El viernes 21 del actual, un sedicente grupo autodenominado “Resistencia Ancestral Mapuche (RAM)”, incendió un puesto de una estancia de la Compañia Tierras del Sud Argentino, perteneciente al grupo Benetton, en la localidad chubutense de Epuyén, golpeando cuatro individuos encapuchados al hombre que cuidada el lugar, esparciendo los agresores panfletos que pedían la libertad de Facundo Jones Huala, un activista que está detenido en Chubut y con pedido de captura de la justicia chilena, a quien los agresores consideran como “preso político mapuche de los Estados argentino y chileno”. Jones Huala ratificó su aval a “la violencia” buscando compensación para los pueblos originarios de Chile y reiterando que “Nuestro enemigo es el capitalismo” y que sus seguidores se reivindican “como anti-imperialista, anti-oligárquicos, anti-capitalistas, anti-colonialistas”, pero sobre todo parte de una humanidad que debe levantar los valores humanos” (sic).
Como la nota gráfica del diario “La Prensa” del 23 del corriente muestra un cartel que dice “TERRITORIO MAPUCHE” en Chubut, es oportuno aclarar a esos impenitentes desabridos y pretendidos dueños del territorio argentino, que el mapuche no es pueblo originario argentino sino chileno, en virtud de que los araucanos/mapuches que habrían cruzado el estrecho de Bering y que de Chile, a partir de 1830, haciéndose llamar también huilliches, pehuelches y picunches, etc., llegaron a la Argentina siendo ya una nación libre, soberana e independiente. Se asentaron en los territorios de Neuquén, Río Negro y Chubut, habitados por los guenaken o guinecas, a los que llamaron tehuelches -“gente del sur”-, que es un híbrido de pampas y mapuches, quienes en sus guerras invasivas diezmaron y desalojaron a aquéllos, hacia el sur, hasta Tierra del Fuego. Los araucanos/mapuches fueron empujados por el general Julio Argentino Roca a su país, Chile.
Es pertinente consignar que los araucanos/mapuches, que fueron expulsados por las fuerzas patrióticas chilenas por “realistas”, estableciéndose definitivamente en Carhué, con la autorización de Buenos Aires. El 18 de octubre de 1824, el cacique principal, Mariano Caniullán, se bautizó y tomó el apellido de su padrino, el general José Rondeau; y fijó su residencia en Chiloé (1), voz mapuche que significa “lugar de chilenos”, Calfacurá, en 1834, recién llegado de Chile.
He mencionado particularidades de los mapuches, que con sus malones -que desnudan su naturaleza- llegaban hasta Bahía Blanca, tomaban mujeres y niñas cautivas que “indianizaban”, al tiempo que mataban todo hombre mayor de 14 años, y arrastraban hasta 200 mil cabezas de ganado bovino a Chile; para destacar el gravísimo error que cometió la Convención Constituyente de Neuquén en febrero de 2006, bajo la presidencia del ex gobernador Jorge Sobisch, que bajo la presión del inefable y marxista premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y del ideologismo indigenista cometió la torpeza de reconocer a los mapuches “derechos de pueblo originario”, por no ser -repito- pueblo originario argentino sino chileno. Tampoco, tuvo en cuenta el mapa de la Argentina, donde las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut aparecen remarcadas como territorio mapuche -por sus ínfulas independistas-, que con el título de “Lo que faltaba“, señalaba “La Prensa” el 13 de octubre de 1988, preguntando: “¿Qué dice el gobierno argentino?“…; y lo que hizo Sobisch fue echar leña al fuego, como queda dicho ut supra.
Destaco que Roca impidiendo que los mapuches tomaran posesión de los territorios de las provincias aludidas, aseguró a la Patagonia como territorio nacional.
1) Lugar en La Pampa, próximo a Salinas Grandes, no confundir con la isla homónima.
Escribe Alfredo Nobre Leite.
El viernes 21 del actual, un sedicente grupo autodenominado “Resistencia Ancestral Mapuche (RAM)”, incendió un puesto de una estancia de la Compañia Tierras del Sud Argentino, perteneciente al grupo Benetton, en la localidad chubutense de Epuyén, golpeando cuatro individuos encapuchados al hombre que cuidada el lugar, esparciendo los agresores panfletos que pedían la libertad de Facundo Jones Huala, un activista que está detenido en Chubut y con pedido de captura de la justicia chilena, a quien los agresores consideran como “preso político mapuche de los Estados argentino y chileno”. Jones Huala ratificó su aval a “la violencia” buscando compensación para los pueblos originarios de Chile y reiterando que “Nuestro enemigo es el capitalismo” y que sus seguidores se reivindican “como anti-imperialista, anti-oligárquicos, anti-capitalistas, anti-colonialistas”, pero sobre todo parte de una humanidad que debe levantar los valores humanos” (sic).
Como la nota gráfica del diario “La Prensa” del 23 del corriente muestra un cartel que dice “TERRITORIO MAPUCHE” en Chubut, es oportuno aclarar a esos impenitentes desabridos y pretendidos dueños del territorio argentino, que el mapuche no es pueblo originario argentino sino chileno, en virtud de que los araucanos/mapuches que habrían cruzado el estrecho de Bering y que de Chile, a partir de 1830, haciéndose llamar también huilliches, pehuelches y picunches, etc., llegaron a la Argentina siendo ya una nación libre, soberana e independiente. Se asentaron en los territorios de Neuquén, Río Negro y Chubut, habitados por los guenaken o guinecas, a los que llamaron tehuelches -“gente del sur”-, que es un híbrido de pampas y mapuches, quienes en sus guerras invasivas diezmaron y desalojaron a aquéllos, hacia el sur, hasta Tierra del Fuego. Los araucanos/mapuches fueron empujados por el general Julio Argentino Roca a su país, Chile.
Es pertinente consignar que los araucanos/mapuches, que fueron expulsados por las fuerzas patrióticas chilenas por “realistas”, estableciéndose definitivamente en Carhué, con la autorización de Buenos Aires. El 18 de octubre de 1824, el cacique principal, Mariano Caniullán, se bautizó y tomó el apellido de su padrino, el general José Rondeau; y fijó su residencia en Chiloé (1), voz mapuche que significa “lugar de chilenos”, Calfacurá, en 1834, recién llegado de Chile.
He mencionado particularidades de los mapuches, que con sus malones -que desnudan su naturaleza- llegaban hasta Bahía Blanca, tomaban mujeres y niñas cautivas que “indianizaban”, al tiempo que mataban todo hombre mayor de 14 años, y arrastraban hasta 200 mil cabezas de ganado bovino a Chile; para destacar el gravísimo error que cometió la Convención Constituyente de Neuquén en febrero de 2006, bajo la presidencia del ex gobernador Jorge Sobisch, que bajo la presión del inefable y marxista premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y del ideologismo indigenista cometió la torpeza de reconocer a los mapuches “derechos de pueblo originario”, por no ser -repito- pueblo originario argentino sino chileno. Tampoco, tuvo en cuenta el mapa de la Argentina, donde las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut aparecen remarcadas como territorio mapuche -por sus ínfulas independistas-, que con el título de “Lo que faltaba“, señalaba “La Prensa” el 13 de octubre de 1988, preguntando: “¿Qué dice el gobierno argentino?“…; y lo que hizo Sobisch fue echar leña al fuego, como queda dicho ut supra.
Destaco que Roca impidiendo que los mapuches tomaran posesión de los territorios de las provincias aludidas, aseguró a la Patagonia como territorio nacional.
1) Lugar en La Pampa, próximo a Salinas Grandes, no confundir con la isla homónima.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 23, 2017
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