La Organización Mundial de la Salud describe su trabajo como “el guardián global de la salud”. En mi arrogante opinión son un grupo de burócratas que se adjudican soluciones que son realmente patrimonio de pueblos u organizaciones privadas. Como primos cercanos de la Organización de las Naciones Unidas (ver los casos de Ruanda, El Salvador o Sudáfrica, por mencionar a algunos) o la Organización de Estados Americanos (Quienes no consiguieron siquiera en Argentina una mejora en cárceles -ni el más crédulo de los ciudadanos pensaría que se ocuparían de los prisioneros acusados por los “infames casos de lesa humanidad”) la OMS es una industria que mueve 4,400 millones de dólares al año gracias a donaciones mayormente del sector privado y que -Dios sabrá- no recibe un solo Euro del Vaticano.
Cualquier empresario sincero puede decir que a lo largo de su carrera profesional ha tenido más fracasos que éxitos. La OMS no es la excepción.
En mayo de 1955, la Octava Asamblea Mundial de la Salud adoptó una Campaña Global de Erradicación de la Malaria basada en el uso generalizado de DDT contra mosquitos y de medicamentos antipalúdicos para tratar la malaria y eliminar el parásito en humanos. Como resultado de la Campaña, la malaria fue erradicada en 1967 de todos los países desarrollados donde la enfermedad era endémica y grandes áreas de Asia tropical y América Latina quedaron libres del riesgo de infección. La Campaña de Erradicación de la Malaria solo se lanzó en tres países de África tropical, ya que no se consideró factible en los demás. Quién no consideró factible aplicar estos métodos en el resto de África seguramente no consideró factible que la enfermedad se prolongaría -en masa- hasta 1993.
Orgullosamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciaba la erradicación de la viruela en 1977 en el mundo como el mayor logro del estado de salud de la población mundial. También es el mayor logro de costo-beneficio no solo en los programas de control de salud, sino también en la economía general. Curiosamente, la OMS volvió -orgullosamente- a anunciar la erradicación en 1979, aunque estudios independientes indicaron que la enfermedad en grupos amplios perduró hasta mediado de los años ’80. Si bien Edward Jenner realizó la primera vacunación en 1796, la OMS no fue fundada hasta 1948. La OMS tardó 32 años (o más) en lograr su cometido.
En enero del año 2003, la Organización Mundial de la Salud admitió la falta de tratamiento antirretroviral (ARV) para el SIDA a los millones de personas que lo necesitaban catalogándola como una emergencia de salud global. La OMS tenía los medicamentos para tratar a las personas por menos de un dólar al día, pero estos medicamentos no llegaban a las personas que los necesitan. Unos seis millones de individuos en los países en desarrollo tenían entonces infecciones por VIH que requerían tratamiento antirretroviral. Pero menos de 300,000 fueron tratados. En el África subsahariana, donde vive la mayoría de las personas que necesitaban tratamiento, solo 50,000 personas lo recibieron.
En la pandemia de gripe porcina H1N1 del año 2009, la OMS recibió críticas mixtas. En el análisis posterior a la pandemia solicitado por la OMS, un comité internacional descubrió que, si bien la OMS brindó orientación útil a los países sobre cómo reducir la transmisión de la gripe pandémica y ayudó a controlar la propagación del virus, su mensaje sobre la gravedad de la pandemia no estaba claro y su fracaso para coordinar la distribución efectiva de las vacunas llevó a los países a recibirlas demasiado tarde para ser realmente útiles. Demasiado tarde.
La respuesta de la OMS al brote de ébola de 2014 en África occidental fue ampliamente analizada. En el brote de Ébola, la OMS fue criticada por no responder lo suficientemente rápido al declarar una emergencia de salud pública de interés internacional. La OMS inicialmente descartó la magnitud del problema, luego careció de personal y fondos para liderar una respuesta efectiva.
Para su accionar ante el COVID-19, la OMS inicialmente solicitó $ 675 millones a los donantes y planea aumentar significativamente la cantidad para financiar sus servicios proporcionando “asesoramiento, suministros y liderazgo” en la pandemia. Sin embargo, ese liderazgo no fue visto. El mismo día (30 de diciembre del 2019) que las autoridades chinas informaron a la OMS sobre los nuevos casos de neumonía, Taiwán, a la que Beijing había prohibido pertenecer a la organización, le envió una nota solicitando más información sobre un brote similar al SARS, lo que implica que los casos podrían involucrar la transmisión humanos La OMS no respondió. Una nueva consulta de Taiwán fue ignorada (Mas tarde la OMS adujo un tecnicismo: Taiwán no había adherido la palabra ‘peligro’ en su solicitud de información). Pero ese mismo día, Taiwán impuso controles fronterizos y medidas de cuarentena para prevenir la propagación de la enfermedad.
A mediados de enero, la probabilidad de transmisión de la enfermedad de persona a persona era cada vez más evidente. En Ginebra, un alto funcionario de la OMS señaló que se había producido una transmisión “limitada” entre humanos y advirtió a los hospitales que tomaran medidas para controlar la posible propagación de la enfermedad. Sin embargo, ese mismo día, la OMS tuiteó que “las autoridades chinas no han encontrado evidencia clara de transmisión de persona a persona”.
Ese autoproclamado liderazgo, no fue tal y solo se vio una sospechosa discriminación. China, oficialmente llamada República Popular de China (RPC), se niega a permitir que eso suceda. La RPC afirma que Taiwán es una provincia de China, no un estado independiente. Dice que solo la RPC tiene derecho a representar a toda China en las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, incluida la OMS, que limitan la membresía a los estados. El gobierno de Taiwán, generalmente llamado la República de China en Taiwán, tiene todos los elementos de estado requeridos por el derecho internacional y mantiene relaciones diplomáticas con quince países. Sin embargo, debido al estatus de gran potencia de la RPC, incluida su sede como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Beijing ha podido imponer su política de “Una China” en el mundo.
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Contribuyentes de la OMS (En Dólares)
Estados Unidos de América: $ 401,108,929
Fundación Bill y Melinda Gates: $ 324,654,317
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte: $ 163,734,474
Banco Mundial: $ 145,568,331
Alianza GAVI: $ 133,365,051
Alemania: $ 89,942,082
Comisión Europea: $ 81,956,035
Rotary International: $ 62,111,937
Japón: $ 46,726,068
Noruega: $ 41,631,561
National Philanthropic Trust (NPT): $ 37,867,000
Canadá: $ 34,413,899
UNITAID: $ 29,919,017
Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA): $ 29,278,343
Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas (CERF): $ 28,315,905
Suecia: $ 27,674,186
República de Corea: $ 26,086,352
Pakistán: $ 22,575,509
Australia: $ 22,063,471
Países Bajos: $ 20,292,848
Emiratos Árabes Unidos: $ 18,740,898
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD): $ 18,251,940
Fondo mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria: $ 16,170,654
Fundación de la familia Bloomberg: $ 14,314,000
Francia: $ 13,498,014
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF): $ 11,950,480
Centro de Ayuda Humanitaria y Socorro King Salman, KSrelief: $ 11,205,905
Suiza: $ 11,186,317
Estrategias vitales: $ 10,647,550
China: $ 10,584,499
Italia: $ 10,397,373
Federación Rusa: $ 9,623,974
Luxemburgo: $ 9,508,145
Sanofi Pasteur: $ 9,411,491
Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH / SIDA (ONUSIDA): $ 9,046,070
Fondo de las Naciones Unidas para las Asociaciones Internacionales (UNFIP): $ 8,491,922
India: $ 7,629,461
GlaxoSmithKline: $ 7,365,666
Oficina de las Naciones Unidas para Servicios de Proyectos (UNOPS): $ 7,004,501
Hoffmann-La Roche and Co., Ltd.: $ 6,628,090
Liberia: $ 6,301,943
Grupo Kobe (Cámara de Comercio e Industria de Kobe de la Prefectura de Hyogo y Kobe Steel, Ltd.): $ 6,000,000
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA): $ 5,061,169
Centro Carter: $ 5,470,000
Bélgica: $ 4,807,692
Dinamarca: $ 3,991,252
Fundación CDC: $ 3,201,925
Sindh, Pakistán: $ 3,163,301
Gilead Sciences: $ 3,124,450
Grupo del Banco Africano de Desarrollo: $ 3,090,849
Fundación para la tuberculosis KNCV: $ 2,778,254
Sanofi-Aventis: $ 2,634,963
Kuwait: $ 2,500,000
Fundación Nippon: $ 2,332,940
Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA): $ 2,033,734
Kazajstán: $ 2,000,000
Qatar Caridad: $ 2,000,000
Generalitat de Catalunya, España: $ 1,867,372
Merck Sharp y Dohme Chibret: $ 1,652,226
Ucrania: $ 1,500,000
Fundación Internacional de Clubes de Leones: $ 1,335,157
Bayer AG: $ 1,158,060
Sudán: $ 1,035,460
Asociación para la Salud Reproductiva y Familiar (ARFH): $ 946,925
King Baudouin Foundation Estados Unidos (KBFUS: $ 896,935
RAE de Macao, China: $ 860,000
Gobierno de Flandes, Bélgica: $ 836,120
Zimbabwe: $ 787,822
Fundación Rockefeller: $ 748,945
Richter Gedeon Vegyeszeti Gyar: $ 747,789
Sudáfrica: $ 600,000
Maldivas: $ 559,762
Merck: $ 510,000
Novartis: $ 500,000
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Es debatible, los 23 millones de habitantes de Taiwán han sido severamente discriminados por la política del sistema internacional de salud. Ante esto, el Director General de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus respondió acusando a Taiwán de amenazas de muerte, sin tener una sola evidencia. Tedros fue elegido con el fuerte apoyo de China, uno de los cinco miembros permanentes con derecho a veto del Consejo de Seguridad de la ONU y que reclama a Taiwán como su propio territorio. El hombre fuerte de la OMS ha respaldado firmemente las afirmaciones de Beijing de haber sido abierto y transparente sobre el brote, a pesar de la fuerte evidencia de que suprimió los primeros informes sobre las infecciones.
No pretendo influenciar mentes, pero, como el químico le dijo al médico: “Usted haga el daño”
♣
Por FABIAN KUSSMAN
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La Organización Mundial de la Salud describe su trabajo como “el guardián global de la salud”. En mi arrogante opinión son un grupo de burócratas que se adjudican soluciones que son realmente patrimonio de pueblos u organizaciones privadas. Como primos cercanos de la Organización de las Naciones Unidas (ver los casos de Ruanda, El Salvador o Sudáfrica, por mencionar a algunos) o la Organización de Estados Americanos (Quienes no consiguieron siquiera en Argentina una mejora en cárceles -ni el más crédulo de los ciudadanos pensaría que se ocuparían de los prisioneros acusados por los “infames casos de lesa humanidad”) la OMS es una industria que mueve 4,400 millones de dólares al año gracias a donaciones mayormente del sector privado y que -Dios sabrá- no recibe un solo Euro del Vaticano.
Cualquier empresario sincero puede decir que a lo largo de su carrera profesional ha tenido más fracasos que éxitos. La OMS no es la excepción.
En mayo de 1955, la Octava Asamblea Mundial de la Salud adoptó una Campaña Global de Erradicación de la Malaria basada en el uso generalizado de DDT contra mosquitos y de medicamentos antipalúdicos para tratar la malaria y eliminar el parásito en humanos. Como resultado de la Campaña, la malaria fue erradicada en 1967 de todos los países desarrollados donde la enfermedad era endémica y grandes áreas de Asia tropical y América Latina quedaron libres del riesgo de infección. La Campaña de Erradicación de la Malaria solo se lanzó en tres países de África tropical, ya que no se consideró factible en los demás. Quién no consideró factible aplicar estos métodos en el resto de África seguramente no consideró factible que la enfermedad se prolongaría -en masa- hasta 1993.
Orgullosamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciaba la erradicación de la viruela en 1977 en el mundo como el mayor logro del estado de salud de la población mundial. También es el mayor logro de costo-beneficio no solo en los programas de control de salud, sino también en la economía general. Curiosamente, la OMS volvió -orgullosamente- a anunciar la erradicación en 1979, aunque estudios independientes indicaron que la enfermedad en grupos amplios perduró hasta mediado de los años ’80. Si bien Edward Jenner realizó la primera vacunación en 1796, la OMS no fue fundada hasta 1948. La OMS tardó 32 años (o más) en lograr su cometido.
En enero del año 2003, la Organización Mundial de la Salud admitió la falta de tratamiento antirretroviral (ARV) para el SIDA a los millones de personas que lo necesitaban catalogándola como una emergencia de salud global. La OMS tenía los medicamentos para tratar a las personas por menos de un dólar al día, pero estos medicamentos no llegaban a las personas que los necesitan. Unos seis millones de individuos en los países en desarrollo tenían entonces infecciones por VIH que requerían tratamiento antirretroviral. Pero menos de 300,000 fueron tratados. En el África subsahariana, donde vive la mayoría de las personas que necesitaban tratamiento, solo 50,000 personas lo recibieron.
En la pandemia de gripe porcina H1N1 del año 2009, la OMS recibió críticas mixtas. En el análisis posterior a la pandemia solicitado por la OMS, un comité internacional descubrió que, si bien la OMS brindó orientación útil a los países sobre cómo reducir la transmisión de la gripe pandémica y ayudó a controlar la propagación del virus, su mensaje sobre la gravedad de la pandemia no estaba claro y su fracaso para coordinar la distribución efectiva de las vacunas llevó a los países a recibirlas demasiado tarde para ser realmente útiles. Demasiado tarde.
La respuesta de la OMS al brote de ébola de 2014 en África occidental fue ampliamente analizada. En el brote de Ébola, la OMS fue criticada por no responder lo suficientemente rápido al declarar una emergencia de salud pública de interés internacional. La OMS inicialmente descartó la magnitud del problema, luego careció de personal y fondos para liderar una respuesta efectiva.
Para su accionar ante el COVID-19, la OMS inicialmente solicitó $ 675 millones a los donantes y planea aumentar significativamente la cantidad para financiar sus servicios proporcionando “asesoramiento, suministros y liderazgo” en la pandemia. Sin embargo, ese liderazgo no fue visto. El mismo día (30 de diciembre del 2019) que las autoridades chinas informaron a la OMS sobre los nuevos casos de neumonía, Taiwán, a la que Beijing había prohibido pertenecer a la organización, le envió una nota solicitando más información sobre un brote similar al SARS, lo que implica que los casos podrían involucrar la transmisión humanos La OMS no respondió. Una nueva consulta de Taiwán fue ignorada (Mas tarde la OMS adujo un tecnicismo: Taiwán no había adherido la palabra ‘peligro’ en su solicitud de información). Pero ese mismo día, Taiwán impuso controles fronterizos y medidas de cuarentena para prevenir la propagación de la enfermedad.
A mediados de enero, la probabilidad de transmisión de la enfermedad de persona a persona era cada vez más evidente. En Ginebra, un alto funcionario de la OMS señaló que se había producido una transmisión “limitada” entre humanos y advirtió a los hospitales que tomaran medidas para controlar la posible propagación de la enfermedad. Sin embargo, ese mismo día, la OMS tuiteó que “las autoridades chinas no han encontrado evidencia clara de transmisión de persona a persona”.
Ese autoproclamado liderazgo, no fue tal y solo se vio una sospechosa discriminación. China, oficialmente llamada República Popular de China (RPC), se niega a permitir que eso suceda. La RPC afirma que Taiwán es una provincia de China, no un estado independiente. Dice que solo la RPC tiene derecho a representar a toda China en las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, incluida la OMS, que limitan la membresía a los estados. El gobierno de Taiwán, generalmente llamado la República de China en Taiwán, tiene todos los elementos de estado requeridos por el derecho internacional y mantiene relaciones diplomáticas con quince países. Sin embargo, debido al estatus de gran potencia de la RPC, incluida su sede como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Beijing ha podido imponer su política de “Una China” en el mundo.
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Contribuyentes de la OMS (En Dólares)
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Es debatible, los 23 millones de habitantes de Taiwán han sido severamente discriminados por la política del sistema internacional de salud. Ante esto, el Director General de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus respondió acusando a Taiwán de amenazas de muerte, sin tener una sola evidencia. Tedros fue elegido con el fuerte apoyo de China, uno de los cinco miembros permanentes con derecho a veto del Consejo de Seguridad de la ONU y que reclama a Taiwán como su propio territorio. El hombre fuerte de la OMS ha respaldado firmemente las afirmaciones de Beijing de haber sido abierto y transparente sobre el brote, a pesar de la fuerte evidencia de que suprimió los primeros informes sobre las infecciones.
No pretendo influenciar mentes, pero, como el químico le dijo al médico: “Usted haga el daño”
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 3, 2020