una vacuna que no sirve o en el fraude que esgrime un grupo de poderosos mientras beben sangre de niños para alcanzar la inmortalidad. Es irrelevante que Pfizer baje la producción de su medicamento número uno (Prevener) para dedicarse a una inyecta que le trae más dolores de cabeza de lo que imaginaban dieciocho meses atrás. Solo se trata de los pequeños detalles que modifican el curso de la historia y puede al menos, salvar una vida gracias a la actitud de un simple droguista que no se arrepiente en arriesgar su posición en una compañía por una causa mayor. Más aún cuando, como efecto motivacional, me obsequió dos cepillos de dientes, un tubo de Preparation H (?) un frasco de gel antiséptico y dos mascaras o tapabocas como agradecimiento por mis posibles servicios como arreador de no vacunados, no documentados.
¿Deberé rentar una camioneta y recorrer los naranjales de la Florida?
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 30, 2021