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En la madrugada del 26 de septiembre de 1983, el teniente Stanislav Petrov de las Fuerzas de Defensa Aérea de la Unión Soviética estaba a cargo de monitorear el sistema satelital del país.

Las tensiones entre los Estados Unidos y la Unión Soviética eran palpables. Casi un mes antes, la Unión Soviética derribó un avión coreano, que mató a todos a bordo, incluido un congresista estadounidense.

Todo estuvo en silencio durante la mayor parte de la noche anterior, hasta que Petrov escuchó la sirena de advertencia de la computadora. El ordenador indicó que Estados Unidos acababa de lanzar cinco misiles nucleares. Petrov tuvo que pensar y actuar rápidamente. Si los misiles, de hecho, se hubieran lanzado, habrían terminado con la Unión Soviética en solo unos 20 minutos.

“La sirena aulló, pero me quedé allí sentado durante unos segundos, mirando la gran pantalla roja y una luz de fondo con la palabra ‘lanzamiento’ en ella. No había una regla sobre cuánto tiempo se nos permitía pensar antes de informar una emergencia. o que el liderazgo militar y político de la Unión Soviética debía ser informado sin demora. Todo lo que tenía que hacer era alcanzar el teléfono, elevar la línea directa con nuestros principales comandantes, pero no podía moverme. Me sentí como si estuviera sentado en una sartén caliente”

Sin embargo, de alguna manera sintió que algo andaba mal. Cinco misiles no parecían suficientes para comenzar una guerra nuclear con la Unión Soviética. Le habían dado órdenes permanentes de informar cualquier actividad nuclear. Si le hubiera dicho a sus superiores, habrían lanzado sus propios misiles para tomar represalias, intensificando la situación a una guerra nuclear. Sin embargo, si se equivocaba, millones de personas morirían sin ninguna advertencia.

Petrov decidió confiar en su instinto, desafiar las órdenes y esperar. Resultó tener razón.

Este momento se considera uno de los momentos en que Estados Unidos y la Unión Soviética se acercaron a la guerra nuclear. Está a la altura de la crisis de los misiles cubanos. Si Stanislav Petrov hubiera decidido alertar a sus superiores, las cosas habrían sido diferentes para nosotros ahora. Es decir, si sobrevivimos.

Su historia no fue ampliamente publicitada, pero después del colapso de la Unión Soviética, se filtraron fragmentos de la historia. Petrov recibió varios premios internacionales más tarde en su vida. En 2015, se publicó un docudrama basado en su historia, titulado ‘El hombre que salvó al mundo’.

Petrov falleció el 19 de mayo del año 2017, a la edad de 77 años, en un suburbio a las afueras de Moscú. La noticia de su muerte no había llegado a nadie fuera de Rusia hasta dos años después.

A pesar de todo, Petrov nunca se consideró realmente un héroe. Aun así, siempre será recordado como el Hombre que salvó al mundo.

“Ese era mi trabajo. -dijo Petroc- Pero tuvieron suerte de que estuviera yo de turno esa noche”

 


PrisioneroEnArgentina.com

Junio 1, 2020


 

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